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IMAGINACION CREADORA


Enviado por   •  20 de Marzo de 2013  •  6.634 Palabras (27 Páginas)  •  322 Visitas

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REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA

MINISTERIO DEL PODER POPULAR PARA LA EDUCACIÓN UNIVERSITARIA

COLEGIO UNIVERSITARIO DE ADMINISTRACIÓN Y MERCADEO

CUAM- INDUSTRIAL

Profesor: Jaime Barreno Integrantes:

Hugas Ambar

Corona Emiliany

Aponte Aileen

Colmenares Neisabeth

Moreno Yurbelys

4to Semestre Educación

Mención: Preescolar

Materia: Educación Musical

Valencia, Marzo 2013

INTRODUCCIÓN

La imaginación creadora trata básicamente de conseguir aquello que de verdad anhelamos, esto se consigue pensando en que lo que queremos se hará realidad y así sucederá. Un método que han conseguido probar grandes personajes exitosos de este tiempo y de los antiguos. En este curso podrás informarte más acerca de este interesante tema.

Una persona creativa es flexible, le gusta jugar con ideas, está dispuesta a cambiar de opinión y siempre busca nuevas soluciones. La preocupación por el desarrollo de la creatividad es explicable en una sociedad donde la nota predominante es el cambio, que plantea importantes retos a la educación para incrementar la habilidad de aprender y adaptarse de manera creativa, constructiva, oportuna a ellos.

El desarrollo de la creatividad debe constituir una meta prioritaria en la educación, más aún si se trata de la educación del estudiante de preescolar. Para lograrla, se requiere que el docente sistematice el desarrollo de la imaginación creadora propia y de sus alumnos, se comprometa a profundizar en la práctica, la investigación y la creación de nuevas herramientas, conozca y comprenda los mecanismos, se familiarice con los métodos, estrategias diseñadas y genere formas propias para estimularla.

IMAGINACIÓN CREADORA A TRAVÉS DE LA MÚSICA

En ese proceso de desarrollo creativo-musical tiene asimismo una enorme importancia el análisis de modelos clásicos. Igual que al aprender un idioma escucharlo ayuda a apreciar la entonación o musicalidad de las palabras y las frases, que luego trataremos de imitar, con la música sucede lo mismo. Así, al trabajar las obras de autores clásicos o contemporáneos, el alumno va captando la armonía, los silencios, la participación de los distintos instrumentos a lo largo de la obra, etc. que luego le servirán de base para elaborar sus propias composiciones.

No se trata de imitar sino de proporcionar los sustentos necesarios desde los que desarrollar su imaginación-creativa. Vuelvo al ejemplo de la pintura pues, hasta los niños más pequeños, realizan sus dibujos sin previa instrucción, sin embargo, ello no impide que se les enseñe a coger correctamente el lápiz, con lo que sus creaciones serán más fructíferas y menos agotadoras.

Se pretende que el alumno explore y exteriorice su imaginación creadora mediante la improvisación sobre modelos clásicos. Así, es interesante conocer los rasgos esenciales de este tipo de caracteres:

• A nivel afectivo: son personas que muestran un buen nivel de autoestima, autonomía para la elaboración de sus propias ideas y capacidad de investigación.

• A nivel cognitivo: presentan un buen auto concepto, imaginación desbordante y capacidad de análisis crítico de las situaciones.

La formación de la personalidad infantil se ve sometida a factores ambientales (donde la escuela tiene una importante labor), genéticos y familiares, siendo la creatividad la ventana desde la que desarrollarse, aprender y conocer el mundo que les rodea.

Desde la educación se debe promover el descubrimiento del propio ser desarrollando para ello la sensibilidad e inteligencia musical. La actitud del maestro y su capacidad de motivación del alumnado serán esenciales a la hora de afrontar esta práctica pedagógica.

Aunque la creatividad pertenece al género humano, no se manifiesta en todos por igual, está condicionada y su educación requiere un cambio de actitud no sólo por parte del educando sino del educador, pues conlleva un enfoque pluridisciplinar. Educar proviene del término latino educis, educere, que significa extraer de dentro, “sacar hacia fuera” (Tusquets, J.). A diferencia del vocablo enseñar que en origen significa señalar hacía, mostrar algo a alguien.

