Intervencion en crisis. Capitulo 3

Cuando hablamos de crisis de desarrollo, es importante señalar que los sucesos que la precipita se encuentran inmersos en las distintas etapas que conlleva la maduración. Erickson (1963) fue el primero en establecer la idea de que la personalidad siempre está en desarrollo durante el curso de la vida. Por otro lado, Freud sugería que la personalidad se establece de manera definitiva durante los primeros años de vida. La diferencia es que Erickson consideraba a la personalidad como algo que está en continuo desarrollo durante toda la vida.

Existen una gran variedad de hipótesis que indican cuando una transición puede derivar en una crisis. Según Danish y D’ Augelli (1980) la transición de una etapa de desarrollo a otra puede presentar problemas por falta de habilidades, conocimientos o la falta de capacidad para tomar decisiones o riegos, lo que puede en convertirse en una crisis. Aquí el manuel de intervención en crisis nos regala un dato interesante, el cual dice que “las carencias en las áreas de habilidad y conocimiento son, por lo general, mas fáciles de tratar por el medico clínico, que aquellas que implican la toma de decisiones o riegos”. Otra manera de ver este cambio es el de Brim (1977) que nos dice, que la “crisis masculina en la mitad de la vida” surge de la sobrecarga de exigencias o sucesos determinantes. Cuando un hombre debe afrontar diversas circunstancias, como lo pueden ser, el aceptar a sus hijos como son, enterrar a sus padres y acepta la realidad de que algún día sus hijos lo enterraran a él o que su apetito y libido sexual no es el mismo, este llegara resentir exigencias múltiples y simultaneas que cambiaran su personalidad. Holmes y Rahe (1967) Definen a esta acumulación de sucesos como una “crisis vital”.

Cuando un sujeto no acepta o no está preparado para afrontar diversos sucesos determinantes, lo que debió ser una transición se convierte en crisis (Danish & D’ Augelli, 1980). En el caso de una mujer, la menopausia o llegar a la viudez y no estar preparada son dos sucesos que se convierten en crisis. En un hombre, no aceptar que su esposa ejerza una profesión en una empresa, podría padecer de un trastorno por eso, ya que no lo espera y no está preparado (Neugarten, 1976). Por último, cuando un sujeto se percibe a el mismo como fuera de lugar, conforme a las expectativas esperadas por la sociedad. Neugarten (1979) dice que todos nos movemos con un “reloj mental” que nos indica si estamos dentro o fuera respecto a los demás.

Las etapas del desarrollo son envueltas por diversas circunstancias que van desde conflictos, tareas, posibles sucesos hasta las preocupaciones. Que determinan si la el paso de una a otra sea una transición o se vuelva una crisis. En la niñez los posibles sucesos son determinantes en el área de socialización, relación con los padres, amigos y en a la hora de conseguir éxitos o rotundos fracasos en la escuela. El desarrollo de la adolescencia es la edad en la que se comienza a pensar sobre la identidad, los valores y la intimidad. Cuando se llega a la adultez, esta puede dividir en adultez temprana; en esta etapa comienzan las preocupaciones relacionadas con la intimidad, paternidad y la iniciacion en una carrera u ocupación. Después viene la adultez media aquí es donde el adulto trata los problemas, traumas y pendientes que dejo durante la adolescencia. Por último, está la madurez y la vejez, las cuales enfrentan el desapego de sus hijos y asumir las nuevas libertades que vuelven a tener, la muerte del cónyuge y cambios en el estado físico.

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