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HISTORIA: EVOLUCIÓN Y CRISIS Evolución Histórica Y Temática

dberaunvilla6 de Agosto de 2014

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Inicios: conducta colectiva. La Psicología Social nace en las primeras décadas del siglo XX. En 1908 ven la luz dos textos con ese título, uno de origen psicológico y otro sociológico. Otros libros seminales aparecen más adelante y hasta hay quienes ven en Kurt Lewin, un fugitivo europeo del nazismo, al auténtico fundador del campo. En términos amplios, la PS y otras ciencias sociales son «hijas» de la modernidad ilustrada y de las turbulencias y los desarrollos sociales (revoluciones científica y política, industrialismo, capitalismo, urbanización, higiene pública, agricultura intensiva, «explosión» demográfica, etc.) e intelectuales (individualismo, secularización, utilitarismo) relacionados que tienen la fe en el progreso, el hombre y la razón como horizonte credencial unificador.

Las nuevas ideas, los desplazamientos masivos del campo a las ciudades, la producción industrial masiva y las duras condiciones de trabajo, el hacinamiento urbano y los problemas de salud (epidemias), las revueltas callejeras y los movimientos obreros espolean y dividen a los patriarcas de la ciencia social. Es en referencia a los profundos cambios sociales, políticos y culturales producidos y a los llamativos tumultos y dislocaciones sociales que los acompañan, donde se deben ubicar las preocupaciones teóricas y aplicadas de los fundadores europeos de las ciencias sociales: pérdida de «solidaridad» social, auge de interdependencia funcional e individualismo frente a comunidad «tribal», expansión de las nuevas ideas, «desorden» social y alumbramiento de un nuevo orden, etc. No extrañará entonces que «las masas» y el comportamiento colectivo sean los primeros temas estudiados, desde una perspectiva más especulativa y filosófica en Europa y más empírica y experimental en Estados Unidos; ni que la Psicología y el estudio de la «mente» humana estén ligados al surgir del individuo autoconsciente y autónomo.

Inter individualidad: instintos, actitudes y grupos. Esa etapa inicial cede el paso a otra (en los años veinte y treinta) centrada en la interacción: los individuos al actuar se relacionan entre sí generando una serie de fenómenos que tienen a la vez carácter psicológico y social. Tres temáticas dominan: los instintos, las actitudes y los grupos. Es destacar, también, el desarrollo de la metodología, de especial relevancia en el nacimiento de la PSA.

Para los psicólogos sociales instintivistas los humanos nos movemos por instintos sociales que son fuente de interacción social e inductores de emociones. Imitación y sugestión aparecen también como motores importantes de la conducta social y se asocian al estudio de áreas clásicas de la PS como conformidad, influencia de las masas, opinión pública y resolución de conflictos. Estas explicaciones iniciales relativamente simplistas de la interacción social, si bien ejercen gran influencia en su momento, ceden gradualmente paso a otras más complejas.

Aparece la actitud como tema psicosocial clave. Su estudio y medida —apoyados en una concepción empírica, individualista y conductista de la PS muy extendida ya al otro lado del océano— centran la actividad del campo. Se desarrollan escalas de medida de las actitudes que contribuyen, junto con otros esfuerzos, al desarrollo de la metodología psicosocial.

El auge del estudio de los grupos es otra aportación crucial de esta época. El desarrollo de normas grupales, los grupos de referencia o el efecto del grupo sobre la percepción y las valoraciones de sus miembros son temas típicos. Se introduce el psicodrama como terapia y el sociograma como visualización de las relaciones grupales. Kurt Lewin desata una serie de fructíferas dinámicas teóricas, metodológicas y aplicadas de gran impacto posterior. Así, frente a la creciente obsesión por la experimentación de laboratorio, y en el marco de una teoría del campo, propone la investigación-acción (action research) e investigación de campo. Estudia los estilos de liderazgo y la dinámica y el cambio grupal. Lewin se esfuerza por tener una visión global, dinámica e integrada de los fenómenos sociales y por mantener liga- da la investigación con la acción social en la asunción, clave para el desarrollo de la PSA, de que la teoría psicosocial debe aplicarse para mejorar la vida cotidiana de las personas y ayudarles a resolver sus problemas. Fruto del activismo aplicacionista social es la aparición de varias instituciones y revistas germinales del campo que detallamos en el próximo capítulo.

Esta época resulta (Munné, 1986) crucial para la PS en dos apartados: uno, la PS se establece como ciencia; dos, la época es formativamente seminal: se siembran las semillas de desarrollos —y contradesarrollos— por venir. De particular importancia para nosotros es la articulación inicial de una perspectiva coherente de PSA que, relegada al olvido tras la Segunda Guerra Mundial, resurge en los años setenta al hilo de la crisis de la PS.