¿Cómo promover ese cambio de actitud? Se ha comprobado que el grado de implicación cognoscitiva y emocional del profesor influye en los resultados, pues, en ese caso, no sólo dicta, sino que también da ejemplo de cómo fomentar la imaginación creadora, cómo emplear los medios para lograr el éxito y cómo vivir creativamente. Algunas actividades para aumentar la imaginación creadora en el aula a edad temprana son:

Permitir que los niños se expresen cantando: para ello extremaremos esta premisa hasta el punto de que todo lo que digan en el aula deban hacerlo cantando, con el ritmo que quieran o con uno previamente establecido, por ejemplo, de corcheas, de negras o de redondas.

• Expresarse a través del baile: el derroche de energía cinética es una constante en los niños; el profesor puede canalizarlo mediante el baile libre con distinto tipo de música, desde una con gran fluidez hasta otra que recuerde la tranquila bajada de las aguas de un río.

• Pintar las sensaciones: la música puede evocar en nosotros distintos tipos de sentimientos, aprovechemos para que los alumnos los plasmen con pinceles o, mejor aún, con las manos y el cuerpo.

• Dibujar la música: es muy interesante arriesgarse a plantear una propuesta como esta. Con el dibujo el niño/a va formando los cimientos de su estabilidad emocional, con él se adueña de las imágenes de la realidad que luego representará en su mundo.

• Juegos enlazados de repeticiones: la maestra realizará una sucesión de sonidos con las distintas partes del cuerpo (por ejemplo: dos palmadas, una palmada con las rodillas, un golpe en el suelo con un pie, otro con el otro pie, una palmada y el sonido de pedir silencio con un dedo delante de los labios), los alumnos escucharán con intención de repetirlo, pero sólo uno de ellos será designado. Una vez imitados los sonidos, deberá crear otros y decir el nombre de otro compañero para que los repita.

IMAGINACIÓN CREADORA A TRAVÉS DEL LENGUAJE

Es imprescindible, en primer lugar, rechazar esa tradicional oposición entre fantasía y realidad, en la que realidad significa lo que existe y fantasía aquello que no existe. Esa oposición no tiene sentido. ¿No existen acaso los sueños? ¿No existen los sentimientos por el hecho de no tener cuerpo? ¿De dónde sacaría la fantasía los materiales para sus construcciones si no los tomara, como de hecho hace, de los datos de la experiencia, ya que no entran en la mente más datos que los de la experiencia?

La fantasía es un instrumento para conocer la realidad (Hago servir indistintamente como sinónimos las palabras "fantasía" e "imaginación", porque ya están lejos aquellos tiempos en que los filósofos, teorizando a posteriori sobre la división del trabajo, los distinguían, para luego adjudicar la "fantasía" creadora a los artistas y la "imaginación" práctica a los trabajadores manuales). Otros instrumentos son los sentidos. Otros, el pensamiento crítico, la ciencia, etc. La mano tiene cinco dedos: ¿por qué la mente sólo ha de tener uno? Por el contrario, tiene muchísimos.

Nadie puede prescindir de la fantasía, ni el científico ni el historiador. Recientes investigaciones han puesto en evidencia importantes homologías entre los procesos de creación artística y los de la creación científica.

Apoderarse de las palabras

Jugar con las palabras y las imágenes no es la única manera que los niños tienen para aproximarse a la realidad, pero ésta no significa ninguna pérdida de tiempo. Significa apoderarse de las palabras y de las cosas. Por eso sostengo que el libro-juguete (las fábulas, las aventuras, la poesía en la que la lengua juega consigo misma) ha de tener un lugar duradero en la literatura infantil, junto a otros libros que actúan sobre otros componentes de la personalidad infantil, abriendo otros caminos en el itinerario que tiene un extremo en el niño y otro en la realidad. Hasta esos otros libros, para dirigirse a los niños, no podrán olvidar el lenguaje de la imaginación: su autor deberá sentir sus vivencias en la imaginación si quiere que el mensaje llegue a su destinatario.

Transformar la imaginación que consume en imaginación que crea

No se puede concebir una escuela basada en la actividad del niño, en su espíritu e investigación, en su creatividad, si no se coloca a la imaginación en el lugar que merece en la educación. Lo que implica que el educador animador cuenta entre sus tareas con la de estimular la imaginación de los niños, de liberarle de las cadenas que precozmente le crean los condicionamientos familiares y sociales, la de animarle a competir con ella misma, transformándose de imaginación que consume en imaginación que crea. Para esto también le serán útiles los libros. Claro está, para ir más allá. Y también para descubrir que más allá, hay otros libros en los que se conserva la memoria colectiva de la humanidad, el espesor de la historia humana, las reflexiones, los sufrimientos, las esperanzas de generaciones, los conocimientos, las técnicas y los proyectos para mejorar la vida. Ningún libro puede sustituir la experiencia, pero ninguna experiencia se basta a sí misma.

