Ensayo Del Desarrollo De Los Niños

“Los retos y acciones necesarios para convertirse en un modelo lingüístico”

El trabajo de una educadora no solo consiste en planificar las actividades y presentarse frente a grupo, tiene una responsabilidad moral, porque una educadora es un ejemplo para sus niños y para la sociedad. En el siguiente escrito presentaremos los retos y acciones que cumple una Profesional de la Educación para el desarrollo lingüístico de los niños.

Es muy importante que al iniciar un tema no empecemos a darle toda la información a los niños, sino antes cuestionarlos sobre ello para identificar hasta que grado tienen conocimientos de la temática, también me sirve a mi como educadora para saber lo que a los niños les interesa saber, observar si les llama la atención y si tienen experiencias que se relacionen con la actividad que harán.

Dentro del aula se debe de propiciar un ambiente rico en aprendizajes, para esto la maestra realiza actividades donde los niños hablan y compartan sus experiencias, mientras que dialogan sobre una temática, cada niño va asociando la información que le están dando con algo que el ya ha vivido, él levanta la mano y la educadora le da la oportunidad de expresar sus anécdotas.

“los procesos de enseñanza y aprendizaje en el aula se realizan en su mayor parte a través de la interacción verbal. De ahí que el lenguaje del docente dirigido al niño y el del mismo niño” (Borzone de Manrique, Ana María, 1994)

Habrá ocasiones donde un alumno quiera platicar algo al grupo y el mensaje no se logre comprender, es ahí cuando la educadora le dice que no le entendió, que si se lo puede repetir por favor, siempre con una muy buena actitud, si no se logro entender de nuevo se planten preguntas al respecto, por ejemplo ¿Cómo sucedió eso?, ¿Dónde?, ¿tu crees que este bien eso?, así quedará más claro también para el resto de los compañeros.

Cuando la educadora planea sus actividades debe de tener bien claro el propósito de lo que va hacer y lo que quiere favorecer en sus alumnos, si a los niños les damos siempre lo mismo llegan a un nivel de estancamiento y no se estará dando retos cognitivos. Para hacer que una actividad se logre con nuevos aprendizajes siempre al niño se le tiene que dar basándose en su zona de desarrollo próximo y que reflexionemos mucho sobre eso, porque no se trata de darle algo que no lo pueda hacer para ver como reacciona, el objetivo es darle algo que está a su alcance pero que se esfuerce en realizarlo sin llegar al punto de que mi niño se traume por querer realizar tal actividad.

“un desarrollo potencial, que involucra los logros a los que las criaturas pueden acceder si reciben el apoyo adecuado en el momento de resolver la tarea” (VIGOTSKY).

Para que se logren satisfactoriamente estos propósitos se necesita que la maestra tenga una gran capacidad para observar y escuchar a sus alumnos, no hay que olvidar que en un Jardín de niños se evalúa cualitativamente y no cuantitativamente como en los demás niveles educativos, la observación es una gran herramienta que tiene la educadora para analizar, identificar, conocer y para guiar a sus alumnos. De esta manera sabremos dar apoyo a los alumnos y atención especializada a quienes la necesiten. En la actualidad se están integrando a los salones de clases niños con necesidades educativas especiales y niños con necesidades especiales, un reto para la educadora es planificar tomando en cuenta la diversidad y el diagnostico de su grupo, afortunadamente hay jardines donde hay maestras de apoyo especializadas para trabajar con niños con estas característica pero no obstante la educadora titular debe tener conocimientos de cómo tratar a los niños y identificar los limites que tienen para que no resulten afectados.

Bruner nos presenta el concepto de andamiaje referente a las conductas de los adultos que son facilitadotas del desarrollo infantil, por cuanto permiten a niño alcanzar logros que por sí solo no podría conseguir. Esto nos quiere decir que el adulto funciona como guía en el proceso de aprendizaje infantil tomando en cuenta lo siguientes principios:

• Dar información: cuando damos a conocer un tema nuevo es importante saber de lo que estamos hablando y cuando algún niño tenga una duda poder resolvérsela sin ninguna dificultad.

• Escuchar: al momento de que los niños nos traten de explicar algo y por más incomprensible que sea, hay que estar ahí con ellos y volverles a preguntar si es necesario. Solo así los niños van a tener confianza en una educadora si les prestamos la atención necesaria.

• Mostrar sus propias estrategias como hablantes y sugerir las que puedan ser más útiles, mostrar iniciativa y estimular a los niños con el lenguaje y énfasis en la voz.

• Entusiasmar: siempre hay que mostrar una actitud abierta y hacer que los niños estén involucrados en las actividades lúdicas con un ánimo estupendo.

• Apoyo: los niños son vulnerables, en muchas ocasiones se van a frustrar cuando no puedan realizar algo, nosotras debemos de estar ahí para ayudarlos.

• Evaluar: analizar bien su comportamiento y premiar los triunfos que vayan teniendo y a los que no hacer que no se den por vencidos sin etiquetar a nuestros alumnos.

• Actuar como mediador en las interacciones del habla y responder todas aquellas dudas que se les presenten.

• Hacer vivir la lectura y escritura como prácticas sociales cotidianas: ir estimulando a los niños a que se acerquen a la lectoescritura con gusto además de propiciar situaciones de actos de comunicación.

En estas situaciones la educadora actúa activamente como ejemplo en toda ocasión, por ejemplo cuando se hace una lectura en voz alta tiene que tener una postura adecuada para que los niños la logren visualizar y escuchar, otro aspecto importante es el volumen de voz y entonación ya que es el que caracteriza un cuento, no podemos leer un cuento en voz baja y sin darle énfasis en los diálogos de los personajes porque eso no va causar una interacción comunicativa sino una simple actividad.

Tenemos que tomar el papel de docente, esto significa apoderarse de su labor, es una gran responsabilidad ser educadora pero es más grande la satisfacción de ver a los niños entregados a las actividades. Somos un ejemplo a seguir de pies a cabeza, los niños nos miran con admiración porque para ellos somos las personas que lo saben todo y los seres más perfectos y yo creo que a nadie le gustaría decepcionar a ningún niño o niña. Por más difícil que sea dejar de decir el “aiga” o “subistes” debemos de darnos cuenta que lo que decimos y hacemos los niños imitan porque creen que es correcto. Estos problemas de dicción se pueden superar si se trabajan con ellos.

El jardín de niños es un lugar de magia, juego y diversión, nosotras como futuras educadoras tenemos la oportunidad de guiar a nuestros alumnos en su primera institución educativa y brindándole la confianza en sí mimos para que sin temor se enfrenten a cualquier adversidad.

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