Espectáculo Para Aveztruces

Ensayo

Espectáculo para avestruces

25/11/2013

Xóchitl Torres Regalado

Jorge Ángel Soto Niño

Psicopatología I

“En un minuto puedes crear un infierno en la existencia de un mortal, la conciencia del infierno”

Imanol Caneyada

Espectáculo para avestruces nos adentra en un mundo donde pocas veces se resuena un eco, cuántas cosas suceden en una ciudad que parece ser tan pequeña pero que si ahondamos un poco en cada uno de los relatos nos hace pensar que incontables veces hemos pasamos quizás paralelamente por esos obscuros tugurios de los que ninguna ciudad se escapa, desde las relaciones enfermizas que se van consolidando rutinariamente y donde en la familia se cuida hasta el más mínimo detalle para aparentar ser unas “buenas” personas, recatadas y educadas. La moral es situada como el eje central ya que, ni ser visto con el travesti o la puta hasta llevarnos al trato entre ellos, frío y limitante.

El título hace pensar también en todo lo que hay detrás de una situación, un espectáculo, donde moverte de manera estratégica es la mejor herramienta para después agachar la cabeza para salir ileso de cualquier suceso.

El personaje principal proveniente de una familia donde lo correcto siempre va por primera cuenta, rasgos obsesivos que giran alrededor de la puntualidad, desde los temas habituales tocados en la mesa, en cómo se deben ser comidos los alimentos y donde el trato a la hermana es ausente.

En el núcleo vincular del sujeto observamos un padre rutinario, incapaz de hacer frente a los años. La madre cumpliendo con el papel estereotipado de la mujer, la cual sólo trae hijos al mundo y se encarga de su cuidado. Una hermana con la cual se mantiene una relación incestuosa y así mismo se experimentó la sexualidad desde temprana edad. De allí que provenga la frialdad entre las relaciones familiares, reprimidos por la iglesia, aceptando ciertas verdades como tales, una moral represora.

Vemos en RQ hay una formación perversa, el cual elabora otro código cultural que difiere del común. El sujeto en perversión se rige bajo la forma sexual, buscará, encontrará y consumará la transgresión. Su existencia es pública, expuesta y difundida, porque la transgresión radica en eso: en mostrar a los otros qué se puede hacer con lo que no se debe hacer. El sujeto perverso tiene una actividad compulsiva (algo que el sujeto quiere hacer desde el superyó y el yo) y siente un apremio o fuerza que lo empuja a ejecutar una acción y se debe al pulsionar inconsciente que niega, no sólo, los mandatos del superyó, sino las decisiones en la realidad del yo. En el sujeto perverso se plantean dos afirmaciones contradictorias: por una parte afirma la castración de la madre, es decir, que ella no posee el objeto de su deseo; no obstante, asume la negación de ésta, pues afirma la existencia de tal objeto.

Es importante señalar que el Padre para el perverso es perfectamente reconocido, más no asumido (en el libro es un claro ejemplo cuando RQ llega a comer y hace referencia al padre como un ser que sólo regaña). Complicación: El Padre no existe en el discurso, por lo tanto no está muerto y no fue simbolizado y los procesos inconscientes están fracturados e incompletos. El Padre sólo existe en el consciente, como persona física, es decir, como actor social.

De esta manera es claro ver que la relación que mantenía con la muñeca (travesti) era una cuestión imaginaria hasta el momento que pudo consumar su carga libidinal, ya que el superyó limitaba el hecho de que dentro de su sexualidad eso aun no era aceptado, mientras que con la puta podía mantener cualquier vínculo con la cual ejercía la actividad compulsiva.

Bibliografía

Caneyada, I. (2012). Espectáculo para avestruces.

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