La ecuación elegida antes entre imaginación, juego y libro me parece adecuada hasta un punto determinado del crecimiento; después, si no se transforma, deja de ser útil. Hasta cierta edad, los niños necesitan juguetes. Después no necesitan ya el objeto-símbolo, el objeto mediador, sino la confrontación directa con el mundo. Son muchachos, ya no niños. ¿Dónde situar el límite entre esas dos edades? Es difícil decirlo. Puede cambiar de niño a niño e incluso, de país a país o de una época a otra. Tengo la impresión, por ejemplo, de que se está rebajando, bajo nuestra mirada, el listón que separa al muchacho del adulto, incluso el que separa al niño del muchacho. Pero esta es una asignatura en la que no se pueden concebir exámenes o diplomas. Adulto es quien elige serlo. Por eso creo que es conveniente dejar muy pronto libres a los chicos para que puedan buscar el libro que les conviene, en ese momento, para sus proyectos (no para los nuestros), para sus necesidades intelectuales o morales (no para las que nosotros imaginamos); y que se lo busquen libremente sin interponer barreras entre ellos y los libros de todas las literaturas. Ayudémoslos a apropiarse del mundo, de la cultura, de la poesía, a hacer pasos bien largos cuando sientan que deben hacerlos.

La experiencia de la imaginación dentro de la creación poética nace a partir de las ideas de pensadores que se han planteado preguntas frente a los procesos estéticos, no para aplicarlas en un ámbito escolar, pero sí para sentar unas bases conceptuales que a su vez permiten abordar de alguna manera el sentido de la imaginación, implícito en la experiencia creativa de los niños.

Se puede realizar ahora un recorrido por las concepciones que competen a la imaginación creadora. Hume, en el Tratado de la naturaleza humana (1740) explica el hecho de que las ideas, para él, son imágenes, y la imaginación, por su parte, una facultad creadora de las palabras que desempeña un papel decisivo en nuestro pensamiento (Warnock, 1981).

También retoma las ideas de Descartes sobre el paso de la memoria o reproducción a la transposición o cambio en la imaginación “el fácil paso de la imaginación a lo largo de las ideas o percepciones semejantes nos hace atribuirles una identidad perfecta” Este apoyo de la imaginación en la memoria, además, permite que todas las ideas de los objetos percibidos sean individuales y específicas, pero puede usarse una idea particular para que vaya más allá de su naturaleza. Es allí donde actúa la imaginación.

La existencia continuada de los objetos es posible gracias a nuestros sentidos, nuestra razón y nuestra imaginación.

Es necesario nombrar a Kant al entrar en una propuesta de la imaginación como facultad creadora, ya que establece una distinción clara entre imaginación empírica, que surge de un caso particular, e imaginación trascendental, como el poder para crear ficción y que varía de un hombre a otro. Desde allí, el hombre vincula los sentidos y el intelecto para experimentar el mundo. Kant, como sus antecesores, considera la función de la imaginación anterior al conocimiento, pero presenta a su vez una mediación, ya que para él nuestra experiencia del mundo no es del todo creadora, pero tampoco pasiva. “Es la imaginación la que surge como aquello que nos capacita a ir más allá de los escuetos datos de la sensación, y a colmar la brecha entre la mera sensación y el pensamiento inteligible” (citado por Warnock, 1981: 50).

Se puede abrir paso entonces a los presupuestos que han sustentado las relaciones entre imaginación y arte creador. Se inicia al deducir que Hume y Kant no muestran interés en la cuestión de qué hace de un hombre un poeta o un lector de poemas; ellos se centran en discernir sobre lo que hace que ese hombre piense en el objeto que observa de un modo particular: como objeto de experiencia. Este es otro asunto importante para el presente estudio, ya que surge desde la propuesta de dar una visión sobre la experiencia estética en la infancia, particularmente en la creación de textos poéticos, que exige a su vez analizar los roles en cuanto a recepción y producción de poemas. Entonces la visión de la imaginación como facultad representativa y como facultad formadora de ideas, que nos permite reconocer los objetos del mundo y vincular sus conceptos con nuestra experiencia sensible, ha sido reconocida desde esos tiempos y nos permite sustentar mejor la propuesta de este trabajo.

