Introduccion Al Narcisismo
luciana3234 de Noviembre de 2012
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Introducción al narcisismo.
1)
El narcisismo seria el complemento libidinoso del egoísmo inherente a la pulsión de auto conservación, de la que se le atribuye a todo ser vivo.
Un motivo para considerar la imagen de un narcisismo primario y normal surgió a raíz del intento de incluir bajo la premisa de la teoría de la libido el cuadro de la esquizofrenia. Los parafrenicos muestran dos rasgos fundamentales de carácter: el delirio de grandeza y el extrañamiento de su interés por el mundo exterior (personas y cosas). También el histérico y el neurótico obsesivo han resignado el vínculo con la realidad, han cancelado el vínculo erótico con personas y cosas. Aun lo conservan en la fantasía, han sustituido los objetos reales por objetos reales por objetos imaginarios de su recuerdo, han renunciado a emprender las acciones motrices que le permitirían sus fines en esos objetos. A esta acción se la designa: INTROVERSION DE LA LIBIDO. Otro es el caso de los parafrenicos, estos han retirado su libido de las personas y cosas del mundo exterior, pero sin sustituirlas por otras de sus fantasías. Cuando esto ocurre parece ser algo secundario y corresponde a un intento de curación que quiere reconducir la libido al objeto. La libido sustraída del mundo exterior fue conducida al yo, y así surgió una conducta que podemos llamar NARCISISMO. El narcisismo nace por replegamiento de investiduras de objeto como un narcisismo secundario que se edifica sobre la base de otro, primario, oscurecido por múltiples influencias.
Podemos formar la imagen de una originaria investidura libidinal del yo, cedida después a los objetos; empero, considerada en su fondo ella persiste.
Existe una oposición entre la libido yoica y la libido de objeto, cuanto mas se gasta una mas se gasta la otra. Respecto de la diferencia de las energías psíquicas, que al comienzo están juntas en el estado del narcisismo y son indiscernibles para nuestro análisis grueso, y solo con la investidura de objeto se vuelve posible diferenciar una energía sexual, la libido, de una energía de las pulsiones yoicas.
¿Qué relación guarda el narcisismo que ahora tratamos, con el autoerotismo que hemos descripto como un estado temprano de la libido? Es un supuesto necesario que no este presente desde el comienzo en el individuo una unidad comparable al yo; el yo tiene que ser desarrollado. Ahora bien, primordiales; por tanto, algo tiene que agregarse al autoerotismo, una nueva acción psíquica, para que el narcisismo se constituya.
El valor de los conceptos de la libido yoica y libido de objeto reside en que provienen de un procesamiento de los caracteres íntimos del suceder neurótico y psicótico. La separación de la libido en una que es propia del yo y una endosada a los objetos es la insoslayable prolongación de una primer supuesto que dividió pulsiones sexuales y pulsiones yoicas.
En primer lugar esta división conceptual responde al distingo popular tan corriente entre hambre y amor. En segundo lugar, consideraciones biológicas abogan e su favor. El individuo lleva realmente una existencia doble, en cuanto, es fin para si mismo y eslabón dentro de una cadena de la cual es tributario contra su voluntad, o al menos, sin que medie esta. La separación de las funciones sexuales respectos de la yoicas refleja esta función doble del individuo. En tercer lugar, debe recordarse que todas nuestras provisionalidades psicológicas deberán asentarse alguna vez en el terreno de los sustratos orgánicos. Es probable que sean materias y procesos químicos particulares los que ejerzan los efectos de la sexualidad y hagan de intermediarios en la prosecución de la vida individual en la vida de la especia. Nosotros tomamos esas probabilidades sustituyendo esas materias químicas particulares por fuerzas psíquicas particulares.
La hipótesis de unas pulsiones sexuales y yoicas separadas, y por tanto la teoría de la libido, descansa mínimamente en bases psicológicas y en lo esencial tiene apoyo biológico.
La introversión de la libido sexualis lleva a una investidura del “yo”, y posiblemente por esta vía.
