INVESTIGACION
danroth9 de Julio de 2015
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¿Qué no es TDAH?
TDAH no es un retraso mental ni falta de inteligencia. Esta idea falsa ha surgido porque las dificultades atencionales pueden incidir negativamente en el rendimiento académico. El TDAH puede darse en personas de cualquier nivel de inteligencia.
De tipo hiperactivo-impulsivo, entre cuyos signos se incluyen los siguientes:
• gestos o movimientos repetitivos que denotan nerviosismo o intranquilidad
• dificultad para permanecer sentado
• tendencia a correr o trepar de forma excesiva
• dificultad para jugar tranquilamente
• sensación de estar siempre "en marcha"
• habla excesiva o descontrolada
• lanzarse a responder preguntas de forma impulsiva sin haber escuchado completamente la pregunta
• dificultad para esperar el turno o guardar fila
• tendencia a interrumpir o a inmiscuirse
¿Qué es el trastorno de déficit de atención e hiperactividad?
El trastorno de déficit de atención e hiperactividad (TDAH) es uno de los trastornos más comunes en la niñez y puede continuar hasta la adolescencia y la edad adulta. Los síntomas incluyen dificultad para concentrarse y prestar atención, dificultad para controlar la conducta e hiperactividad (actividad excesiva).
Existen tres tipos de TDAH:1
• Predominantemente hiperactivo-impulsivo
o La mayoría de los síntomas (seis o más) se encuentran en la categoría de hiperactividad-impulsividad.
o Se presentan menos de seis síntomas de inatención, aunque que la inatención aún puede estar presente hasta cierto grado.
• Predominantemente inatento
o La mayoría de los síntomas (seis o más) se encuentran en la categoría de la inatención y se presentan menos de seis síntomas de hiperactividad-impulsividad, aunque la hiperactividad-impulsividad aún puede estar presente hasta cierto grado.
o Los niños que padecen este tipo son menos propensos a demostrarlo o tienen dificultades para llevarse bien con otros niños. Puede que estén tranquilos, pero no quiere decir que están prestando atención a lo que están haciendo. Por lo tanto, la conducta del niño puede ser pasada por alto y los padres y maestros puede que no noten que el niño padece del TDAH.
• Combinación hiperactivo-impulsivo e inatento
o Están presentes seis o más síntomas de inatención y seis o más síntomas de hiperactividad-impulsividad.
o La mayoría de los niños padecen el tipo combinado del TDAH.
Los tratamientos pueden aliviar muchos de los síntomas del trastorno, pero no existe cura. Con tratamiento, la mayoría de las personas que padecen del TDAH pueden tener éxito en la escuela y vivir vidas productivas. Los investigadores están desarrollando tratamientos e intervenciones más eficaces y usando nuevas herramientas como imágenes cerebrales, para comprender mejor el TDAH y encontrar maneras más eficaces de tratarlo y prevenirlo.
¿Cuáles son los síntomas del TDAH en niños?
La inatención, la hiperactividad y la impulsividad son los comportamientos clave del TDAH. Es normal que los niños a veces no presten atención o sean hiperactivos o impulsivos, pero en los niños con el TDAH, estas conductas son más severas y ocurren con más frecuencia. Para recibir un diagnóstico de este trastorno, un niño debe tener síntomas durante seis meses o más y en un grado mayor del que presentan otros niños de la misma edad.
Los niños que tienen síntomas de inatención pueden:
• Distraerse fácilmente, no percibir detalles, olvidarse de las cosas y con frecuencia cambiar de una actividad a otra
• Tener dificultad para concentrarse en una sola cosa
• Aburrirse con una tarea después de tan solo unos minutos, excepto que estén realizando una actividad placentera
• Tener dificultad para concentrarse en organizar y completar una tarea o en aprender algo nuevo
• Tener problemas para completar o entregar tareas; con frecuencia, pierden las cosas (p. ej., lápices, juguetes, asignaciones) que se necesitan para completar las tareas o actividades
• Parecen no escuchar cuando se les habla
• Sueñan despiertos, se confunden fácilmente y se mueven lentamente
• Tienen dificultad para procesar información de forma rápida y precisa como los demás
• Tienen dificultad para seguir instrucciones
Los niños que tienen síntomas de hiperactividad pueden:
• Estar inquietos y movedizos en sus asientos
• Hablar sin parar
• Ir de un lado a otro, tocando y jugando con todo lo que está a la vista
• Tener problemas para sentarse y estar quietos durante las comidas, la escuela y cuando se les lee cuentos
• Estar en constante movimiento
• Tener dificultad para realizar tareas o actividades que requieren tranquilidad
Los niños con síntomas de impulsividad pueden:
• Ser muy impacientes
• Hacer comentarios inapropiados, mostrar sus emociones sin reparos y actuar sin tener en cuenta las consecuencias
• Tienen dificultad para esperar por cosas que quieren o para esperar su turno en los juegos
• Interrumpen con frecuencia conversaciones o las actividades de los demás
El TDAH puede confundirse con otros problemas
Los padres y maestros puede que no se den cuenta de que los niños con síntomas de inatención padecen este trastorno, dado que más a menudo son callados y son menos propensos a manifestarlo. Puede que se queden tranquilos, aparentando hacer sus deberes, pero a menudo no están prestando atención a lo que están haciendo. Puede que se lleven bien con otros niños, en comparación con quienes padecen otros tipos del trastorno, quienes suelen tener problemas sociales.