IMAGINACIÓN CREADORA A TRAVÉS DEL MOVIMIENTO

Por la imaginación creadora con movimiento el estudio posible en la forma de estimulación de los cinco sentidos (auditivo, visual, quinestésico) y el contacto de la imaginación con el movimiento, provoca como consecuencia que los movimientos del cuerpo son combinados con imágenes y con procesos psíquicos.

Esto debe ser estimulado por presentaciones de imágenes mentales de movimientos y posiblemente su programación mental puede ser experimentada. Estos movimientos del cuerpo combinados con los procesos mentales estimulan positivamente los procesos cognoscitivos.

La imaginación creadora, como respuesta retardada a estímulos de naturaleza sinestésica, combinatoria y disociadora, está dirigida hacia un fin. Esta finalidad puede ir desde transformar lo abstracto en concreto hasta un acto de animación. Este último puede incluir muchas funciones expresivas del organismo. Un actor o un orador pueden acentuar su expresión imaginativa mediante gestos. Las fantasías histéricas pueden cambiar funciones corporales y producir fenómenos biológicos de base psíquica. Así, los movimientos, posturas y gestos faciales son expresiones concretas de imágenes de la fantasía. Los movimientos del hombre durante el sueño parecen ser igualmente una movilización total del organismo mediante la imaginación. Se han hecho algunos experimentos en los que un aparato va registrando la actividad corporal de un sujeto que da vuelo a su fantasía. Por ejemplo, el individuo está acostado, con los ojos cerrados y el cuerpo relajado e imaginando que está flexionando los antebrazos. El registro marca una verdadera contracción de los músculos que el sujeto imagina flexionar. En los sueños la imaginación muestra otra clase de movilización del organismo. Los sueños eróticos movilizan el aparato genital; los deseos frustrados y las actividades olvidadas son liberadas durante la fantasía onírica. Freud, en su teoría de la realización de deseos, afirma que éstos, impulsando la actividad de la imaginación, constituyen sus raíces básicas.

El Movimiento basado en la imaginación Creativa es una mezcla de danza, movimiento corporal guiado y/o libre, contacto, juego, dramatización, respiración y relajación, que facilita descubrir los recursos de que disponemos e ir aventurándonos en nuestra creatividad. Con movimientos simples, exploramos la espontaneidad, la intuición y la curiosidad a través del baile y del lenguaje del cuerpo, la expresión de los estados emocionales y la posibilidad de soltarse en un espacio de confianza, en el que cada persona sigue su propio ritmo, su íntimo proceso hacia la apertura y la expresión personal.

La forma más adecuada para fortalecer la imaginación creadora basada en movimientos en los niños es desde siempre el juego y la danza que han sido una excelente manera de aprender. Según la época, la cultura y las circunstancias del momento, generalmente los principales valores, actitudes y normas se aprenden y enseñan jugando. A todo este proceso y lo que el mismo conlleva, lo podríamos denominar socialización.

Además, el juego y la danza dramático posee distintas maneras de practicarse, no siendo ninguna la única y auténtica, sino que todas las posibilidades de cada uno son igual de válidas y genuinas, lo cual desarrolla la imaginación creadora y la autoconfianza de sus practicantes que no tienen que seguir, necesariamente, un modelo establecido.

En deporte los niños ponen en práctica su imaginación creadora al realizar movimientos basados según lo que ellos mismos imaginan. Eso además de fortalecer su creatividad proporciona un bienestar y un ambiente de armonía que normalmente comparte no solo con compañeros de escuela, padres en sus hogares sino también con el medio que los rodea. Es una de las actividades que se realizan al aire libre.

CONCLUSIÓN

La imaginación creadora, es impulsada por nuestra motivación e inspiración y es dirigida por la inteligencia, es la más utilizada por aquellos que sobresalen sobre los demás en cualquier campo, ya sea en los negocios, inventos, las artes...

De ella surge el pensamiento creador como resultado de la combinación de la realidad y la fantasía, es la "revolvedora de problemas" de nuestra vida diaria, cuando no encontramos una respuesta lógica o premeditada, es la que nos hace pensar en "esas preguntas que nos inquieta" y busca de forma ingeniosa las respuestas, es la gran motora del progreso humano, es nuestra "inteligencia superior".

La imaginación creadora es la que interesa ejercitar y desarrollar, para que sepa y pueda crear ideas nuevas, abandonando los senderos de la rutina, es la que nos libera y nos "hace sentir libre y en contacto con uno mismo", es la que nos hace "volar" y salir del "agujero", donde nada es lo que parece y nada se da por hecho, todo es posible y prácticamente no hay limitaciones, imaginar prácticamente es darle rienda suelta a tu ser.

