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El Yo Y El Ello

tachitia6 de Marzo de 2012

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Relatoría El yo y el ello.

Relatora: Alejandra Betancur Gallego.

Asistentes: grupo de psicología 4 semestres teorías psicológicas uno (dinámica) docente y decana de psicología esperanza hidalgo.

Para empezar ubiquémonos en la segunda teoría del aparato psíquico de Freud, la cual fue expuesta por primera vez en el año 1923, en su obra “El yo y el ello”. El estudio del "yo" y su forma de funcionar, fue planteado entre 1910 y 1920, esto le posibilito a Freud darse cuenta de la insuficiencia de la primera tópica, según la cual concuerda lo inconsciente con lo reprimido. El análisis demuestra que la operación por la cual se reprimen elementos, es inconsciente. Por lo tanto, plantea que el conflicto básico no puede ser expresado en términos de sistema preconsciente-consciente contra el sistema preconsciente-inconsciente, él "yo" mismo puede ser consciente. A sí mismo el proceso primario que anteriormente caracterizaba al sistema de lo reprimido también puede estar presente en el sistema represor.

Freud intentó explicar el funcionamiento psíquico humano, postulando entonces la existencia de un "aparato" psíquico que tiene una estructura particular, sostuvo que este aparato está dividido, en tres instancias: el Ello, el Yo y el Superyó, que sin embargo comparten funciones y no se encuentran separadas físicamente. A su vez, gran parte de los contenidos y mecanismos psíquicos que operan en cada uno de ellos son inconscientes. El “Yo” es la parte de la personalidad que se organiza como consecuencia de la influencia del ambiente, es la parte del “Ello” alterada por la influencia de lo superficial con mediación del preconsciente y del consciente y por esto se encarga de hacer valer en el “Ello” el mundo exterior.

Podría afirmarse entonces que el “Yo” está encargado de sustituir el impulso de placer que rige al “Ello” por el de materialidad, ya que el “Yo” es el representante de la razón, la moderación y la cordura, a diferencia del “Ello” donde se encuentra la pasión y la necesidad de satisfacción inmediata.

Es relevante mencionar las huellas mnémicas ya que estas cumplen un papel fundamental, en este proceso de interacción entre el “Yo” y el “Ello” pues solo puede volver a la conciencia lo que alguna vez fue percepción consciente.

La capacidad para evaluar y comprender la realidad es la que le permite al “Yo” superar las amenazas externas e internas. El “Yo” se rige por el principio de realidad y en él funcionan los procesos secundarios, es básicamente “consciente” y su dominio en las actividades del sujeto depende la salud psíquica del mismo. El “Ello” podría decirse que es puro deseo, pulsión de placer, necesidad de satisfacción inmediata, dichas sensaciones de placer no son nada es forzantes, en cambio las de displacer implican un alto grado de esfuerzo (Yo).

El “Ello” es pues la representación de las “necesidades biológicas”, es por esta razón que el “Yo” debe intervenir desde la conciencia para tratar de satisfacer las necesidades del “Ello” de la mejor forma posible, teniendo presente las normas morales y culturales establecidas, el “Yo” no envuelve al “Ello” por completo si no en la extensión en que el sistema preconsciente forma su superficie, lo reprimido en el “Ello” es tajantemente segregado por la resistencia de represión del “yo”, pero este trata de poner las necesidades del “Ello” como las suyas propias.

El “Yo” es entonces castigado por el “Súper yo” (toma el papel de los padres), produciendo al sujeto la culpa moral pero este ataque del “Súper yo” pasa y es entonces rehabilitado el “Yo”. El complejo de Edipo es fundamental en este proceso ya que el “Súper yo” es el heredero la resolución del complejo de Edipo el cual obliga al niño

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