Ensayo psicológicos

Según, el libro, nosotros de manera inconsciente asociamos la muerte con un acontecimiento aterrador, incluso un hecho provocado por un acto de naturaleza maligna. No obstante, a medida que se avanza en la obra, se va haciendo evidente que la gente no le teme en general al hecho de morir como tal, sino a  pasar por este proceso de “transición” común a todos los hombres, en condiciones deshumanizadas, como lo pueden ser las habitaciones de la mayoría de hospitales contemporáneos, lejos de sus seres cercanos y de un ambiente conocido y hogareño.

Hoy en día, morir se ha convertido en un acto deshumanizado, mecánico, solitario y frío, ya que el paciente moribundo habitualmente es cosificado por quienes lo rodean, y en consecuencia, pierde progresivamente su propia esencia según percepciones existencialistas.

A menudo, los pacientes presentan ciertos comportamientos combativos, los cuales  presumiblemente son generados por los mismos médicos, quienes tienen tratos y conductas apáticas y descuidadas, por ejemplo a la hora de dar noticias significativas para el paciente. A veces, ésta actitud dirigida al paciente, según la autora, es una manera de tratar de aplacar la angustia que puede despertar un paciente en esta condición. En consecuencia, generalmente el sufrimiento que presenta el paciente, más que físico, resulta emocional.

Ahora bien, la manera en que Elisabeth Kübler Ross esquematiza la manera de tratar con los pacientes, genera cierta reminiscencia a la pirámide planteada por Abraham Maslow, ya que pretende primero sosegar cualquier dolor físico que sufra el paciente, para que posteriormente, éste empiece, ya sea a desarrollar o a hacer más evidentes necesidades superiores, que realmente sean la causa de estos comportamientos- Estas medidas pueden ser, ya sea apoyo moral o símiles para lograr que el paciente llegue a un estado de reconocimiento de su propia existencia y aceptación de su estado. El factor que identifica y diferencia entre los  pacientes, está en el grado de reconocimiento de su realidad y cómo se ha formado todo dependiendo de que cada cual a lo largo de su vida según sus vivencias a adquirido herramientas que lo identifican o lo definen, esto hace que el paciente manifieste de diferentes maneras sus necesidades  y que de una u otra manera sea más fácil superar la fases por las que pasa un paciente terminal en un proceso de duelo.

Desde un punto de vista existencialista, podríamos afirmar que el hombre no es más que la percepción que tengan los otros sobre él. Por lo tanto, si un paciente se ve “cosificado” en consecuencia a las actitudes que tengan los demás (En este caso, personal médico y familiares, por poner un ejemplo), automáticamente perderá su esencia como ser humano, sufriendo un a especie de crisis de autorreconocimiento. Ahora bien, a medida que se toman determinadas medidas, recomendadas por Kübler-Ross, como una comunicación constante con el paciente, escuchando sus anhelos e ilusiones, sin ningún tipo de juicio, favorecerá la aceptación de su condición.

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