ANEXOS

REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA

MINISTERIO DEL PODER POPULAR PARA LA EDUCACIÓN UNIVERSITARIA

COLEGIO UNIVERSITARIO DE ADMINISTRACIÓN Y MERCADEO

CUAM- INDUSTRIAL

Profesor: Jaime Barreno Integrantes:

Hugas Ambar

Corona Emiliany

Aponte Aileen

Colmenares Neisabeth

Moreno Yurbelys

4to Semestre Educación

Mención: Preescolar

Materia: Educación Musical

Valencia, Marzo 2013

INTRODUCCIÓN

La imaginación creadora trata básicamente de conseguir aquello que de verdad anhelamos, esto se consigue pensando en que lo que queremos se hará realidad y así sucederá. Un método que han conseguido probar grandes personajes exitosos de este tiempo y de los antiguos. En este curso podrás informarte más acerca de este interesante tema.

Una persona creativa es flexible, le gusta jugar con ideas, está dispuesta a cambiar de opinión y siempre busca nuevas soluciones. La preocupación por el desarrollo de la creatividad es explicable en una sociedad donde la nota predominante es el cambio, que plantea importantes retos a la educación para incrementar la habilidad de aprender y adaptarse de manera creativa, constructiva, oportuna a ellos.

El desarrollo de la creatividad debe constituir una meta prioritaria en la educación, más aún si se trata de la educación del estudiante de preescolar. Para lograrla, se requiere que el docente sistematice el desarrollo de la imaginación creadora propia y de sus alumnos, se comprometa a profundizar en la práctica, la investigación y la creación de nuevas herramientas, conozca y comprenda los mecanismos, se familiarice con los métodos, estrategias diseñadas y genere formas propias para estimularla.

IMAGINACIÓN CREADORA A TRAVÉS DE LA MÚSICA

En ese proceso de desarrollo creativo-musical tiene asimismo una enorme importancia el análisis de modelos clásicos. Igual que al aprender un idioma escucharlo ayuda a apreciar la entonación o musicalidad de las palabras y las frases, que luego trataremos de imitar, con la música sucede lo mismo. Así, al trabajar las obras de autores clásicos o contemporáneos, el alumno va captando la armonía, los silencios, la participación de los distintos instrumentos a lo largo de la obra, etc. que luego le servirán de base para elaborar sus propias composiciones.

No se trata de imitar sino de proporcionar los sustentos necesarios desde los que desarrollar su imaginación-creativa. Vuelvo al ejemplo de la pintura pues, hasta los niños más pequeños, realizan sus dibujos sin previa instrucción, sin embargo, ello no impide que se les enseñe a coger correctamente el lápiz, con lo que sus creaciones serán más fructíferas y menos agotadoras.

Se pretende que el alumno explore y exteriorice su imaginación creadora mediante la improvisación sobre modelos clásicos. Así, es interesante conocer los rasgos esenciales de este tipo de caracteres:

• A nivel afectivo: son personas que muestran un buen nivel de autoestima, autonomía para la elaboración de sus propias ideas y capacidad de investigación.

• A nivel cognitivo: presentan un buen auto concepto, imaginación desbordante y capacidad de análisis crítico de las situaciones.

La formación de la personalidad infantil se ve sometida a factores ambientales (donde la escuela tiene una importante labor), genéticos y familiares, siendo la creatividad la ventana desde la que desarrollarse, aprender y conocer el mundo que les rodea.

Desde la educación se debe promover el descubrimiento del propio ser desarrollando para ello la sensibilidad e inteligencia musical. La actitud del maestro y su capacidad de motivación del alumnado serán esenciales a la hora de afrontar esta práctica pedagógica.

Aunque la creatividad pertenece al género humano, no se manifiesta en todos por igual, está condicionada y su educación requiere un cambio de actitud no sólo por parte del educando sino del educador, pues conlleva un enfoque pluridisciplinar. Educar proviene del término latino educis, educere, que significa extraer de dentro, “sacar hacia fuera” (Tusquets, J.). A diferencia del vocablo enseñar que en origen significa señalar hacía, mostrar algo a alguien.

¿Cómo promover ese cambio de actitud? Se ha comprobado que el grado de implicación cognoscitiva y emocional del profesor influye en los resultados, pues, en ese caso, no sólo dicta, sino que también da ejemplo de cómo fomentar la imaginación creadora, cómo emplear los medios para lograr el éxito y cómo vivir creativamente. Algunas actividades para aumentar la imaginación creadora en el aula a edad temprana son:

Permitir que los niños se expresen cantando: para ello extremaremos esta premisa hasta el punto de que todo lo que digan en el aula deban hacerlo cantando, con el ritmo que quieran o con uno previamente establecido, por ejemplo, de corcheas, de negras o de redondas.

