Fragmento de análisis de un caso de histeria; Caso Dora
Nory TobillaInforme14 de Abril de 2023
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Fragmento de análisis de un caso de histeria; Caso Dora 1
Fragmento de análisis de un caso de histeria; Caso Dora
Gretel R. Contreras, Melanie G. Millán, Robert O. Hernández, Lorelay I. Isidoro, Carolina N. Ledezma y Nory G. Vadillo
Universidad Olmeca
Segundo semestre, psicología
Kristel G. Hernández
07 de Febrero de 2023
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Introducción
El presente escrito trata sobre un caso clínico relacionado con la histeria, llevado a cabo en 1900 por el psicoanalista Sigmund Freud, en donde atendió a una joven de 18 años llamada Dora, quien de forma abrupta abandonó la terapia.
Hay que hacer notar que otros autores llamaron a este análisis como un total fracaso, del mismo modo, Freud en su escrito pide disculpas por el inconcluso análisis que él realizó. A pesar de que la joven no volvió a sus terapias, Sigmund continuó sus estudios con lo que ya tenía de ella, acto seguido, se dio cuenta de que hubieron ciertos errores que él cometió, cosas de las cuales no se percató en su momento o que sí las vió pero, pensó que tendrían mucho más tiempo.
En dicha investigación se abordaron temas como la ya antes mencionada histeria, neurosis, interpretación de los sueños, todo esto relacionado con la paciente “Dora”.
Palabras claves: Histeria, neurosis, interpretación de sueños, Dora, Sigmund Freud.
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Caso Dora
Dora, una señorita de 18 años agradable y bella, pero que le causaba a sus padres serios cuidados. El círculo familiar de Dora constaba además de su persona, a sus padres y a un hermano de un año y medio mayor que ella. Su padre, un hombre de carácter dominante e inteligente con el que tenía un apego tierno este, acrecentado por las numerosas enfermedades. Su madre, una mujer de poca inteligencia y cultura, que por el distanciamiento con sus hijos se dedicó a la economía doméstica, desarrollando una “psicosis del ama de casa” imposibilitando el uso y goce de su hogar. Su único hermano, quien durante su juventud fue su modelo a seguir pero en los últimos años sería con quien se volvería distante y terminaría formando dos bandos en las disputas familiares, padre e hija por un extremo y madre e hijo por el otro.
A la edad de 6 años, la familia se trasladó a B debido a que el padre había enfermado de tuberculosis. A la edad de 8 años, Dora presentaría síntomas neuróticos, como una disnea permanente en forma de ataques muy agudos, originado tras una pequeña excursión por las montañas. Cuatro años después, presentó una migraña y ataques de tussis nervosa; la migraña se volvió cada vez más rara pero que a los dieciséis años desapareció mientras los ataques de tos nerviosa que había comenzado como un catarro común perduraron durante un tiempo hasta los dieciocho años donde tosía ya de forma característica. La duración de cada ataque se estimaba de tres a cincos semanas y en una ocasión se extendió por meses y su síntoma más molesto era una afonía total.
Cuando Dora y su familia se trasladaron a B, forjaron una íntima amistad con el matrimonio de los K. La señora K había cuidado de su padre durante su larga enfermedad, ganando así su eterno agradecimiento. Por otro lado el señor K siempre se mostró amable y
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atento con Dora, pues cada que podía le hacía obsequios. Por su lado Dora hizo de madre para los dos hijos de este matrimonio.
Durante el verano, Dora y su padre iban a viajar a la casa en los lagos alpinos de los señores K (este lugar Freud lo llamaría L), Dora se quedaría unas semanas con los K mientras su padre regresaría a los pocos días. Cuando su padre estaba listo para regresar, Dora anunció de manera espontánea que ella también regresaría sin dar razón alguna. Después de unos días, Dora le contaría a su madre para que esta misma le comunicara a su padre él porque había adelantado su regreso, que el señor K, durante una caminata tras el lago, había osado hacerle una propuesta amorosa. El padre y el tío de Dora irían a pedirle cuentas al señor K de lo sucedido, este se hizo ajeno a la situación y de toda acción que pudiera dar lugar a esa interpretación, y comenzó a contarles que la señora K habia visto que dora solo mostraba intereses en temas sexuales y que probablemente todo haya sido “imaginado” por ella.
Dora le pide a su padre que corte lazos con los K a lo que su padre le responde que no puede hacerlo puesto que él guardaba una sincera amistad con la señora K y no quería causarle ese pesar, pues ella era desdichada con su marido, de quien, él no tenía muy buena opinión, pues son dos pobres seres que no encuentran consuelo en sus respectivas parejas. y termina llevándola con Freud para que la guíe en el buen camino.
