El Tacto Pedagógico
amairani241117 de Mayo de 2015
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iluminados gracias a su integración dentro de
un todo complejo que les proporcione sentido
y significado.
Se trata, asimismo, de que asimilemos el ca-
rácter multidimensional y polifacético de cada
suceso histórico, ya que ningún acontecimien-
to social puede ser explicado de manera aisla-
da, sin que lo insertemos en un contexto más
amplio; aludimos a ese espacio conceptual en
donde se verifica la compleja imbricación de fe-
nómenos económicos, políticos, ideológicos y
culturales que se estructuran y que finalmente
determinan la configuración y la comprensión
concretas de las acciones humanas. Sin duda,
recurrir a la perspectiva de la complejidad no
es otra cosa que proceder justo como lo hace
el propio pensamiento cognitivo durante el pro-
ceso paulatino de edificar el bagaje cultural y
la subjetividad particular que va a distinguir a
cada individuo: asociar conceptos, relacionar
temas, confrontar experiencias, asimilar pro-
blemas, jerarquizar valores, sumar autores, en
una palabra, arribar a una síntesis luminosa
de conocimientos y vivencias específicas que,
concebidos como parte de un todo más am-
plio, producen ese resultado prodigioso que
conocemos con el bello y emblemático nombre
de sabiduría.
El objetivo de la pedagogía crítica es alcanzar
esta suprema integración de actitudes y perspec-
tivas, amalgamando el espíritu crítico, la voluntad
de invención y la dimensión de lo complejo con
miras a la construcción de una mentalidad lúcida
y lúdica que esté preparada para hacerle frente
a los enormes retos sociales e intelectuales que
acarrea consigo el siglo XXI. Los frutos por venir
se reflejarán, sin duda, en un individuo capaz de
fusionar creativamente el raciocinio lógico y la in-
teligencia emocional, la reflexión y la imaginación,
la razón y la intuición, el rigor científico y la capa-
cidad lúdica, el azar y la necesidad, la objetividad
y la incertidumbre, las certezas y el absurdo, la
claridad y lo ininteligible, lo conocido y la ambi-
güedad. A estas simbiosis provechosas habría
que añadirle una más: la que vuelve compatible el
hecho de poseer una sólida autoestima personal
y, al mismo tiempo, estar conscientes de nues-
tra insuperable vulnerabilidad como personas
y como especie. Esta “conciencia desdichada”
conlleva una experiencia dolorosa, ya que presu-
pone la desmitificación y el desencanto, sin em-
bargo ella se convierte en uno de los requisitos
que tenemos hoy en día los seres humanos para
construir un mundo tolerante y pacífico, plural y
democrático, en donde los individuos se acepten
mutuamente y las diferencias ideológicas, políti-
cas, raciales, étnicas y sexuales ya no sean una
fuente de odio y discriminación, sino una pauta
para el enriquecimiento cultural y estético de los
individuos y las sociedades.
Por sí misma, la pedagogía crítica no es un
factor suficiente como para garantizar la edifica-
ción de una “utopía concreta” como la aquí es-
bozada. De modo que para tener éxito en esta
empresa de dimensiones colosales, también se
requiere del concurso de los atributos específi-
cos que le son consustanciales al arte y a la edu-
cación artística, dos actividades que son fruto
venturoso de la creatividad.
El arte, como es sabido,
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