• Expresarse a través del baile: el derroche de energía cinética es una constante en los niños; el profesor puede canalizarlo mediante el baile libre con distinto tipo de música, desde una con gran fluidez hasta otra que recuerde la tranquila bajada de las aguas de un río.

• Pintar las sensaciones: la música puede evocar en nosotros distintos tipos de sentimientos, aprovechemos para que los alumnos los plasmen con pinceles o, mejor aún, con las manos y el cuerpo.

• Dibujar la música: es muy interesante arriesgarse a plantear una propuesta como esta. Con el dibujo el niño/a va formando los cimientos de su estabilidad emocional, con él se adueña de las imágenes de la realidad que luego representará en su mundo.

• Juegos enlazados de repeticiones: la maestra realizará una sucesión de sonidos con las distintas partes del cuerpo (por ejemplo: dos palmadas, una palmada con las rodillas, un golpe en el suelo con un pie, otro con el otro pie, una palmada y el sonido de pedir silencio con un dedo delante de los labios), los alumnos escucharán con intención de repetirlo, pero sólo uno de ellos será designado. Una vez imitados los sonidos, deberá crear otros y decir el nombre de otro compañero para que los repita.

IMAGINACIÓN CREADORA A TRAVÉS DEL LENGUAJE

Es imprescindible, en primer lugar, rechazar esa tradicional oposición entre fantasía y realidad, en la que realidad significa lo que existe y fantasía aquello que no existe. Esa oposición no tiene sentido. ¿No existen acaso los sueños? ¿No existen los sentimientos por el hecho de no tener cuerpo? ¿De dónde sacaría la fantasía los materiales para sus construcciones si no los tomara, como de hecho hace, de los datos de la experiencia, ya que no entran en la mente más datos que los de la experiencia?

La fantasía es un instrumento para conocer la realidad (Hago servir indistintamente como sinónimos las palabras "fantasía" e "imaginación", porque ya están lejos aquellos tiempos en que los filósofos, teorizando a posteriori sobre la división del trabajo, los distinguían, para luego adjudicar la "fantasía" creadora a los artistas y la "imaginación" práctica a los trabajadores manuales). Otros instrumentos son los sentidos. Otros, el pensamiento crítico, la ciencia, etc. La mano tiene cinco dedos: ¿por qué la mente sólo ha de tener uno? Por el contrario, tiene muchísimos.

Nadie puede prescindir de la fantasía, ni el científico ni el historiador. Recientes investigaciones han puesto en evidencia importantes homologías entre los procesos de creación artística y los de la creación científica.

Apoderarse de las palabras

Jugar con las palabras y las imágenes no es la única manera que los niños tienen para aproximarse a la realidad, pero ésta no significa ninguna pérdida de tiempo. Significa apoderarse de las palabras y de las cosas. Por eso sostengo que el libro-juguete (las fábulas, las aventuras, la poesía en la que la lengua juega consigo misma) ha de tener un lugar duradero en la literatura infantil, junto a otros libros que actúan sobre otros componentes de la personalidad infantil, abriendo otros caminos en el itinerario que tiene un extremo en el niño y otro en la realidad. Hasta esos otros libros, para dirigirse a los niños, no podrán olvidar el lenguaje de la imaginación: su autor deberá sentir sus vivencias en la imaginación si quiere que el mensaje llegue a su destinatario.

Transformar la imaginación que consume en imaginación que crea

No se puede concebir una escuela basada en la actividad del niño, en su espíritu e investigación, en su creatividad, si no se coloca a la imaginación en el lugar que merece en la educación. Lo que implica que el educador animador cuenta entre sus tareas con la de estimular la imaginación de los niños, de liberarle de las cadenas que precozmente le crean los condicionamientos familiares y sociales, la de animarle a competir con ella misma, transformándose de imaginación que consume en imaginación que crea. Para esto también le serán útiles los libros. Claro está, para ir más allá. Y también para descubrir que más allá, hay otros libros en los que se conserva la memoria colectiva de la humanidad, el espesor de la historia humana, las reflexiones, los sufrimientos, las esperanzas de generaciones, los conocimientos, las técnicas y los proyectos para mejorar la vida. Ningún libro puede sustituir la experiencia, pero ninguna experiencia se basta a sí misma.

