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El Psicólogo Jurídico y el Código Civil Colombiano


Enviado por   •  28 de Mayo de 2017  •  Tareas  •  2.972 Palabras (12 Páginas)  •  263 Visitas

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Código Civil

Seminario de profundización de psicología jurídica II

Alejandra Mora, Mayerly León, Paola Moreno, Daniela Cendales, María José Oyola.  

  1.  El psicólogo jurídico que trabaja en estos procesos debe poseer competencias y conocimientos que le permitan evaluar a los niños, los adultos y la familia; Explique por qué:

El psicólogo jurídico debe tener una serie de competencias que le permitan comprender, analizar la problemática y orientar las víctimas en base con las afectaciones psicosociales que se derivan, también debe aportar de manera significativa al restablecimiento de los derechos y la no repetición del delito tanto en niños, adultos y familia. Al hacer referencias a las competencias, Espinosa y Tapias (2012) incluyen: cognitivas, praxeológica, axiológica y comunicativa, las cuales son explicadas por los mismos autores y mencionan que:

En la competencia cognitiva el psicólogo jurídico debe ser tener la capacidad para identificar y reconocer la manera en cual la psicología aporta a las afectaciones psicosociales que se desencadenan de alguna conducta delictiva y deja una o más víctimas; también, debe tener la habilidad para identificar y aplicar adecuadamente los diferentes tipos de intervenciones como lo son: asesoría psicológica, acompañamiento psicosocial, primeros auxilios psicológicos e intervención en crisis.

La competencia praxeológica incluye que el psicólogo jurídico sea idóneo para reconocer la importancia de la relación interdisciplinaria inmersa en el ejercicio del trabajo con víctimas de los diferentes delitos, y por ende la necesidad de trabajar en equipo. En el caso expuesto el psicólogo debe trabajar con Trabajo Social, Médicos, Defensores de Familia, Fiscales e investigadores que aporten al caso; así mismo, debe involucrar adecuadamente las variables implicadas en una problemática particular relacionada con la atención psicosocial y el daño psicológico o emocional en las víctimas. A partir de ese proceso debe al mismo tiempo proponer estrategias acordes con la literatura para realizar la atención adecuada.

La competencia axiológica, consiste en que el psicólogo jurídico debe reconoce y actuar de acuerdo con un marco ético y disciplinar como lo menciona la ley 1090 del 2006, por la cual se reglamenta el ejercicio de la profesión de Psicología, se dicta el Código Deontológico y Bioético y otras disposiciones. También debe identificar y construir un marco ético relacionado con el que hacer de los sujetos encargados del acompañamiento a víctimas de acuerdo a su experticia en el tema.

Finalmente, en la competencia comunicativa el psicólogo jurídico debe estructurar propuestas de atención, asesoría y acompañamiento de acuerdo con las particularidades de cada uno de los casos que llegan a los diferentes operadores jurídicos. No obstante, debe demostrar dominio en intervenciones orales, maneja un adecuado nivel de fluidez verbal, poniendo en práctica competencias cognitivas especialmente la argumentativa.

Por otro lado, la psicología jurídica y forense tiene un peso muy significativo dentro de los diferentes procesos que se llevan a nivel judicial. Se puede evidenciar que, en el caso expuesto de maltrato intrafamiliar, el psicólogo debe tener la capacidad para comprender el comportamiento humano que alcanza implicaciones jurídicas. El psicólogo jurídico debe conocer las leyes relativas a todos los procesos judiciales civiles o penales en los que participa, además de estar especializado en áreas de su actuación (conocimientos, experiencia, entrenamiento y supervisión), y poseer conocimientos actualizados en estándares científico para aportar información especializada, específica y veraz al dictamen que se realiza, el cual se convierte en un medio probatorio para orientar la toma de decisiones judiciales. El psicólogo jurídico debe tener conocimiento en daño psicológico, la entrevista psicológica forense especializada en niños, los instrumentos de evaluación psicológica propios para el ámbito forense, la comprensión de la conducta transgresora y abusiva de los cuidadores y la prevención de futura conducta antisocial de los niños maltratados. Así mismo se debe tener en cuenta que las pruebas para determinar el daño psicológico en los niños van enlazadas con lo establecido en la Ley para la restitución de derechos, cuando estos sean vulnerados o sean fruto de violación, para dicha evaluación se debe tener en cuenta la etapa de desarrollo en la que se encuentre el niño, determinar los cambios que se han presentado después de los eventos traumáticos, es por eso que se debe tener muy en claro los informes médicos, escolares y los reportes verbales de los familiares o de las personas más allegadas al niño  (Hernández & Tapias, 2010).

Para Arce y Fariña (2005) citados por Hernadez y Tapias (2010) el daño psicológico hace referencia a la huella psíquica que deja el delito. Sin embargo Castex (1997) indica que se habla de daño psicológico si se presenta una disfunción, un deterioro, trastorno a alguna alteración en la conducta de un sujeto las cuales limiten el funcionamiento o intervengan de manera directa o indirecta en alguna de las áreas de ajuste (Hernández y Tapias 2010).  

El psicólogo jurídico para el presente caso debe tener claro que el daño psicológico son aquellas lesiones psíquicas agudas producidas por un delito o alguna situación traumática que desencadenara secuelas en la persona, estas lesiones incapacitan a la persona para realizar sus actividades cotidianas abarcando su área personal, familiar, laboral o social. Dentro de las lesiones psíquicas aquellas que se presentan con mayor frecuencia son los trastornos adaptativos en relación a un estado de ánimo depresivo o ansioso, el trastorno del estrés postraumático o la descompensación de una personalidad anómala. De igual manera, tener claridad del concepto secuelas emocionales, la cual se refiere a la estabilización del daño psíquico lo cual se convierte en una discapacidad permanente que no remite con el paso del tiempo ni con un tratamiento adecuado, esto genera que las secuelas interfieran negativamente en la vida cotidiana de la persona (Echeburúa, Corral  & Amor, 2002).

En relación a las competencias y los conocimientos explicados anteriormente se evidencia el porqué de la importancia de que el psicólogo jurídico tenga claridad de cada labor y función que cumple en el marco de lo legal. También, conocer sobre la manera adecuada de intervenir y orientar a las víctimas para un debido proceso. Todo esto se forma en el psicólogo a partir de los aspectos sumamente explicados y es de anotar la magnitud de su importante para ejercer una profesión de calidad. De esta manera es importante mencionar que las competencias deben estar ligadas a lo establecido por la Ley sin olvidar la importancia que tienen las otras disciplinas en la evaluación de daños físicos y emocionales en víctimas, sin olvidar la etapa de desarrollo y las experiencias previas a los hechos.

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