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HABILIDAD PRELECTORA Y SU RELACIÓN CON EL NIVEL INTELECTUAL EN NIÑOS DEL 1° GRADO


Enviado por   •  24 de Diciembre de 2012  •  11.057 Palabras (45 Páginas)  •  869 Visitas

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UNIVERSIDAD NACIONAL DE EDUCACIÓN

ENRIQUE GUZMÁN Y VALLE

ESCUELA DE POSTGRADO

MAESTRIA EN CIENCIAS DE LA EDUCACIÓN

MENCIÓN: PROBLEMAS DE APRENDIZAJE

PROYECTO DE INVESTIGACIÓN

HABILIDAD PRELECTORA Y SU RELACIÓN CON EL NIVEL INTELECTUAL EN NIÑOS DEL 1° GRADO DE EDUCACIÓN PRIMARIA DE LA I.E. 5120 DE VENTANILLA-CALLAO

Presentado por:

TERESA DIAZ YNGA

I.- PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA

1.1.-DETERMINACIÓN DEL PROBLEMA

Cuando los niños llegan a la escuela, tienen un amplio conocimiento del mundo que les rodea y, de igual manera, han alcanzado un considerable dominio de su lengua maternal.

El lenguaje es una de las herramientas más importantes y poderosas con que cuenta una persona. Le permite comunicarse con otros, expresar su opinión y comprender mejor el mundo que le rodea, teniendo mejores oportunidades en la vida. Para los niños, el lenguaje es fundamental para desarrollar su pensamiento, comunicarse con otros y aprender todo lo que les enseñan en la escuela. La lectura y la escritura son las herramientas fundamentales para acceder al lenguaje. (Bravo, 1991).

Un niño o niña que no ha tenido la oportunidad de desarrollar sus habilidades de lenguaje será mucho más vulnerable al abuso y la explotación y con menos herramientas para vincularse con la sociedad. Sin embargo, todavía tienen mucho que aprender en relación a su propio idioma. Entre las diversas estrategias que debemos trabajar en aula para garantizar la continuidad de dichos aprendizaje, están aquellas que les permitirán continuar ampliando su vocabulario a lo largo de los años.

Con la lectura, el niño pasa al nivel más alto de mediatización de sus procesos psicológicos, debido a que la posibilidad de leer le permite analizar y hacer conocimiento todos los fenómenos del idioma y del lenguaje. Antes de leer, en la infancia preescolar, el niño habla y pronuncia los sonidos y las palabras de manera espontánea y casi inconsciente.

De acuerdo con la concepción tradicional, la preparación para la lectura se entendía en términos de capacidades de discriminación auditiva y visual, de recono¬cimiento de las letras mayúsculas y minúsculas, de organización espacial, de lateralidad, de esquema corporal, etc. En el caso en que se presentaran dificultades de aprendizaje, el mayor esfuerzo se dirigía a identificar y remediar los déficits perceptivo visuales y al dominio de la organización espacial. Esta concepción fue criticada y, a lo largo de las dos últimas décadas, se han llevado a cabo numerosas investigaciones que ponen de manifiesto que la lectura es una actividad psicolingüística (Alegría, 1985) y que las dificultades en su aprendizaje se explican por una serie de déficits de tipo lingüístico, principalmente en el dominio del procesamiento fonológi¬co. La preparación para la lectura se concibe hoy más en términos de conocimientos sobre el lenguaje escrito y de sus relaciones con el lenguaje oral, de identificación de las letras y sus correspondencias sonoras, de habilidades fonológicas y morfosintácticas, de ampliación de las redes conceptuales, que en términos de habi¬lidades perceptivo visuales y espaciales.

Los niños de nuestra cultura, para lograr comprender y expresar mensajes escritos, tienen que aprender a leer y a escribir un sistema alfabético y la base de este sistema es la representación de los sonidos del habla o, mejor dicho, de los fonemas'. De forma general, se pueden distinguir dos tipos de mecanismos que in¬tervienen en la lectura. Unos son generales y, por tanto, comunes a otras actividades lingüísticas, como son la producción y la comprensión del habla. Entre éstos se en¬cuentran la amplitud y profundidad del vocabulario, las capacidades morfosintácticas y la cantidad y riqueza de los conocimientos sobre el mundo en general. Todos estos factores juegan un papel tanto en el lenguaje comprensivo como receptivo, ya sea en la modalidad oral o escrita, es decir, en las capacidades de habla, escucha, lectura y escritura. Otros son específicos de la lectura, que son justamente los que permiten la identificación y reconocimiento de las palabras escritas. Hoy día se aceptan como específicos los procedimientos léxico u ortográfico y el subléxico o fonológico. El primero permite llegar al significado de las palabras escritas de una manera directa y el segundo utiliza una mediación fonológica, a partir de la conversión de los símbolos gráficos en sus fonemas correspondientes (Defior, 1996). Ambos mecanismos son importan¬tes para la decodificación y la comprensión lectoras, que son los dos grandes compo¬nentes de la lectura, aunque los generales están más relacionados con la compren¬sión y los específicos con el reconocimiento de las palabras. Ahora bien, la relación entre ambos es asimétrica, ya que, para lograr la comprensión, los mecanismos es¬pecíficos son un requisito ineludible, pero no ocurre lo mismo en el caso contrario, ya que se pueden reconocer las palabras y no comprender. Tal como expresa Morais (1998), "La comprensión del lenguaje escrito es la resultante de dos capacidades, la capacidad de reconocimiento de las palabras escritas y la capacidad de comprensión del lenguaje oral. [...] En consecuencia, las diferencias individuales (inclusive las de¬ficiencias) en la comprensión del lenguaje escrito pueden deberse a la una, a la otra o a las dos. [...] No parece que existan excepciones a esta regla: cuando la compren¬sión del lenguaje escrito es mala, al menos una de sus fuentes, ya sea el reconoci¬miento de palabras escritas, ya sea la comprensión del lenguaje oral, debe ser defi¬ciente. Por el contrario, cuando es buena, las dos capacidades que la hacen posible también lo son." (p. 167).

Desde esta concepción, la importancia del desarrollo lingüístico se hace evi¬dente y la lectura aparece formando parte del desarrollo lingüístico general del niño y no como algo separado de las habilidades de comprensión y expresión oral, ni tam¬poco de la escritura. Ahora bien, los niños al llegar a la escuela obligatoria presentan enormes diferencias individuales debidas a sus experiencias en el llamado período del "lenguaje

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