La ecuación elegida antes entre imaginación, juego y libro me parece adecuada hasta un punto determinado del crecimiento; después, si no se transforma, deja de ser útil. Hasta cierta edad, los niños necesitan juguetes. Después no necesitan ya el objeto-símbolo, el objeto mediador, sino la confrontación directa con el mundo. Son muchachos, ya no niños. ¿Dónde situar el límite entre esas dos edades? Es difícil decirlo. Puede cambiar de niño a niño e incluso, de país a país o de una época a otra. Tengo la impresión, por ejemplo, de que se está rebajando, bajo nuestra mirada, el listón que separa al muchacho del adulto, incluso el que separa al niño del muchacho. Pero esta es una asignatura en la que no se pueden concebir exámenes o diplomas. Adulto es quien elige serlo. Por eso creo que es conveniente dejar muy pronto libres a los chicos para que puedan buscar el libro que les conviene, en ese momento, para sus proyectos (no para los nuestros), para sus necesidades intelectuales o morales (no para las que nosotros imaginamos); y que se lo busquen libremente sin interponer barreras entre ellos y los libros de todas las literaturas. Ayudémoslos a apropiarse del mundo, de la cultura, de la poesía, a hacer pasos bien largos cuando sientan que deben hacerlos.

La experiencia de la imaginación dentro de la creación poética nace a partir de las ideas de pensadores que se han planteado preguntas frente a los procesos estéticos, no para aplicarlas en un ámbito escolar, pero sí para sentar unas bases conceptuales que a su vez permiten abordar de alguna manera el sentido de la imaginación, implícito en la experiencia creativa de los niños.

Se puede realizar ahora un recorrido por las concepciones que competen a la imaginación creadora. Hume, en el Tratado de la naturaleza humana (1740) explica el hecho de que las ideas, para él, son imágenes, y la imaginación, por su parte, una facultad creadora de las palabras que desempeña un papel decisivo en nuestro pensamiento (Warnock, 1981).

También retoma las ideas de Descartes sobre el paso de la memoria o reproducción a la transposición o cambio en la imaginación “el fácil paso de la imaginación a lo largo de las ideas o percepciones semejantes nos hace atribuirles una identidad perfecta” Este apoyo de la imaginación en la memoria, además, permite que todas las ideas de los objetos percibidos sean individuales y específicas, pero puede usarse una idea particular para que vaya más allá de su naturaleza. Es allí donde actúa la imaginación.

La existencia continuada de los objetos es posible gracias a nuestros sentidos, nuestra razón y nuestra imaginación.

Es necesario nombrar a Kant al entrar en una propuesta de la imaginación como facultad creadora, ya que establece una distinción clara entre imaginación empírica, que surge de un caso particular, e imaginación trascendental, como el poder para crear ficción y que varía de un hombre a otro. Desde allí, el hombre vincula los sentidos y el intelecto para experimentar el mundo. Kant, como sus antecesores, considera la función de la imaginación anterior al conocimiento, pero presenta a su vez una mediación, ya que para él nuestra experiencia del mundo no es del todo creadora, pero tampoco pasiva. “Es la imaginación la que surge como aquello que nos capacita a ir más allá de los escuetos datos de la sensación, y a colmar la brecha entre la mera sensación y el pensamiento inteligible” (citado por Warnock, 1981: 50).

Se puede abrir paso entonces a los presupuestos que han sustentado las relaciones entre imaginación y arte creador. Se inicia al deducir que Hume y Kant no muestran interés en la cuestión de qué hace de un hombre un poeta o un lector de poemas; ellos se centran en discernir sobre lo que hace que ese hombre piense en el objeto que observa de un modo particular: como objeto de experiencia. Este es otro asunto importante para el presente estudio, ya que surge desde la propuesta de dar una visión sobre la experiencia estética en la infancia, particularmente en la creación de textos poéticos, que exige a su vez analizar los roles en cuanto a recepción y producción de poemas. Entonces la visión de la imaginación como facultad representativa y como facultad formadora de ideas, que nos permite reconocer los objetos del mundo y vincular sus conceptos con nuestra experiencia sensible, ha sido reconocida desde esos tiempos y nos permite sustentar mejor la propuesta de este trabajo.

IMAGINACIÓN CREADORA A TRAVÉS DEL MOVIMIENTO

Por la imaginación creadora con movimiento el estudio posible en la forma de estimulación de los cinco sentidos (auditivo, visual, quinestésico) y el contacto de la imaginación con el movimiento, provoca como consecuencia que los movimientos del cuerpo son combinados con imágenes y con procesos psíquicos.

