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El Juego En Los Niños


Enviado por   •  19 de Septiembre de 2013  •  1.161 Palabras (5 Páginas)  •  235 Visitas

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Jugar: el oficio del niño

El juego es un aspecto central durante la infancia de nuestros hijos. Es más, su desarrollo integral es inseparable de la actividad lúdica y depende, sobre todo, de que pueda jugar a sus anchas. El niño aprende jugando. Cuanto más juegue más cosas aprenderá y más rápidamente lo hará. Pero no seamos exigentes. No debemos pensar en el juego como un medio que tiene una finalidad. El juego es y debe ser un fin en sí mismo.

A partir del año, nuestro hijo ya se desplaza, gatea, empieza a caminar. Es un todoterreno y tiene una energía increíble. Además, ha aprendido a coger las cosas, a tirarlas al suelo, a cambiarlas de mano… y no deja de aprender más y más. Su interés por las cosas que le rodean también crece a pasos agigantados y las posibilidades del juego son ahora múltiples. Los juegos sensoriales y corporales siguen siendo muy divertidos para él, pero cada vez tendremos que complicarlos un poco más y aderezarlos con una pizca más de ingenio.

Como el bebé ya ha aprendido a desplazarse de una u otra manera, necesita juegos que incluyan este nuevo aprendizaje que le divierte tanto. Es un buen momento para empezar a perseguirse, a jugar a pillar, o a ver quién es el primero que alcanza la pelota que está en el rincón. Los juegos permiten ahora más movimiento y un poco más de ímpetu.

La hora del baño continúa siendo un momento muy entretenido y placentero para nuestro bebé. Ahora podemos ofrecerle muchos más cacharros y él tiene más equilibrio y autonomía de movimientos para jugar. Pero no debemos dejarlo solo en la bañera, todavía no controla su cuerpo lo suficiente.

La imitación: mil posibilidades de jugar

Entre 1 y 2 años, el bebé descubre algo grandioso: la posibilidad de imitar a sus padres y a todos aquellos que le rodean, lo que da lugar a una nueva forma de jugar que le sirve para acceder, poco a poco, al mundo de los adultos. Lo veremos coger cualquier objeto que le sirva y simular que habla por teléfono con la abuela, imitar el sonido de los animales que nosotros le hemos enseñado ("¿Qué hace el perro?", "¿Y el gatito?"), se tocará la nariz o los ojos como respuesta a nuestra pregunta "¿Dónde tienes la nariz?", bailará al ritmo de cualquier sintonía que oiga, nos dará de comer con una cuchara, se subirá a un taburete para mirarse en el espejo del lavabo y hacer que se peina o conducirá un coche mientras está sentado en el sofá. Y todo esto lo ha aprendido él solo, observando e imitándonos a nosotros. La imitación es un factor importantísimo a la hora de aprender y adquirir nuevos conocimientos. Cuántas cosas no se aprenden a través de la imitación: desde el lenguaje, hasta cepillarse los dientes, pasando por saltar con los pies juntos, vestirse, utilizar los cubiertos o bailar.

Nosotros podemos ofrecerle distintas y variadas situaciones que le sirvan de modelo a imitar y de aprendizaje a la vez que de juego:

• Mientras realizamos una actividad concreta (vestirnos, limpiar, cocinar, peinarnos, etc.) podemos darle un objeto similar al que utilizamos e invitarle a que imite lo que estamos haciendo nosotros.

• Podemos escenificar momentos cotidianos en secuencias de dos acciones: dar de comer a un muñeco y ponerlo a dormir, preparar la comida y comer, peinarnos y salir de paseo, etc. De esta manera, con secuencias cortas y sencillas, le será fácil memorizarlas y saber qué cosa viene después de

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