Hacia El Humanismo Del Siglo XX
cesargesquedag28 de Octubre de 2013
6.278 Palabras (26 Páginas)372 Visitas
HACIA EL HUMANISMO DEL SIGLO XXI
Este es un desafío que trae consigo además muchas consignas de esperanza para la reconstrucción y la transformación social, en la búsqueda del espacio vital digno y soberano que se merece este pueblo. Una de estas consignas es la de dar a luz un nuevo humanismo, centrado en la justicia como valor supremo, ni individualista ni materialista, un humanismo liberador y en relación solidaria y recíproca con todo lo que le rodea, en contraposición con el humanismo cruel y depredador que nos ha legado el modo de producción capitalista y el neoliberalismo.
1. La vía: superación del capitalismo y neoliberalismo
Como planteamiento de fondo el socialismo del siglo XXI se orienta hacia la superación del capitalismo como modo de producción y el neoliberalismo como aparato ideológico político que lo sustenta. La principal razón por la que el capitalismo debe ser superado tiene que ver con la catástrofe humana que ha ocasionado en todo el mundo, debido a las grandes desigualdades económicas y la exclusión social y la destrucción ecológica que ha producido.
2. Del capitalismo hacia la creación de la sociedad donde todos y todas quepan.
El capitalismo nunca será un sistema de equidad y justicia porque el valor supremo del capitalismo es el tener más, y para ello debe derribar a su paso no sólo a sus competidores, sino también todos los valores que le son contrarios, como la justicia, la igualdad, la solidaridad, la cooperación mutua, la preocupación por los más débiles, los Derechos Humanos, la soberanía y autodeterminación de los pueblos, el equilibrio ecológico, entre otros, porque estos valores sólo estorban el libre desarrollo del sistema para la mayor ganancia, que es el fin último del capitalismo.
La ética de la solidaridad enrumba nuestro horizonte hacia la creación de una sociedad de iguales, una sociedad que realice colectivamente el bien común y garantice la mayor suma de felicidad posible para todos y todas. Esto sólo se logrará mediante la superación del capitalismo y la subordinación de las fuerzas compulsivas del mercado al respeto de lo humano y de la vida como tal. Y el socialismo del siglo XXI es un camino posible.
3. Aproximaciones al debate del Socialismo del siglo XXI en Venezuela
Como se ha señalado anteriormente, el planteamiento del socialismo del siglo XXI en Venezuela es el generador de un gran debate en el cual todas las instancias, los sujetos históricos y las instituciones sociales y comunitarias tienen algo que decir. A continuación señalamos alguna de las líneas gruesas que forman parte del debate, las cuales es necesario abordar de una manera más profunda. Y sólo de manera sugestiva, se analizarán también elementos de un posible diálogo entre lo religioso, lo político y lo social, para la creación colectiva del socialismo del siglo XXI, el nuevo Estado y una nueva humanidad en Venezuela.
4. El socialismo del siglo XXI en la ruta de Venezuela
Es importante el punto de partida del debate sobre lo específicamente
Venezolano en la creación colectiva del socialismo del siglo XXI “No queremos ciertamente que el socialismo sea en América calco y copia. Debe ser creación heroica. Tenemos que dar vida con nuestra propia realidad, en nuestro propio lenguaje, al socialismo indoamericano”
Esto no quiere decir sin embargo que no se tomen en cuenta las experiencias de los socialismos que se vivieron en Europa. Es sólo que hay que partir de la propia realidad y valorarlos a partir del propio contexto. Valderrama y Mena (2006) sugieren un análisis equilibrado de las causas del retroceso del socialismo en la Europa del Este, ya que se han escrito materiales muy interesantes al respecto, pero el enfoque es eminentemente capitalista, lo cual produce un desequilibrio en la comprensión de dichas causas, y comprenderlas en forma integral es importante para enriquecer la experiencia propia.
5. El Socialismo del Siglo XXI en Venezuela y la creación del nuevo
Estado y la nueva humanidad. Lo determinante de la economía en el socialismo es la propiedad social de los medios de producción y la distribución justa y equitativa de la riqueza social, lo cual sólo podrá viabilizarse si se transforma también el Estado. Esto supone el fortalecimiento ético, económico y político del actual Estado venezolano.
