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Estereotipo Sobre La Mujer


Enviado por   •  31 de Octubre de 2012  •  2.819 Palabras (12 Páginas)  •  729 Visitas

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Estereotipos

Generación de expectativas o suposiciones sobre un individuo basados en su pertenencia a un grupo o una categoría, influye en nuestra vida aun antes de nacer.

Mujer

Mujer (del latín mulier, -eris) es la persona del sexo femenino. Mujer también remite a distinciones de género de carácter cultural y social que se le atribuyen así como a las diferencias sexuales y biológicas de la hembra en la especie humana frente al macho. Mujer hace referencia a lo femenino y en el aspecto reivindicativo a la igualdad de derechos defendida por el feminismo.

Las Mujeres en la Edad Media.

Labores:

En la Edad Media, tanto hombres como mujeres comunes, tenían los mismos oficios o labores. No había diferencia. Había barberos y "barberas" que se dedicaban a hacer sangría (un remedio que curaba toda clase de malestares). Además, el barbero (a) era también el cirujano. Las mujeres al igual que los hombres bordaban, fabricaban guantes y sombreros. En el oficio del metal, las mujeres, eran agujeteras, cuchilleras, herraban caballos, fabricaban tijeras, cerrajeras, joyeras, orfebres y talladoras de oro. También ellas eran vendedoras de carne, fruta, pan leche, queso y pescado. En las guerras fueron espías y grandes luchadoras. Otras se dedicaron a la literatura y escribieron fábulas y layes (pequeños cuentos). Las mujeres tuvieron muchos oficios, aunque los únicos que fueron exclusivamente femeninos, fueron aquellos donde se trabajaba con seda, porque se necesitaban manos suaves y dedos delicados.

Ama de Casa:

La mujer era el núcleo de la pareja y de la casa. La mujer común se dedicaba a hacer las tareas domésticas. Todas las mujeres, tanto nobles como comunes, educaban a sus hijos, y se encargaban de la salud y la higiene.

Educación:

Habían escuelas para niños y niñas, separadas. En ellas, las niñas aprendían latín, a leer, a escribir y principalmente las sagradas escrituras.

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El Amor:

En los palacios había tres tipos de damas, las que querían escuchar al amor, las que se negaban a escucharlo y las que sólo se preocupaban por la sexualidad. Las primeras eran honradas por caballeros, y las otras eran abandonadas a su suerte.

La primera norma del amor era la generosidad, moral y espiritual. Otras normas eran que el hombre que no era celoso no amaba; no se podían tener dos amores; el amor crece y disminuye continuamente; si en una pareja, uno de ellos tomaba algo del otro, sin la voluntad de aquel, no tenía valor; no se podía amar sin casarse; al amor había que tenerlo en secreto; era feo un amor fácil y si un amor era difícil tenía más valor.

Estas normas y reglas del amor se expresan en las "Cortes del Amor", que eran tribunales donde se sometía a juicio la relación de una pareja determinada. Las mujeres eran jueces de esos tribunales, lo que indica la soberanía de ellas. La mujer allí reina, dirige, exige y emite juicios.

Vida Social y Matrimonio:

La Iglesia prohibía el incesto, y que los hermanos se casaran con dos hermanas. A partir del siglo XII aparecen los divorcios, alegando que el matrimonio no era válido, por relaciones de consanguinidad. El título de nobleza o de servidumbre, se transmitía por la mujer.

El matrimonio podía realizarse sin autorización de los padres, pues la Iglesia consideraba que era decisión de cada esposo. La única condición era que fuesen mayores de edad. En las comarcas, la mujer lo era a los 12 años de edad y el hombre a los 14 años. En la nobleza, la mujer lo era a los 15 años y el hombre a los 18 años. Entre los plebeyos, la mujer lo era a los 12 años y los hombres a los 13 años.

La ceremonia matrimonial debía ser en ayunas, antes del mediodía y en público. El sacerdote bendecía a los novios. Los testigos durante la bendición, suspendían sobre las cabezas de los novios, un velo. Luego se examinaba la genealogía, para evitar que los novios fueran parientes. La fórmula era muy sencilla te tomo por esposo (a) o con este anillo me caso con vos y con mi cuerpo os honro. El intercambio de anillos significaba el intercambio de promesas. En el siglo XIV se les da a los padres el derecho de desheredar a los hijos si se casaban, sin su autorización. En el siglo XVI las mujeres debían llevar el apellido del marido, ya que éste era el jefe, y las actos de las esposas no tenían validez sin la aprobación del marido. Había matrimonios, donde los novios habían sido comprometidos desde niños por las familias, para garantizar la paz.

La Femineidad:

La higiene lleva a las recetas de belleza. Había desde ungüentos y cremas de manteca de cerdo, aceite de oliva, leche de almendra, lociones hechas con plantas maceradas o hervidas en vino hasta tintes para el cabello y perfumes, a base de almizcle. Había recetas para prevenir arrugas, cura herpes, para blanquear los dientes, etc.

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Los consejos de limpieza de San Jerónimo para las mujeres eran: lavarse todas las mañanas las manos, brazos y cara; cuidarse las uñas y los dientes; lavarse la cabeza con frecuencia y estar bien peinadas.

El ideal de belleza, era la mujer de cabello rubio y rizado, de piel clara, con nariz recta y fina y con una silueta esbelta y con caderas flexibles.

La ropa femenina, al principio de la edad media, se componía de dos vestidos, una capa y una cofia. Algunas veces llevaban la cabeza descubierta. Aparece una nueva prenda: la camisa, que era de lino o seda, mientras que el vestido era de lana. Se usaban zapatos con puntas retorcidas.

La joven soltera podía llevar además guirnaldas de flores, la corona virginal, en cambio la mujer casada cubría sus cabellos con velo.

En la mitad de la edad media, ya no se contentan con dos vestidos de distinto tono; los colores van a dividir el cuerpo de forma longitudinal, de tal forma que cada lado del cuerpo estuviera de un color, el vestido "mitad y mitad". Los zapatos también eran de dos colores.

Al final de la edad media, el vestido femenino llevaba cola. Al mismo tiempo que ésta se alargaba, la sobrevesta se abría por adelante; hasta llegar al punto de ser escotada en punta por adelante y atrás, estando sujeta por un cinturón. Se observa también las largas y ajustadas mangas, que tapaban casi los dedos. En la cabeza, llevaban el hennin, que era un sombrero en forma de cono o cucurucho. Otras mujeres llevaban repartido el cabello en dos astas

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