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El SUEÑO


Enviado por   •  3 de Junio de 2015  •  Tesis  •  2.822 Palabras (12 Páginas)  •  174 Visitas

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El SUEÑO

El sueño se ha definido como un estado de quietud conductual dé los organismos, acompañado de una postura de inmovilidad, o reposo (propia de la especie), con una disminución en la capacidad de responder a los estímulos externos. El sueño forma parte del ciclo sueño-vigilia. Durante la vigilia percibimos e interpretamos los estímulos, por lo que decimos que somos conscientes del mundo externo, interactuamos con él y respondemos a él, incluso modificándolo. En este sentido, estamos equiparando la conciencia con la vigilia con fines operacionales.

Desde la perspectiva anterior, el estado de conciencia y vigilia, así como el de inconsciencia y sueño, son producto de la activación e interacción de sistemas cerebrales, de los cuales unos se activan para producir nuestra conciencia, mientras que, simultáneamente, otros se inhiben. Algunos de ellos se pondrán en marcha cuando dormimos, con la simultánea inactivación de los sistemas que estuvieron activos durante la vigilia

SUEÑO REM,

NO REM Y VIGILIA

El registro de la actividad electroencefalografía ha permitido realizar una clasificación de los estados de vigilancia en mamíferos: vigilia y sueño. El sueño se ha dividido en dos grandes fases: la fase de sueño con movimientos oculares rápidos (REM, del inglés rapid eye movements) y la fase sin ellos (no REM), La vigilia se caracteriza por un ritmo de actividad eléctrica cerebral rápida y de bajo voltaje; se puede registrar actividad tan rápida hasta de 40 Hz (ritmo), el cual puede interrumpirse por estímulos auditivos. El sueño no REM se caracteriza por una disminución en la velocidad de la actividad eléctrica cerebral, llegando a ser lenta y de gran amplitud, por lo que se conoce como sueño de ondas lentas. El tono muscular está disminuido en comparación con la vigilia y los movimientos oculares son lentos y asincrónicos. La mayor cantidad de sueño no REM en humanos se presenta en la primera mitad de la noche, El sueño REM se caracteriza por una actividad eléctrica cerebral rápida y de bajo voltaje, y con presencia de ritmo. Este ritmo no puede interrumpirse con la estimulación auditiva que lo interrumpe en la vigilia. Sin embargo, como se señaló anteriormente, el estímulo auditivo que interrumpe el ritmo durante la vigilia, no lo hace durante el sueño REM, lo que indica que la entrada sensorial se selecciona en el tálamo durante el sueño REM de una manera diferente a como sucede durante la vigilia

ESTRUCTURAS CEREBRALES Y SUEÑO

La actividad eléctrica cerebral de las neuronas de varias estructura cerebrales es diferente a lo largo de la vigilia, el sueño no REM y el sueño REM. Para la detección de los grupos neuronales que se activan en estos estados de vigilancia se han usado indicadores metabólicos de dicha activación. Así, mediante tomografía por emisión de positrones se ha demostrado que la actividad metabólica cerebral es mínima durante el sueño no REM, en comparación con la observada durante la vigilia, principalmente en estructuras como el tálamo, los núcleos de la base, el hipotálamo y la corteza pre frontal, parietal y temporomedial. En esta fase, el cerebro presenta una actividad tan baja, que parece estar ‘desconectado’ del medio externo. L actividad de la corteza parietal, prefrontal dorsolateral y la del cíngulo posterior disminuye, Curiosamente, presenta 40 Hz, aunque no es reactivo a los estímulos auditivos, como en la vigilia. Durante la vigilia siempre existe una gran actividad en la corteza pre frontal, el lóbulo occipital y el lóbulo parietal (principalmente en el izquierdo), además de la corteza del cíngulo y la amígdala.

Si el sueño y la vigilia son un ciclo, esto querría decir que el sueño beneficia a la vigilia, y viceversa. En términos de los dos cerebros, el de la vigilia tiene funciones que nos es fácil observar, aunque sus mecanismos estén aún por elucidarse. En este contexto, sólo dos verdades son irrefutables: el cerebro del dormir reclama una parte del día para ejercer su función, y algo hace que beneficia al cerebro de la vigilia. Postural (ataxia), aumento en la ingesta de alimento acompañada de una pérdida de peso considerable, e incremento en la energía expedida.

Estos trabajos sugieren que el cerebro del sueño beneficia de manera crucial al de la vigilia, por lo que es indispensable para la vida. Evidentemente, estos estudios indican que surge un desequilibrio homeostático por no dormir, originando una descompensación en el metabolismo de los animales bajo una PST crónica. Los autores de estos trabajos argumentan que no hubo fallos en el metabolismo intermedio de las ratas, pero sí un catabolismo acelerado. Además, el incremento en la energía expedida, el aumento de la ingesta de alimento y la ausencia de tejido graso indican un uso acelerado de nutrientes y la absorción anormal de grasas, Así, estos autores concluyen que el bajo peso de las ratas no puede explicarse por una mala absorción de nutrientes o deshidratación, y por sí solo no explica la muerte de las ratas. Con base en el síndrome inducido por la PST y seguido de la consecuente muerte de los animales, se ha propuesto que la función del sueño consiste en ‘restaurar’ al organismo del desgaste ocurrido en la vigilia.

Además, la PST es una vigilia forzada que no se asemeja a la vigilia espontánea de las ratas, Para privar de sueño total a las ratas, éstas se colocan en una plataforma que rota cada vez que el animal presenta una actividad cerebral de ondas lentas, que sugiere que el animal se está quedando dormido, Además, comunicaron que algunas ratas bajo PST presentaron puntos de erosión en el estómago y glándulas suprarrenales más grandes; los autores argumentaron un estrés terminal. A partir de estas manipulaciones se ha dicho que un organismo muere por no dormir y que, por lo tanto, el sueño debe servir para restaurar. Sin embargo. Tendríamos primero que descartar el efecto del estrés que obliga a considerar que los animales no han muerto por la falta de sueño, sino por el exceso de vigilia y de mala vigilia, es decir, ‘llenos’ de estímulos estresantes que demandan un esfuerzo extraordinario del organismo y su cerebro. Estudios realizados en humanos privados de sueño durante 24 y 36 horas informan que éstos exhiben un déficit moderado en la ejecución de pruebas que evalúan tareas cognitivas como memoria, atención y aprendizaje, además de una drástica disminución en el tiempo de reacción para realizar las tareas. La eficiencia para resolver estas tareas se recupera con el simple hecho de dormir. Estos datos sugieren que el órgano que se afectó en primera instancia por la privación de sueño es el

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