FREUD, VIGENCIA Y POLEMICA

FREUD, VIGENCIA Y POLEMICA

Admirado por quienes lo consideran responsable de marcar un antes y un después en la historia del pensamiento, cuestionado por quienes piensan que fue un fabulador que falseaba los datos de sus investigaciones, Sigmund Freud mantiene su vigencia y es capaz de generar en la actualidad las mismas encendidas polémicas que provocó en vida. El 6 de mayo se cumplen 150 años de su nacimiento y mientras se preparan más de un centenar de festejos en todo el mundo, también se reaviva el debate en torno a su figura y su legado. Un legado que seguidores y detractores reconocen hoy no sólo en el campo de la salud mental, sino también en la filosofía, la antropología, la sociología, el arte y hasta en un bagaje conceptual presente en la vida de todos los días

Por OMAR GIMENEZ

Conferencias, debates, exposiciones, la apertura de un museo en la ciudad checa de Pribor -que lo vio nacer- y hasta una muestra dedicada a un mueble convertido en ícono: el diván. El 150° aniversario del nacimiento de Sigmund Freud, que se celebra el próximo 6 de mayo, promete un cronograma nutrido, con más de un centenar de actos de homenaje previstos en todo el mundo y con la música de fondo de una polémica que nunca se acaba: ¿fue el padre del psicoanális un pensador fundamental, comparable con Darwin, Nieztche o Einstein y responsable de marcar un antes y un después en la historia de la salud mental y de la cultura? ¿O fue un "charlatán" que falseaba datos científicos y los manipulaba a su antojo con el único objeto de acomodar los hechos a sus teorías?

El nuevo aniversario del nacimiento llega en un momento áspero de un debate de larga data que encontró uno de los puntos de mayor tensión en setiembre del año pasado, cuando se publicó en Francia el "Libro Negro del psicoanális", una obra que reunía el testimonio de más de 40 profesionales de distintas disciplinas, bajo la consigna de darle duro a una creación central de Freud. Y a Freud mismo. El libro lo acusaba de haber falseado datos clínicos y ponía el acento en un cuestionamiento muchas veces hecho a sus principales descubrimientos: el de no tener base científica.

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Criticado por los principales referentes del psicoanálisis en el mundo, que lo calificaron de "operación editorial urdida desde Estados Unidos por los partidarios de las expansivas terapias cognitivas conductuales con apoyo de grupos económicos interesados en destruir al psicoanálisis", el libro reabrió un debate que no es nuevo y que tiene casi tantos años como los propios postulados freudianos.

Con los ecos de este último episodio de la llamada Freud War (guerra de Freud) muy lejos de apagarse, devotos y detractores del psicoanálisis coinciden en admitir que el legado de Freud sigue hoy tan vigente como hace un siglo. O como dice apelando a un neologismo Francisco Senegaglia, presidente del colegio de Psicólogos de la Provincia de Buenos Aires: "de existir un 'freudómetro' detectaría hoy la impronta freudiana en el 60% de las terapias mentales que se practican en el país y que se asocian con el psicoanálisis. Pero también en el otro 40%, que no son de raíz psicoanalítica".

Mientras los propios detractores de Freud le reconocen el mérito de haber marcado un antes y un después en la historia de la salud mental, dándole a la mente un lugar que no tenía hasta ese momento en la consideración médica y que abrió las puertas para el desarrollo del saber en ese campo, otros especialistas reconocen el legado de Freud también en la sociología, la antropología, la forma en que se vive actualmente la sexualidad y en numerosas manifestaciones artísticas y culturales.

Yendo más lejos, en una Argentina que -junto a Francia-

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