El valor de las emociones

De todas las criaturas de esta tierra somos los más emocionales.

Del nacimiento hasta la muerte luchamos para manejar las complejas demandas que nos son impuestas por nuestro entorno físico y social. Las múltiples emociones que las personas experimentan reflejan los variados temas físicos y sociales con las que debemos enfrentarnos para tirar hacia adelante.

Un mito acerca de las emociones es que éstas son irracionales y no dependen del pensamiento y de la razón. En realidad, las emociones y la inteligencia van de la mano, razón por la cual los humanos, seres altamente inteligentes, son unos animales tan emocionales.

Otro mito es que las emociones son obstáculos en el camino de la adaptación. Aunque muchas veces nos ocasionan problemas, las emociones son una herramienta vital para avanzar en el mundo. Las emociones están íntimamente conectadas con el destino de nuestros esfuerzos para adaptarnos a la vida en un mundo que no perdona fácilmente el fracaso de la adaptación.

La importancia de las emociones se ve reflejada en la multitud de programas televisivos que tratan de trasmitir las emociones a través de su programación. Todos hemos visto series, novelas, realitys, programas de conversación en los que se trata de hacer llorar a los participantes, y que cuenten sus historias de tragedia y penas, o donde se muestran videos sobre las desgracias ajenas que finalmente se convierten en una comedia para nosotros.

De igual manera, somos capaces de compatibilizar con las emociones de otros, pues sabemos que algo importante les ha pasado. Comprender las emociones propias o ajenas es comprender las maneras en que las personas interpretan la importancia de acontecimientos cotidianos en sus vidas y cómo estos acontecimientos afectan a su bienestar personal.

Siempre que experimentamos una emoción, ello nos indica que nos ha ocurrido algo de importancia personal. Lo ocurrido se ve como dañino, amenazador o beneficioso. Dependiendo de la emoción concreta que sentimos, la reacción normalmente se manifiesta con una agitación psicológica y fisiológica, y posiblemente viene seguida de algún tipo de acción para tratar con el hecho emocional.

Las emociones son productos de un significado personal, es decir, el significado que le damos a los acontecimientos y a las condiciones de nuestra vida lo que nos hace sentir enojados, ansiosos, culpables, felices, orgullosos, amorosos, y así sucesivamente.

Cada emoción tiene una trama argumental característica que todos podemos fácilmente distinguir - la trama define aquello que creemos que nos está ocurriendo y su significado para nuestro bienestar individual. La trama revela el significado personal que le hemos asignado a un acontecimiento que a su vez suscita una emoción concreta. Las tramas que construimos pueden variar de individuo a individuo, incluso ante una misma situación. Los patrones

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