El Hombre En Busca Del Sentido.

Ensayo de “EL HOMBRE EN BUSCA DEL SENTIDO” por Víctor Frankl

En este libro el autor Víctor Frankl nos relata sus vivencias que paso en el campo de concentración de Auswhitz, en donde pretende mostrarnos las diferentes etapas psicológicas por las que paso el interno. Este no es un libro de héroes o mártires es la historia de hombres que tuvieron que pasar por tortura, hambre y humillación, la historia de hombres que viven una lucha constante de supervivencia.

El autor nos habla de la supervivencia que existía dentro del campo de concentración. Como el mismo explica, la lucha diaria entre presos era constante, ya que nadie quería ser el próximo en morir en una cámara de gas, y si hacía falta, reemplazaban el hueco que ellos mismos debían ocupar a cambio de otro preso. El compañerismo en estos campos era un valor que estaba escaso y el egoísmo prevalecía, no se dudaba en aventar a la muerte a un compatriota con tal de salvar la suya. Era lógico reaccionar de esta manera pues se trataba de una cuestión de supervivencia. En casos extremos creo que cualquiera de nosotros haría lo mismo.

Un campamento en donde lo único que te acompaña día y noche es la muerte que en cualquier momento te va a llamar, la muerte que no te deja solo ni para respirar. Esta búsqueda la aproximamos al sin-sentido. Entendiendo el sin sentido en el poco tiempo que me doy para valorar: la vida, las personas, el mundo y sobre todo el hombre, que es en sí mismo. Pues las carencias y la falta de esperanza y de ánimo por un mejor mañana se divisan cada vez más lejos en tan precarias condiciones.

En su primera fase el autor nos narra cómo los prisioneros albergan la ingenua esperanza de que serán liberados. no se daban cuenta del significado que encerraba la escena que presenciaron al llegar al campo, cuando un oficial les ordeno que hicieran dos filas, una de hombres y otra de mujeres, niños y ancianos, en ese momento se decidía quien viviría y quien pasaría directamente a la cámara de gas. Honestamente no logro comprender como puede ser posible que estas personas hayan llegado a tal grado de decidir quien pueda vivir y quién no. Aunque, bueno, como bien lo explicaba el autor, los oficiales, capos, capataces y todos los que tenían un puesto de mando eran personas inmunes al sentimiento, depravados, malvados y que de alguna manera disfrutaban del sufrimiento ajeno.

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Conforme fue pasando el tiempo estas ilusiones se fueron esfumando en la vida de los presos y se iban perdiendo en un humo negro, es ahí cuando empiezan a perderle el sentido a la vida y su mente a adoptar pensamientos de suicidio, y como no hacerlo si no llevaban una vida digna ni un motivo propio por el cual vivir. Lo único que tenían era carencias, como lo fueron: la falta de higiene, una vestimenta digna, una alimentación balanceada, ya no decir una habitación pero si tal vez un catre propio.

El autor cita una frase de Nietzsche que dice: quien tiene un porque para vivir, encontrara casi siempre el cómo… y era evidente que la mayoría de estos hombres ya habían perdido el “como”.

En su segunda fase, el autor nos habla de cómo los prisioneros fueron cayendo en la apatía, en una especie de muerte en vida, todo esto ocasionado por los abusos e insultos por parte de los “capos”.

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