El Arte De Amar

Nombre del establecimiento: Colegio Cristiano Belén

Profesor responsable: Guisela Rojas Zeballos

Equipo de alumnos:

- Willy Felipe Bazán Veras

- Emmanuel Andrés León Pineda

- Schlomith Jazmín Marín Johnson

- Raquel Andrea Quezada Matus

- Stephanie Ysamara Sancy Almuna

Texto leído: “Mala Onda” de Alberto Fuguet

Título del ensayo: “…Antes de que sea demasiado tarde”

Número de palabras usadas en el trabajo: 1620

“…Antes de que sea demasiado tarde”

Es indudable que para todo ser humano el amor es un sentimiento esencial. ¿Cómo reaccionamos cuando nos falta?, ¿cuáles pueden ser las causas de que no esté presente en nuestras vidas? Seguramente es muy difícil saber la respuesta correcta a estas interrogantes y lo más probable es que sólo siendo expertos en psicología, filosofía o en otra ciencia; podríamos resolverlas con mayor claridad. Y aunque somos un grupo de adolescentes, estamos convencidos de que la verdad no está en los estudios lógicos; sino más bien en nuestra visión del mundo. Por tanto, abordaremos este análisis de la novela chilena “Mala Onda” de Alberto Fuguet; tratando de proyectar nuestras convicciones, en el estudio de su protagonista: Matías Vicuña.

Profesamos la fe cristiana, por ende, concebimos la vida como un mundo creado por Dios para que nosotros, sus hijos, disfrutemos de su amor y misericordia. De esta afirmación inmediatamente surgen otras tantas preguntas: ¿Cómo alguien puede vivir tan solo, con tanto dinero y tan pobre de amor? ¿Qué hace que un joven de diecisiete años se pierda en los vicios de la droga y el alcohol, sin que ningún adulto lo detenga? ¿Cómo un adolescente puede valorar tan poco a las mujeres?, ¿qué era lo que más le falataba a este personaje creado por un escritor, que intentó hacer un boceto de su propia generación?

A partir de estos cuestionamientos abordaremos nuestro ensayo como una reflexión acerca de la conducta que desarrolla nuestro personaje a lo largo un relato, que no abarca más que algunos días y donde el consumo de drogas, alcohol, salidas nocturnas, relaciones prematrimoniales, promiscuidad, etc., son parte de la cotidianeidad; no sólo de él, sino más bien de un grupo de adolescentes de la década de los ochenta; la cual revisaremos desde la el punto de vista de los principios morales y de los valores que deben guiarnos como personas íntegras.

Desde dicho punto de vista ya nos alejamos de lo que la palabra de Dios dice: “Acuérdate de Creador en los días de tu juventud, antes que vengan los días malos, y lleguen los años de los cuales digas: No tengo en ellos contentamiento” (Eclesiastés 12:1)1.Lo que, sin duda, nos permite confirmar que el comportamiento de Matías no tenía ningún sustento religioso, es decir, un joven para quien lo más importante es disfrutar de los placeres que

1 Sociedad Bíblica Colombiana. Santa Biblia. Revisión Valera 1960. Colombia 1989. p.881

puede obtener fácilmente; sin siquiera comprender sus consecuencias. Y aquí nos remitimos, nuevamente, a un pasaje bíblico: “Todo me es lícito, pero no todo me conviene; todo me es lícito, pero no todo edifica” (Primera de Corintios 10:23)2. Cita con la cual confirmamos que Matías no era conciente del mal que se provocaba con sus excesos. Incluso, en muchas oportunidades reconoce que obedece a la influencia de sus amigos (“El Nacho tiene esa capacidad de involucrarme en cosas que no deseo”)3 ¿Cuál es la motivación que lo empuja a un camino tan equivocado?

En torno a estas aseveraciones surge nuestra tesis: Las reacciones desenfadadas e irreverentes que tiene Matías se deben a la falta de amor y a la desorientación con que está creciendo; puesto que la conducta de sus padres no constituyen el modelo de valores que todo adolescente necesita para convertirse en un adulto que valore su propia vida, que cuide su cuerpo y su espíritu, que respete a sus semejantes; pero, sobretodo, que sea capaz de recibir amor y brindarlo desinteresadamente.

Lo que planteamos, indudablemente, está sustentado en nuestra fe. Aquella que nos hace disfrutar de manera sana nuestra edad. Confiamos firmemente en que la bondad de Dios nos acompaña cada día. Lamentablemente Matías no tiene esta certeza, a tal extremo, que ha llegado a creer que Dios no lo oye: “A Dios se le puede pedir cualquier cosa total nunca oye”.4 Otro error. Como grupo defendemos que el poder de Dios suple cualquier necesidad, como lo cita Jeremías 33:3: “Clama a mí, y yo te responderé, y te enseñaré…”5 ¿Por qué Matías esta tan desilusionado de la importancia que Dios le da a todos sus hijos? Si en lugar de entender la fe, como un conjunto de ritos que se hacen con mayor intensidad, según la época, entendiera que el amor de nuestro creador siempre está con nosotros; tal vez se sentiría más acompañado de su benevolencia y más alejado del pecado.

2 Sociedad Bíblica Cristiana. Op. Cit. p. 1439

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