Pero los niños que padecen el tipo de TDAH de inatención no son los únicos cuyos trastornos pueden pasar inadvertidos. Por ejemplo, los adultos pueden pensar que los niños con los tipos de hiperactividad e impulsividad solo tienen problemas emocionales o de disciplina.
¿Cuáles son las causas del TDAH?
Los científicos no están seguros cuales son las causas del TDAH, aunque muchos estudios sugieren que los genes tienen un rol importante. Como sucede con otras enfermedades, el TDAH es probablemente el resultado de una combinación de factores. Además de la genética, los investigadores están tratando de encontrar posibles factores medioambientales y están estudiando de qué manera las lesiones cerebrales, la nutrición y el entorno social podrían contribuir al desarrollo del TDAH.
Los genes. Los genes son los "planos" de nuestro organismo que heredamos de nuestros padres. Varios estudios internacionales de gemelos demuestran en sus resultados que el TDAH frecuentemente se transmite en las familias. Los investigadores están buscando varios genes que podrían hacer que la gente sea más vulnerable a padecer el trastorno.2,3 Si algún día se conocieran los genes responsables de dicho trastorno, los investigadores podrían evitarlo antes de que se desarrollen los síntomas. Aprender sobre los genes específicos podría también conducir a mejores tratamientos.
Los niños que padecen del TDAH quienes tienen una versión particular de cierto gen, tienen un tejido cerebral más delgado en las áreas del cerebro asociadas con la atención. Esta investigación del NIMH demostró que la diferencia no era permanente, sin embargo, y a medida que los niños que tienen este gen crecían, el cerebro llegaba al alcanzar un nivel normal de grosor. Al igual que síntomas del TDAH también mejoraban.4
Los factores ambientales. Los estudios sugieren que existe un vínculo potencial entre el consumo de tabaco y alcohol durante el embarazo y en el TDAH en los niños.5,6 Asimismo, los niños en edad preescolar que están expuestos a altos niveles de plomo, que se encuentra a veces en cañerías o en la pintura en edificios viejos, pueden tener un mayor riesgo de desarrollar el TDAH.7
Las lesiones cerebrales. Los niños que han sufrido una lesión cerebral pueden mostrar algunas conductas similares a las de quienes padecen del TDAH. Sin embargo, solo un porcentaje pequeño de niños con TDAH han sufrido una lesión cerebral traumática.
El azúcar. La idea de que la azúcar refinada causa el TDAH o empeora los síntomas es común, pero la investigación descarta esta teoría en lugar de sustentarla. En un estudio, los investigadores les dieron a dos grupos de niños alimentos que contenían azúcar o un sustituto del azúcar un día si y un día no. Los niños que recibieron azúcar no demostraron tener una conducta o capacidades de aprendizaje diferentes de quienes recibieron el sustituto de azúcar.8Otro estudio en el que los niños recibieron cantidades mayores que el promedio de azúcar o sustitutos de azúcar mostró resultados similares.9
En otro estudio, los niños cuyas madres creían que sus hijos eran sensibles al azúcar recibieron el sustituto del azúcar llamado aspartamo. Aunque a todos los niños se les dio aspartamo, a la mitad de sus madres se les dijo que a sus hijos se les había dado azúcar, y a la otra mitad se les dijo que a sus hijos se les había dado aspartamo. Las madres que pensaban que sus hijos habían recibido azúcar los describieron como más hiperactivos que los otros niños y fueron más severas
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