2)
La persona afligida por un dolor organico y por sensaciones penosas resigna su interes por tadaslas cosas del mundo exterior que no se relacionan con su sufrimiento. Mientras sufre, también retira de sus objetos de amor el interés libidinal, cesa de amar. El enfermo retira sobre su yo las investiduras libidinales para volver a enviarlas después de curarse. Libido e interés yoico tiene aquí el mismo destino y se envuelven otra vez indiscernibles. El notorio egoísmo del enfermo recubre a ambos. El estado de dormir implica un retira narcisista de la posiciones libidinales sobre la persona propia, sobre el deseo exclusivo de dormir.
La hipocondría coincide con las enfermedades orgánicas por su efecto en la distribución de la libido. El hipocondriaco retira interés y libido de los objetos del mundo exterior y los centra sobre el órgano que la atarea, una diferencia entre hipocondría y enfermedad orgánica: el segundo caso las sensaciones penosas tienen su fundamento en alteraciones orgánicas comprobables, el primero no.
Freud presenta una inclinación a considerar la hipocondría como una tercera neurosis actual, junto a la neurastenia y a la neurosis de angustia.
Llamemos a la actividad por la cual un lugar del cuerpo envía a la vida anímica estímulos de excitación sexual, su erogeneidad. A cada una de estas alteraciones de la erogeneidad en el interior de los órganos podría serle paralela una alteración de la investidura libidinal dentro del yo.
La hipocondría es a la parafrenia, aproximadamente, lo que las otras neurosis actuales son a la histeria y a la neurosis obsesiva; depende de la libido yoica, así como las otras dependen de la libido de objeto; la angustia hipocondriaca seria, del lado de la libido yoica, el correspondiente de la angustia neurótica.
¿En razón a que se ve compelida la vida anímica a traspasar los limites del narcisismo y poner la libido sobre objetos? Esa necesidad sobreviene cuando la investidura del yo con libido ha sobrepasado cierta medida. Un fuerte egoísmo preserva de enfermar, pero al final uno tiene que empezar a amar para no caer enfermo, y por fuerza enfermera si a consecuencia de una frustración no puede amar.
La elaboración psíquica presta servicio al desvió interno de excitaciones no susceptibles de descarga directa al exterior, o bien cuya descarga directa seria indeseable por el moemento. Al principio es indiferente que ese procesamiento interno acontezca en ovejos reales o en obejtos imaginados. La diferencia se muestra después, cuando la vuelta de la libido sobre los objetos irreales (introversión) ha conducido a una estasis libidinal. En las parafrenias esta clase de procesamiento de la libido de vuelta al yo; quizá solo después de frustrado ese delirio de grandeza, la estasis libidinal en el interior del yo se vuelve patógena y provoca el proceso de curación que se nos aparece como enfermedad.
Situo la diferencia entre la parafrenia y la neurosis de transferencia. En aquellas, la libido liberada por frustración no queda adscripta a los objetos en la fantasia, sino que se retira sobre el yo; el delirio de grandeza procura entonces el dominio psíquico de este volumen de libido, es la operación psíquica equivalente a la introversión sobre las formaciones de la fantasia en la neurosis de transferencia; de su frustacion nace hipocondría de la parafrenia, homologa a la angustia de la neurosis de transferencia. La parafrenia trae consigo un desasimiento meramente parcial de la libida respecto de los objetos, pueden distinguirse tres grupos de manifestaciones: 1) las de la normalidad conservada o la neurosis (manifestaciones residuales); 2) las del proceso patológico (el dasasimiento de la libido respecto de los objetos, y de ahí el delirio de grandeza, la hipocondría, la perturbación afectiva, todas las regresiones); 3) las de la restitución, que se depositade nuevo la libido en los objetos al modo de una histeria (parafrenia).
Un atercera forma via de acceso al estudio del narcisismo es la vida amorosa del ser humano dentro de su variada diferenciada en el hombre y en la mujer.
El niño (y el adolescente) elige sus obejtos sexuales tomándolas de sus experiencias de satisfacción. Las primeras satisfacciones sexuales autoeroticas son vivenciadas a remolque de funciones vitales que sirven a la autoconservacion. Las pulsiones sexuales se apuntalan al principio en la satisfacción en la satisfacción de las pulsiones yoicas y solo ams tarde se independizan de ellas. Las personas encargadas de la nutracion, el cuidado y la nutrición del niño devienen los primeros objetos sexuales. Junto a este tipo de apuntalamiento (idea de que el niño alcanza su primer objeto sexual sobre la base de
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