El Concepto Psicológico De La Resilencia

El Concepto Psicológico de la Resiliencia

La resiliencia es el conjunto de procesos sociales e intrapsíquicos que posibilitan tener una vida «sana» en un medio insano; es una respuesta global en la que se ponen en juego los mecanismos de protección individual, referida a una amplia gama de factores de riesgo y su relación con los resultados de la competencia; una afortunada combinación de factores y atributos personales y el ambiente social y cultural que se presenta como un proceso dinámico, constructivo, de origen interactivo, sociocultural que conduce a la optimización de los recursos humanos, producto de una conjunción de factores ambientales, temperamentales y habilidades cognitivas.

La resiliencia es considerada como una forma de psicología positiva no encuadrándose dentro de la psicología tradicional. El concepto de resiliencia se corresponde aproximadamente con el término «entereza».

Las personas más resilientes tienen mayor equilibrio emocional frente a las situaciones de estrés, soportando mejor la presión. Esto les permite una sensación de control frente a los acontecimientos y mayor capacidad para afrontar retos.

A nivel actitudinal es el convencimiento que tiene un individuo o equipo en superar los obstáculos de manera exitosa sin pensar en la derrota a pesar que los resultados estén en contra, surgiendo, finalmente, un comportamiento ejemplar a destacar en situaciones de incertidumbre con resultados altamente positivos.

A nivel procedimental el término resiliencia se refiere a la capacidad de los sujetos o grupos para sobreponerse a contratiempos, estímulos y situaciones adversas, períodos de dolor emocional y traumas, ejerciendo resistencia, manteniéndose en pie de lucha, con altas dosis de perseverancia, tenacidad, aplomo, fortaleza, adaptación y aguante al afrontar, encarar y enfrentar a las adversidades de la vida.

Esa capacidad de resistencia se prueba en situaciones de fuerte y prolongado estrés, como por ejemplo el debido a la pérdida inesperada de un ser querido, al maltrato o abuso psíquico o físico, al abandono afectivo, al fracaso, a las catástrofes naturales y a las pobrezas extremas.

A nivel formativo la resiliencia facilita el desarrollo de la adaptación positiva en contextos de gran adversidad; aumenta la capacidad de proteger la propia integridad, bajo presión frente a la destrucción; forjar un comportamiento vital positivo pese a las circunstancias difíciles e incrementa la habilidad para resurgir de la adversidad.

A nivel emocional refuerza la confianza en si mismo al ser consciente de que uno es capaz de superar su problemas, recuperarse, sintiéndose bien con uno mismo, experimentando paz, calma y tranquilidad al verse fortalecido ante riesgos y peligros y al hecho de poder acceder a una vida significativa y productiva

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