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El enamoramiento ¿Porqué nos enamoramos de una persona y no de otra?.


Enviado por   •  27 de Septiembre de 2017  •  Ensayos  •  3.309 Palabras (14 Páginas)  •  291 Visitas

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EL ENAMORAMIENTO

“El encuentro de dos personalidades es como el contacto de dos sustancias químicas;

si se produce alguna reacción, ambas se transforman”.

Carl Jung

INTRODUCCIÓN

¿Porqué nos enamoramos de una persona y no de otra?.

La mayoría de las personas nos hemos enamorado alguna vez en nuestra vida, porque existe una predisposición afectiva de la especie humana; estamos genéticamente programados en cierto modo para enamorarnos y esto va acorde a la evolución humana. Pero, ¿porqué nos enamoramos de una persona y no de otra?, a lo que el filósofo Blaise Pascal afirmaba “el corazón tiene razones que la razón no entiende”.  En el enamoramiento confluyen un conjunto de mecanismos neurológicos y participan sentidos como la vista, el oído y el olfato.  Este último tiene un papel muy importante en el proceso de elección de pareja y junto con  las feromonas participan en la atracción entre dos personas.

Cuando nos enamoramos de alguien, tenemos un deseo sobre la imagen de la persona por la que nos sentimos atraídos. En esta etapa de la relación dejamos de ser racionales, nos dejamos llevar e intentamos agradar a la persona de la que nos enamoramos por sobre todas las cosas. Desde el punto de vista bioquímico, el enamoramiento comienza en la corteza cerebral, posteriormente pasa al sistema endocrino y se transforma en una respuesta fisiológica y en cambios químicos originados por la segregación de dopamina en el hipotálamo, con lo cual se crean estados de euforia y felicidad. Todo comienza con una atracción física, seguida por una atracción personal y el enamoramiento se dispara cuando existe el conocimiento o sospecha de que hay o puede haber reciprocidad.

Se puede decir entonces que para enamorarnos de una persona y no de otra, concursan diversos factores bioquímicos, psicológicos y culturales que derivan en fijar nuestra atención y experimentar una marcada atracción involuntaria e irracional por alguien que llena nuestros sentidos y hacia quien construimos ideas y pensamientos para convertirlo en “objeto de amor”.

En este breve ensayo, comentaré brevemente lo escrito sobre los elementos que participan para que “elijamos” a una persona,  de entre todas las posibles opciones para enamorarnos, recopilando algunas de las diferentes investigaciones y teorías que se han realizado sobre el tema.

El tema me parece de sumo interés en razón a que es una pregunta que me he planteado con regularidad y que ha despertado mi curiosidad al conocer historias de pareja en las que me ha sorprendido y al mismo tiempo maravillado la dificultad para encontrar una explicación del porqué las personas nos enamoramos de determinado individuo. De igual manera, en mi experiencia de vida me he cuestionado ¿qué hace que me enamore de una persona y no de otra?, habiéndome relacionado con una variedad de hombres (por motivos laborales).  He identificando que las personas de quien me he enamorado han tenido características similares: hombres de menor edad que la mía, protectores, atentos, amorosos y con valores que exalto.  Al inicio de la relación me han inspirado seguridad y cuidado y me he dado cuenta que comparten valores similares a los míos, sin embargo, cuando me pasa el enamoramiento, busco en otra persona aquello que desde mis creencias y seguramente desde mis emociones, no pudo “llenar” el otro.

DESARROLLO

Casi todas las personas han experimentado el enamoramiento. Como parte importante de la condición humana, amar es indispensable en la vida de las personas. El amor es un impulso humano fundamental, una necesidad fisiológica, un instinto que consiste en cortejar y conseguir a un determinado compañero para aparejarse.  Las sustancias químicas que a nivel cerebral intervienen para el amor son principalmente la dopamina, la norepinefrina y la serotonina, entre otras (Fisher, 2004). Es así que en nombre del amor, y dada la importancia que reviste el enamoramiento, se han hecho miles de poemas, canciones, libros, obras de teatro, películas, mitos y leyendas que narran historias de amor, en donde el hombre o la mujer abandonan familia y amigos, se suicidan, asesinan o han languidecido en nombre del amor.  

El enamoramiento es una etapa en la formación de la pareja que está llena de euforia,  éxtasis y pasión desbordada, en la que la persona gira en torno al ser amado, considerado dulce tormento, por el cual se mantiene en vigilia soñando despierta, obsesionada y ansiando el anhelado encuentro con el “objeto de amor”.   Así, enamorarse se considera una experiencia mística, intangible, inexplicable, casi sagrada que desafía las leyes de la naturaleza y el escrutinio de la ciencia (Fisher, 1992).

Un aspecto importante de estar enamorado es el comienzo, cuando otra persona adquiere un “significado especial” y es a partir de ese momento que se desarrolla una “invasión” de ideas y pensamientos hacia el objeto de amor o persona amada; se presta más atención a aspectos insignificantes de esa persona y a exagerarlos;  podría decirse que son momentos en que perdemos la voluntad para entregarla a ese ser extraordinario que llena nuestra existencia. Es así que entonces enamorarse, es a menudo algo imprevisible, involuntario y aparentemente incontrolable.

Pero, de dónde surge esta reacción biológica, semejante a lo instintivo en el sentido de que no está sujeta a la voluntad ni al control de la lógica y que de alguna manera domina y hace que la persona enamorada pierda el control y ¿porqué él ó porqué ella ejercen ese control?, ¿porqué nos enamoramos de Juan y no de Pedro ó de Laura y no de Luisa?.

Como resultado de una gran variedad de estudios científicos dirigidos a dar respuesta a cuestionamientos sobre el enamoramiento,  se han definido dos componentes básicos que lo determinan: el biológico, basado en las reacciones químicas que se producen en nuestro cuerpo y mente, y el psicológico, que guarda relación con nuestro sistema de creencias, gustos, experiencias, deseos, etc. (Molina y Antiquino, 2017).  

La antropóloga Helen Fisher, quien se ha interesado en estudiar la anatomía del amor (Fisher, 1992), sostiene que el enamoramiento podría desencadenarse en parte, a través de uno de nuestros sentidos: el olfato.  El cuerpo humano de hombres y mujeres, puede producir algunos afrodisiacos olfatorios contenidos en las glándulas “apocrínicas”  ubicadas en las axilas, alrededor de los pezones y en las ingles. Asimismo, enfatiza que desde el punto de vista bioquímico, el enamoramiento es un proceso que se inicia en la corteza cerebral, pasa al sistema endocrino y se transforma en respuestas fisiológicas y cambios químicos ocasionados en el hipotálamo, mediante la segregación de dopamina. El impulso del amor está profundamente enraizado en el cerebro humano; así, el amor se considera una necesidad fisiológica, un instinto animal y el resultado de un flujo químico en el cerebro.  

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