El Estado De Marck
lorenamylove11 de Febrero de 2014
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EL ESTADO DE MARX
REFACIO
Analizar el presente del siglo xxi con las herramientas conceptuales y teóricas del siglo xix, pudiera ser tan complejo y azaroso como tratar de abrir la puerta de un Hummer 4x4 con la llave de una berlina de la época de la Independencia.
Pero la cuestión que nos planteamos analizar es la del rol, lugar y significación del Estado en la sociedad actual mediante algunas de las categorías de análisis del marxismo clásico.
El “problema del Estado” es probablemente uno de los tópicos más estudiados y discutidos en el campo intelectual del marxismo y en el campo político y cultural de las izquierdas, toda vez que resume y concentra algunas de las problemáticas fundamentales del paradigma de izquierda y se encuentra en el corazón del proyecto socialista: la cuestión del poder, del sujeto histórico, de la revolución, de las formas de conquista del poder, del rol de la fuerza, la lucha de clases y la violencia en la transformación revolucionaria de la sociedad capitalista, las formas y vías de transición del capitalismo al socialismo.
Este ensayo es una contribución intelectual a un análisis político y teórico del problema del Estado en la sociedad contemporánea, uno de los tópicos más recurrentes dentro del campo de la izquierda, a partir de la ponencia titulada “¿A quién sirve el Estado?” de nuestro amigo y compañero Armando Figueroa y especialmente para el colectivo Los Barrenderos de Olmué.
INDICE
EL ESTADO DEL PROBLEMA p. 3
EL PROBLEMA DEL ESTADO p. 15
LECTURAS Y REFERENCIAS p.19
EL ESTADO DEL PROBLEMA
Hay acuerdo en la Ciencia Política y en las Ciencias Sociales en general que la noción moderna de Estado proviene de la Edad Media y particularmente del Renacimiento, de autores tan diversos como Francisco Guicciardini y Nicolás Maquiavelo.
No es un autor que inventa o descubre la idea de Estado, aunque se atribuye con justicia a Maquiavelo la primera autoría, sino que es un amplio y complejo clima intelectual, político e ideológico de expansión del pensamiento histórico, académico y filosófico que van a facilitar la formación del concepto de Estado como hoy lo conocemos.
El Estado antes del Estado
En efecto, en el clima intelectual y político del Renacimiento europeo e italiano en particular, se puede encontrar el punto de partida lejano del proceso de construcción del Estado moderno y, consecuentemente, de la conceptualización del Estado como objeto de reflexión y de estudio político.
Como todo concepto que nace desde una contradicción, el punto de partida de la formación del concepto de Estado, se encuentra en la disputa ideológica y teórica entre la nociones de “señoría” (signoria) y de “respublica”, una discusión a la vez filosófica, política y jurídica propia de las formas de gobierno de las ciudades-estado del norte de Italia. Autores de distintos horizontes de los siglos XIV y XV como Leonardo Bruni, Colluccio Salutati, Alain Chartier, Jean de Salisbury, Gregorio Dati, Pico de la Mirándola, Lorenzo Valla, John Wycliffe, Giovanni Conversino y Francisco Guicciardini, giraron alrededor del concepto de “stato” (status, state, état, estado…) y de los cuales se alimentó el florentino Nicolló Machiavelli. (1)
Esos florentinos humanistas –Machiavelli entre ellos- practican el “arte dello stato”, es decir, la reflexión razonada que apunta a la búsqueda política e intelectual de construir una comunidad de ciudadanos libres e iguales viviendo juntos en un régimen de derecho, gobernado por las cuatro virtudes (propias de la visión romana de la ética política), a saber, la prudencia, la fortaleza, la justicia y la templanza.
1 Es en este ambiente de rica creación cultural, artística e intelectual, donde surgieron las primeras universidades: Bolonia, Paris y otras.
En aquella época, mientras la “señoría” era una forma de gobierno aristocrático y oligárquico de los señores feudales dentro de la “ciudad”, dependiente del emperador o del Papa, la “respublica” era un gobierno laico y civil, emanado de alguna forma de participación de los ciudadanos. Entonces, la republica de Florencia y de Venecia, se oponía a la señoría de Milán, y en esa compleja polémica surge la noción de “stato”.