Freud por su parte, con la vivencia de Dora con el señor K diría que tendría el trauma psíquico (la escena en L), pero debido a que Dora había presentado síntomas como la tos y la afonía con anterioridad del trauma y que sus primeras manifestaciones se remontaban a la infancia, tuvo que haber presentado otro trauma antes del octavo año de vida.
Una vez que Freud supera las primeras dificultades de la cura, Dora le cuenta una vivencia anterior con el señor K que sería más apropiada para producir el efecto de un trauma
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sexual. El señor K le habría dicho a Dora (quien tenía 14 años) y su esposa de encontrarse en su tienda ubicada en la plaza principal de B para las festividades pero cuando se acercó la hora de los festejos, la señora K ni los empleados se encontraban en la tienda y estaba solo cuando Dora entró al negocio. Este le pidió a Dora que le esperase junto a la puerta que daba a la escalera que daba con el primer piso a que terminara de cerrar su negocio. Terminando de hacerlo, el señor K en vez de dirigirse directamente a la salida, estrechó a Dora contra sí y le dio un beso en los labios. Freud decía que era la situación que a una muchacha virgen de catorce años le causa excitación sexual pero en Dora ocasionó un asco y terminaría huyendo de ahí, originando una conducta totalmente histérica. Freud llamaría “histérica” “a toda persona, sea o no capaz de producir síntomas somáticos, en quien una ocasión de excitación sexual provoca predominante o exclusivamente sentimientos de displacer” (Freud, 1901-1905).
En el caso de Dora, habría producido un desplazamiento de la sensación genital de excitación al asco y que posteriormente se produciría el asco de comer. A su vez aquella escena le dejaría otra secuela, una alucinación sensorial, pues ella comentaba que seguía sintiendo una presion en la parte superior del cuerpo aunque en realidad ella estaría reprimiendo la sensación del miembro erecto del señor K sobre su vientre, sustituyendo esta por la inocente sensación de presión en el tórax. En cambio, con este recuerdo, Dora no quisiera pasar cerca de hombres en tierno coloquio para no recordar el signo somático de ello.
A Freud le resultaba difícil dirigir la atención de Dora hacia el señor K, pues constantemente ella se mantenía haciendo reproches a su padre por no cortar lazos con los señores K, hasta el punto que ella creía que su padre la había comenzado una relación con la señora K y por eso él la había entregado con el señor K para no ser molestado .A Freud le resultaba difícil negar los fundamentos de Dora y ella aprovecho a preguntar “Todo es verdadero
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y correcto, ¿no es cierto?”, este le contestó que la serie de reproches hacia su padre realmente eran reproches hechos a su persona.Freud hacia el siguiente análisis: El padre de Dora no quería indagar en la relación del Sr. K con su hija para no ser molestado en su relación con la Sra. K, y, de la misma forma, Dora había sido cómplice de esta relación para su conveniencia. La joven reconoció ese amor, pero aseguró que luego de la escena del lago lo había superado. Dora y la señora K compartieron dolencias con relación del señor K, pues la señora K enfermaba cuando su esposo se encontraba en casa para no mantener relaciones con él mientras que Dora enfermaba con la ausencia de éste, siendo así su afonía una manifestación simbólica de que cuando su amado se encuentra lejos ella no necesita hablar.
Dora ademas presentaba un pensamiento hiperintenso, el cual no podia lidiar solo conceptualmente pues este tiene el poder del refuerzo inconsciente que protege al deseo reprimido. Freud decia que habia un refuerzo directo que era la posicion de Dora como mujer celosa o la mujer elegida por su padre; el refuerzo reactivo inconsciente que es el amor reprimido de Dora por el señor K reforzado por el amor infantil a su padre y agregaba uno más, que era el refuerzo reactivo inconsciente de Dora por su amor homosexual por la señora K celosa de su padre por estar con ella..
Sueño 1
Respectivamente, Freud habla sobre estos sueños recurrentes que Dora tenía, en específico dos sueños.
Así que Dora le cuenta a Freud que ha estado soñando con lo mismo cada noche, narra su sueño “Mi padre está frente a mi cama y me despierta, me visto con rapidez y mi mamá
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pretende todavía salvar su alhajero pero papá dice no quiero que yo y mis 2 hijos no quememos a causa de tu alhajero, bajamos y me despierto”.
Ella comienza a asociar los sueños, donde la discusión de los padres en el sueño se refiere a la disputa que tenía el padre y madre cerca de la habitación del hermano ya que dormía en un cuarto que no tenía entrada propia y solo se podía entrar por el comedor, así mismo, el padre se enojaba con la mamá debido a que ella le ponía seguro a la puerta del hijo y el padre temía que hubiera algún tipo de incendio y el hijo se quedara encerrado.
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