Este fortalecimiento ético del nuevo Estado exige cambios profundos y transformaciones estructurales, como bien señala el profesor Carlos Lanz (1996). En ese sentido, el nuevo Estado necesita profundizar en las nuevas formas de participación política y ciudadana y consolidar las nuevas formas de descentralización del poder. Deben debe viabilizarse inteligentemente los poderes creadores del pueblo (Preámbulo Constitución 99), la ciencia y la tecnología deben recuperar su pertinencia social, hay que promover una relación armónica con la naturaleza, fortalecer el desarrollo endógeno, promover una cultura de la solidaridad, con reivindicación del enfoque de género, incluyendo a todos los sujetos históricos tradicionalmente olvidados (la negritud, los indígenas, los jóvenes, la tercera edad, los niños, niñas y adolescentes). Un Estado donde todos y todas quepan.
Humanismo del Siglo XXI
En este artículo se analizan problemáticas actuales que debe afrontar el humanismo y que implican una transformación profunda de nuestras percepciones y valores. En este sentido, se propone un enfoque multidisciplinario: una forma de reinterpretar e interrelacionar los conflictos ecológicos, políticos, económicos, históricos, antropológicos, éticos, psicológicos, pedagógicos, entre otros, con vistas a un renacimiento personal, en el que es posible la visión de un mundo humanizado. Las corrientes humanísticas contemporáneas se han caracterizado ya no por elaborar arquetipos de hombre, sino por ubicarlo dentro de circunstancias concretas, ya sean políticas, económicas, jurídicas, sociológicas, psicológicas o tecnológicas, las cuales determinan sus condiciones auténticamente humanas. En los siglos XIX y XX han surgido una serie de pensamientos como el marxismo, el humanismo cristiano, el existencialismo y el neo-humanismo científico-tecnológico. En general, estas tendencias defienden la libertad, la autenticidad y la dignidad de los individuos, para el desarrollo de su verdadera naturaleza, así como la expresión del pensamiento científico y filosófico. El presente ensayo aborda el humanismo desde la perspectiva ecológica, política –económica, filosófica y pedagógica como los cuatro grandes pilares que lo sustentan. El planteamiento de esta disquisición no sólo sitúa al hombre desde circunstancias específicas bajo las cuales pueda desarrollar su dignidad, libertad, espiritualidad, etc., sino, también, a partir de un “modelo” humano que ilumine su camino por seguir y las formas adecuadas de inculcarlo. El punto de vista ecológico nos lleva a percatarnos de la encrucijada en que se encuentra todo organismo viviente, sobre todo porque, de no efectuarse un giro profundo en la raíz de las estructuras políticas, económicas y sociales, el siglo XXI podría marcar una debacle planetaria. Si desde fines de la Segunda Guerra Mundial la angustia del hombre se cierne en torno a la destrucción global por vía de la energía termonuclear, hoy en día a esa angustia se le añade el colapso ecológico y la supresión masiva de infinidad de formas de vida. A las personas de nuestra época nos corresponde la responsabilidad de hacer lo suficiente para que no se trunque la evolución de las especies. Por eso el humanismo se encauza hacia propuestas políticas y económicas de dimensión integral con una nueva escala de valores, con el propósito de promover en el hombre una coexistencia armoniosa con el planeta, al lado de su realización como tal. La antropolítica o antroeconomía es el nuevo viraje en donde lo “humano” representa el valor primario del que pende lo político-económico y no a la inversa. Para ello se requiere de un modelo o ideal de persona que sea enriquecido por la filosofía, la historia y las artes a fin de promover en él su más alto yo. Esta orientación humanística debe convertirse en una práctica pedagógica que se extienda a toda la sociedad, integrando incluso los recursos tecnológicos para la consecución de este propósito.
HUMANISMO ECOLÓGICO
El humanismo de las últimas décadas del siglo XX y de inicios del siglo XXI, busca eliminar la concepción antropocéntrica que había sido concebida durante el Renacimiento. Ante problemáticas ecológicas, el hombre ya no puede ser alguien que, mediante el método experimental, manipula caprichosamente la naturaleza. Más bien debe asumirse como una parte interrelacionada con ella, tomando conciencia de que el ambiente natural en donde vive es un ecosistema con la tendencia generalizada a establecer vínculos de integración y cooperación armoniosa. Las necesidades y los derechos del planeta son las necesidades y los derechos de la persona, pues la salud y el bienestar individual dependen del equilibrio planetario. De ello se deriva el hecho de que no podemos “manejar” el planeta, sino que tenemos que integrarnos armoniosamente con la naturaleza, a partir de una ética mundial y nuevas formas de organización políticas y económicas. El ser humano y la naturaleza no deben entenderse en términos materialistas, mecánicos y de explotación, pues ello riñe con un desarrollo equilibrado de la vida en su totalidad. Se hace necesario abandonar la mentalidad recursista, la cual concibe el entorno como objeto para el provecho individual de consumo, considerando que los animales, el campo, el aire, el agua, la selva, están a nuestro servicio
...