Hombre En Busca De Una Razon

El Hombre en Busca del Sentido

1era parte: Un psicólogo en un campo de concentración

Primera fase: Internamiento en el campo

Los prisioneros llegaron al campo de concentración en un tren en el que estaban todos apretados, sin sitio siquiera para respirar. Todos pensaban que iban a una fábrica de municiones, pero fueron llevados a un campo de concentración llamado Auschwitz.

A los prisioneros al llevarles al campo de concentración los dejan sin pertenencias y los alejan de su familia, su trabajo, sus hobbies. A esto se le llama “existencia desnuda”, cuando no poseen nada.

Muchos de las personas dentro del campo se querían suicidar y la manera más fácil era “Lanzarse contra la alambrada”.

Segunda fase: La vida en el campo

Los prisioneros pasaban una fase de apatía al pasar de la 1 a la 2 fase. Sentían añoranza de su familia y su casa, después una aguda nostalgia, y finalmente repugnancia por la fealdad que le rodeaba.

En la 1 fase el nuevo prisionero apartaba la mirada de los maltratos a los otros prisioneros; en la 2 ya se había acostumbrado y no la apartaba. Todos los prisioneros eran maltratados e insultados por los guardias y los “capos”, pero muchas veces estos insultos les hacían mucho más daño mentalmente que los maltratos físicos.

Por esta causa de desnutrición los prisioneros no sentían deseos sexuales, incluso en sus sueños aparecían muy pocas veces. Los prisioneros se habían quedado sin sentimientos a causa de la vida que tenían.

Cuando todo se ha perdido, en lo que todos los prisioneros pensaban era en la mujer amada que habían dejado lejos. Su salvación estaba en el amor, en los momentos más duros recordaban a su amada y se sentían menos desolados; la recordaban y sentían que tenían que luchar por ella. El amor era por lo que luchaban los prisioneros.

Como en el campo de concentración era todo tan horrible que los prisioneros estaban obsesionados con buscar el arte por todos sitios, y lo veían en el cielo como una atardecer por donde antes no notaban. También hacían actuaciones para animarse un poco más y todos actuaban para no perder el sentido de humor.

La suerte para los prisioneros en el campo de concentración era esas cosas horribles que tenían que hacer. Cuando se enfermaban era algo bueno porque no tenían que trabajar cuando a Víctor Frankl se enfermo lo trasladaron al campo de infecciosos y la suerte de él subió.

Tan dura era la vida en el campo, Víctor Frankl y otro compañero intentaron fugarse, pero la última de las veces que lo intentaron no se escaparon porque la guerra llegó al campo.

A pesar de estar “secuestrados”, los prisioneros poseían lo más importante de todo: la libertad interior, que es la elección

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