El progreso de la metodología. La metodología es una de las tres tradiciones que, jun- to con teoría y aplicación, componen, con variada intensidad e interrelación, el discurrir histórico de la PS. Los desarrollos metodológicos resultan, además y como se verá más adelante, cruciales en la gestación de la PSA (Reich, 1981). Y es que un tema recurrente de «la crisis» de los setenta asociado a la búsqueda obsesiva de relevancia es la unión de rigor científico y utilidad social en que el método funcionará como elemento conector en la PS de teoría y aplicación. Aunque la metodología psicosocial hunde sus raíces positi- vistas en los albores empiristas y experimentalistas norteamericanos del comienzo del

siglo XX, es en los años veinte y treinta cuando conoce un desarrollo espectacular ligado en buena parte al estudio de las actitudes sociales. Se elaboran escalas de medición de acti- tudes y estereotipos, cuestionarios, encuestas de opinión pública; sociometría y valoración de la atmósfera grupal; entrevistas y observación social. La consolidación de la metodolo- gía psicosocial habrá de esperar, sin embargo, hasta los años cincuenta, cuando aparece el primer manual y cursos específicos en la formación psicosocial.

Los años cuarenta traen consigo acontecimientos que alteran dramáticamente el curso de las ciencias humanas y sociales: el advenimiento del nazismo y la Segunda Guerra Mundial. El primero fuerza la emigración de un grupo de destacados académicos europe- os a EE UU, donde infunden e injertan una serie de temas y tendencias con frecuencia

asociadas a los elementos psicosociales subyacentes a los horrores que han dejado atrás: autoritarismo, miedo a la libertad, estilos de liderazgo. La guerra trae a primer plano temas como el estrés y efectos de la situación de combate, la moral, la influencia social de la pro- paganda y la radio o las características de los soldados combatientes. Gardner Murphy (1965) refleja así el clima del momento y el impacto crucial de la guerra sobre la PS:

Dejamos, durante la Segunda Guerra Mundial, de ser esencialmente la discipli- na científica seguida por amor a aprender, y comenzamos a servir en análisis de opinión pública, estudios sobre moral, salud mental industrial, psicología y rela- ciones internacionales, problemas políticos derivados de los antagonismos y reticencias raciales y de clase. Tomó forma, en una palabra, la Psicología Social Aplicada» (pág. 28; subrayado añadido).

Ésa es la parte positiva: el enorme progreso metodológico y aplicado (Reich, 1981) y la constatación de la existencia en la PS de una importante faceta aplicada junto a la más

«básica» o teórica. Pero el carácter imperativo de las demandas prácticas planteadas por la guerra tiene también su cruz: genera múltiples resistencias y reacciones antiaplicacionistas acompañadas de un intenso deseo de retornar a la teoría e investigación experimental que siembran el fermento de la escisión entre las dos facetas (teoría e investigación por un lado y praxis por otro) que tan tenazmente había tratado Lewin de preservar unidas.

La posguerra es, en consecuencia, un período de entusiasmo y rápido crecimiento teó- rico. La experimentación de laboratorio domina un espacio metodológico escasamente receptivo hacia otros enfoques como la investigación de campo o los sondeos por encues- ta difundidos desde el Institute of Survey Research. La aparición en 1966 del libro de Campbell y Stanley sobre «Diseños experimentales y cuasi-experimentales», que inicia una auténtica revolución metodológica, apenas influye en un campo, la PS, metodológica- mente ensimismado en el experimentalismo «puro». Se afianza la escisión entre investiga- ción experimental de laboratorio e investigación de campo por un lado y entre orientación teórica y orientación aplicada por otro, que tanta influencia tendrá para el declive tempo- ral de la PSA. El cisma entre los seguidores de Lewin es vital —y sintomático— en este contexto: los teóricos o experimentalistas se refugian en el Centro para la Investigación de la Dinámica Grupal y los aplicacionistas en los Laboratorios Nacionales de Entrenamiento (igualmente revelador del clima científico de la época es que se llame «laboratorio» a un lugar de formación práctica). En el contexto de la expansión de la teoría psicológica se desarrollan en PS líneas y temas como:

• Actitudes políticas y autoritarismo; persuasión, propaganda, medios de masas.

• Formación de opinión e intención de voto.

• Comportamiento colectivo, movimientos sociales y psicología de los pueblos.

• Percepción y motivación grupal; estrés, conflicto e influencia social en los grupos.

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