El Estrés

El Estrés

Este ha sido un tema de interés y preocupación de la conducta humana, puesto que inciden en la salud física y mental, así como un bajo rendimiento laboral y académico. Generando angustia y preocupación que llegan a conducir trastornos personales. Todas las personas deben aprender a prevenir y controlar el estrés, para disfrutar un estilo de vida más sano y saludable.

Oblitas (2004) explica que los enfoques fisiológicos y bioquímicos se centran en las respuestas organicas que se generan cuando la persona enfrenta una situación amenazante. Los enfoques psicosociales hacen énfasis en los factores externos, estímulos y eventos productores de estrés. Los enfoques cognitivos dicen que el estrés surge a partir de la evaluación cognitiva que la persona realiza tomando en cuenta aspectos internos y ambientales.

La tradición psicosocial, da énfasis a las reacciones psicológicas y conductuales de las personas ante las situaciones estresantes que estas enfrentan en su ambiente. Según Folkman, Lazarus, Gruen y De Longis (1986), el estrés se presenta cuando la persona identifica una situación o encuentro como amenazante, el cual excede sus recursos de afrontamiento y pone en peligro su bienestar. Se presenta una valoración cognitiva del acontecimiento donde el sujeto valora si la situación puede dañarla o beneficiarla; y un proceso de afrontamiento, donde el sujeto se estima lo que puede hacer o no para enfrentarlo.

Investigaciones muestran que cuando las personas consideraban que su autoestima estaba siendo amenazada empleaban estrategias de confrontación, autocontrol, evitación y había un aumento de responsabilidad. Pero  si estimaban que eran capaces de modificar la situación usaban más estilos confrontativos, revaloraciones positivas y un plan de solución.

Eustrés, distrés y nivel óptimo de estrés

El estrés proporciona un deterioro y agotamiento acumulado en el cuerpo; se rompe la armonía entre el cuerpo y la mente. Una emoción agradable producto de una buena noticia, produce lo mismo que una emoción desagradable de una noticia mala; ambas son causa de estrés.

La situación en que la buena salud física y el bienestar mental facilitan que el cuerpo adquiera y desarrolle su máximo potencial, está asociado con el eustrés. El buen estrés o eustrés es todo aquello que causa placer, lo que la persona quiere o acepta hacer en armonía consigo misma con su medio y propia capacidad de adaptación; todos los aspectos que resultan estimulantes, alentadores, fuentes de bienestar o de equilibrio.

Un estrés excesivo debido a un estímulo demasiado grande, puede conducir a la angustia o sea al distrés. El mal estrés o distrés es todo aquello que la persona hace a pesar suyo, en contradicción consigo misma, su ambiente y propia capacidad de adaptación; todas las fuentes de desequilibrio, alteraciones psicosomáticas y enfermedades de adaptación.

El nivel óptimo de estrés, se refiere a la dosis de estrés biológicamente necesaria para cada persona, con el propósito de que esta desempeñe de manera armónica en condiciones óptimas compatibles con su personalidad y posibilidades de adaptación. Una cantidad moderada de tensión vital, resulta saludable por que ayuda a alcanzar metas difíciles. Cuando la persona funciona por debajo del nivel óptimo de estrés su organismo esta subestimado, poco solicitado física, psicológica y biológicamente. Si funciona por encima del nivel óptimo, el organismo esta superestimulado, agotado, lo que le exige la secreción importante de hormonas de adaptación.

Fases del estrés

El estrés desde que aparece hasta que alcanza su máximo efecto, pasa por tres etapas:

Alarma, constituye el aviso claro de la presencia de un agente estresante, provocando reacciones fisiológicas para advertir a la persona que debe ponerse en estado de alerta. Solamente cuando la barrera estresante supera a la persona y esta se da cuenta de que sus fuerzas no son suficientes, tomando conciencia del estrés da paso a la fase de alarma.

Resistencia, cuando intenta continuar enfrentando la situación pero se da cuenta de que su capacidad tiene un límite. La persona empieza a tomar conciencia de que está perdiendo energía y su rendimiento es menor.

Agotamiento, fase terminal del estrés caracterizada por la fatiga, ansiedad y depresión. La fatiga incluye cansancio que el sueño nocturno no restaura, esta va acompañado de nerviosismo, irritabilidad, tensión e ira. Con la depresión. La persona no encuentra motivación para realizar sus actividades, sus pensamientos son pesimistas y los sentimientos hacia sí mismo son cada vez más negativos.

La respuesta al estrés

Según Neidhardt et al. (1989) la fase de alarma empieza cuando el cerebro al percibir un factor causante de estrés, envía un mensaje a la glándula pituitaria que segrega la hormona de adrenalina. Los sistemas de respuesta son pulso rápido, sudoración, fuerte pálpito, músculos contraídos, dientes y mandíbula apretados. Cuando las personas manifiestan estos síntomas está preparada para enfrentar un peligro, amenaza o situación comprometedora.

Melgosa (1995) explica que las señales de alarma que llegan al cerebro son enviadas al hipotálamo que transmite el mensaje al organismo por vía nerviosa y sanguínea. Por vía nerviosa, los estímulos generados por el hipotálamo se transmiten al sistema nervioso simpático que regula las funciones orgánicas. También  llegan a la medula de las glándulas suprarrenales que aumentan la segregación de adrenalina y noradrenalina, las cuales producen alteraciones sobre todo el organismo. Por vía sanguínea, el hipotálamo estimula a la hipófisis que segrega varias hormonas que actúan en todo el organismo.

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