Todo este debate intelectual del renacimiento italiano y europeo tenía como marco y contexto, la expansión de la reflexión humanista (desde Petrarca y Dante), la disputa entre el poder temporal o político y el poder religioso de la iglesia católica, entre la independencia de las ciudades-estados italianas y la dominación imperial germánica en Europa.
En medio de esa discusión, estaba subyacente la polémica entre las formas de tiranía y de los principados, en la que intervino Maquiavelo con su polémico “Príncipe” y sobre todo con su texto titulado “Discurso sobre las décadas de Tito Livio”.
En los pensadores florentinos Bruni, Salutati y Guicciardini, Maquiavelo ya encontrará depositada en germen la idea de “stato”, es decir, de una forma de poder y de soberanía (que Jean Bodin elaboró más minuciosamente un siglo después) absoluta y perpetua.
Esta es la época además en que comienzan a aflorar las identidades nacionales, y en que comienzan a formarse las bases del primer capitalismo financiero (a través de los banqueros y comerciantes judios, holandeses e italianos), precursora de la llamada acumulación originaria de la que escribe Marx en el primer tomo de El Capital.
La idea de Estado surge entonces en la Italia renacentista del siglo XV como una noción ideológica y política que da cuenta de las luchas políticas y de clases, que a su vez, se encuentran en los orígenes remotos de las primeras naciones europeas y de las primeras formas del capitalismo temprano.
Siguiendo la lógica marxista, primero son los procesos históricos y sociales concretos y después surgen las ideas y nociones teóricas que describen y explican esos procesos.
La idea o el concepto de Estado, en sí misma, es entonces también, una idea de clase, un concepto de clase que encuentra su determinante en la realidad histórica y contradictoria de los procesos socio-económicos y políticos.
El proceso de formación de las primeras naciones y de los Estados modernos, va a atravesar todos los siglos XVI y XVII para hacer eclosión en las revoluciones de la independencia de Estados Unidos y francesa de 177y y 1789 respectivamente, y es desde la experiencia histórica de estas primeras revoluciones burguesas “victoriosas” de la historia, donde Marx y Engels van a desprender su concepto de Estado.
Marx ante el Estado
Entendemos que la conceptualización del Estado desde un registro marxista, tiene que dar cuenta de la enorme diversidad de interpretaciones, lecturas y enfoques que se encuentran en el corpus teórico del marxismo. Incluso, al interior del campo teórico conceptual del marxismo, desde sus fundadores hasta hoy, deberíamos hacer las necesarias distinciones entre el marxismo clásico occidental, las corrientes marxistas orientales, el pensamiento marxista latinoamericano, el marxismo árabe… nada más que para situar geográficamente una amplia gama de dimensiones y acentos de la reflexión marxista y proto-marxista, según el momento y lugar donde ésta tuvo y tiene lugar.
Sin embargo, situamos nuestro análisis, desde una perspectiva latinoamericana, pero reconociendo la universalidad posible del Marx clásico y hasta del Marx del presente, a la luz del enorme corpus de autores y pensadores que se han planteado la cuestión del Estado, incluyendo la pregunta de para qué y a quienes sirve el Estado.
Antes de entrar en materia, cabe subrayar que la cuestión utilitaria de para qué sirve y a quienes sirve el Estado moderno –el Estado burgués en código marxista clásico- ya la había despachado Marx en su debate con los anarquistas y con Proudhon y que se encuentra subyacente desde “El Manifiesto Comunista” de 1848 hasta su texto tardío “Crítica del Programa de Gotha” de 1875.
La diferencia fundamental que puede resaltarse entre la visión marxista y la visión anarquista, es que mientras que en el marxismo el Estado es una máquina de dominación de una clase sobre otra, máquina históricamente determinada, luego perecible, máquina política de poder destinada a desaparecer en el punto histórico del paso del socialismo al comunismo, para los clásicos del anarquismo el Estado es y ha sido siempre una máquina de dominación de clase que debe desaparecer de inmediato, antes y durante la revolución que conduce del capitalismo al socialismo.
Precisamente en la “Crítica del Programa de Gotha” de 1875, Marx define a grandes trazos el enorme programa histórico del proletariado ante el Estado:
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