FILOGENIA, UN RECORRIDO POR LA EVOCION CEREBRAL

FILOGENIA, UN RECORRIDO POR LA EVOCION CEREBRAL

Si queremos hablar de la evolución del SNC (Sistema nervioso central) entonces debemos dirigir nuestra mirada a la Filogenia, pues es la encargada de estudiar el Origen, la formación y desarrollo evolutivo general de una especie biológica. En el caso de la evolución del cerebro humano la filogenética nos entrega información precisa a cerca de los avances que a través de miles de años hemos experimentado hasta convertirnos en los seres pensantes y razonables que somos en la actualidad.

A continuación haremos un recorrido por las diferentes etapas que ha tenido el cerebro:

El cerebro prototipo se desarrolló en las primeras criaturas marinas, iniciando como un sencillo conjunto de células nerviosas o neuronas que transmiten electricidad, estas células se agrupan en el tubo neuronal.
La evolución cerebral entonces consistió en el aumento de las células nerviosas o neuronas, que se agrupaban en el tubo neuronal creando protuberancias que indican la formación de un cerebro incipiente, este desarrollo también dio paso a la creación de nuevas células con funciones específicas como las de aislar y transmitir las señales eléctricas entre las neuronas. Con tan solo 300 neuronas un ser vivo puede orientarse hacia la luz y nadar en el agua; las células especializadas y las neuronas siguieron multiplicándose y desarrollándose, con el paso del tiempo los peces se convirtieron en anfibios y estos en reptiles, es aquí donde encontramos con un tipo de cerebro más elaborado, llamado cerebro reptiliano, este cuenta con la cantidad de neuronas suficientes que un animal necesita para desenvolverse en su hábitat.

El cerebro reptiliano evolucionó rápidamente en los mamíferos con el desarrollo de un fino tejido rugoso que se denomina córtex, este tejido protege al sistema neuronal de las condiciones climáticas extremas, es decir que los animales que contaran con este tejido de protección cerebral podrían adaptarse de forma más inteligente al su entorno, garantizándoles entonces mayores probabilidades de súper vivencia.

Hace cinco millones de años apareció un nuevo tipo de córtex, el de los humanos, este tenía un tamaño mucho más grande que el del resto de los mamíferos, su superficie estaba dividida en miles de finas hileras de un milímetro de espesor, cada hilera contenía un número determinado de neuronas llamados ladrillos,  estos se unían entre si formando columnas de fibras nerviosas que se encargaban de  acumular los conocimientos adquiridos a través de la experiencia y contaban con espacios usados para la memoria. A través de millones de años el cerebro no paró de crecer, hasta duplicar su tamaño  esto lo llevo a plegarse sobre sí mismo dentro de la cavidad craneal dándole a los seres humanos millones de neuronas y de tejidos conectores que le permitían desarrollar habilidades complejas como el control de actividades biológicas, la respiración y el ritmo cardiaco y habilidades cognitivas como la creación de herramientas para aprovechar los espacios en los que se desenvolvían.

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