Esto debe ser estimulado por presentaciones de imágenes mentales de movimientos y posiblemente su programación mental puede ser experimentada. Estos movimientos del cuerpo combinados con los procesos mentales estimulan positivamente los procesos cognoscitivos.

La imaginación creadora, como respuesta retardada a estímulos de naturaleza sinestésica, combinatoria y disociadora, está dirigida hacia un fin. Esta finalidad puede ir desde transformar lo abstracto en concreto hasta un acto de animación. Este último puede incluir muchas funciones expresivas del organismo. Un actor o un orador pueden acentuar su expresión imaginativa mediante gestos. Las fantasías histéricas pueden cambiar funciones corporales y producir fenómenos biológicos de base psíquica. Así, los movimientos, posturas y gestos faciales son expresiones concretas de imágenes de la fantasía. Los movimientos del hombre durante el sueño parecen ser igualmente una movilización total del organismo mediante la imaginación. Se han hecho algunos experimentos en los que un aparato va registrando la actividad corporal de un sujeto que da vuelo a su fantasía. Por ejemplo, el individuo está acostado, con los ojos cerrados y el cuerpo relajado e imaginando que está flexionando los antebrazos. El registro marca una verdadera contracción de los músculos que el sujeto imagina flexionar. En los sueños la imaginación muestra otra clase de movilización del organismo. Los sueños eróticos movilizan el aparato genital; los deseos frustrados y las actividades olvidadas son liberadas durante la fantasía onírica. Freud, en su teoría de la realización de deseos, afirma que éstos, impulsando la actividad de la imaginación, constituyen sus raíces básicas.

El Movimiento basado en la imaginación Creativa es una mezcla de danza, movimiento corporal guiado y/o libre, contacto, juego, dramatización, respiración y relajación, que facilita descubrir los recursos de que disponemos e ir aventurándonos en nuestra creatividad. Con movimientos simples, exploramos la espontaneidad, la intuición y la curiosidad a través del baile y del lenguaje del cuerpo, la expresión de los estados emocionales y la posibilidad de soltarse en un espacio de confianza, en el que cada persona sigue su propio ritmo, su íntimo proceso hacia la apertura y la expresión personal.

La forma más adecuada para fortalecer la imaginación creadora basada en movimientos en los niños es desde siempre el juego y la danza que han sido una excelente manera de aprender. Según la época, la cultura y las circunstancias del momento, generalmente los principales valores, actitudes y normas se aprenden y enseñan jugando. A todo este proceso y lo que el mismo conlleva, lo podríamos denominar socialización.

Además, el juego y la danza dramático posee distintas maneras de practicarse, no siendo ninguna la única y auténtica, sino que todas las posibilidades de cada uno son igual de válidas y genuinas, lo cual desarrolla la imaginación creadora y la autoconfianza de sus practicantes que no tienen que seguir, necesariamente, un modelo establecido.

En deporte los niños ponen en práctica su imaginación creadora al realizar movimientos basados según lo que ellos mismos imaginan. Eso además de fortalecer su creatividad proporciona un bienestar y un ambiente de armonía que normalmente comparte no solo con compañeros de escuela, padres en sus hogares sino también con el medio que los rodea. Es una de las actividades que se realizan al aire libre.

CONCLUSIÓN

La imaginación creadora, es impulsada por nuestra motivación e inspiración y es dirigida por la inteligencia, es la más utilizada por aquellos que sobresalen sobre los demás en cualquier campo, ya sea en los negocios, inventos, las artes...

De ella surge el pensamiento creador como resultado de la combinación de la realidad y la fantasía, es la "revolvedora de problemas" de nuestra vida diaria, cuando no encontramos una respuesta lógica o premeditada, es la que nos hace pensar en "esas preguntas que nos inquieta" y busca de forma ingeniosa las respuestas, es la gran motora del progreso humano, es nuestra "inteligencia superior".

La imaginación creadora es la que interesa ejercitar y desarrollar, para que sepa y pueda crear ideas nuevas, abandonando los senderos de la rutina, es la que nos libera y nos "hace sentir libre y en contacto con uno mismo", es la que nos hace "volar" y salir del "agujero", donde nada es lo que parece y nada se da por hecho, todo es posible y prácticamente no hay limitaciones, imaginar prácticamente es darle rienda suelta a tu ser.

ANEXOS

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