ClubEnsayos.com - Ensayos de Calidad, Tareas y Monografias
Buscar

Introducción A La Psicología


Enviado por   •  28 de Octubre de 2013  •  1.636 Palabras (7 Páginas)  •  172 Visitas

Página 1 de 7

¿POR QUÉ LOS ALUMNOS NO CONSTRUYEN UN CONOCIMIENTO PSICOLÓGICO ACADÉMICO Y PROFESIONAL INTEGRADO? REFLEXIONES PARA UNA INVESTIGACIÓN NECESARIA

Jesús de la Fuente Arias

Universidad de Almería

Este trabajo aporta un análisis centrado en el fenómeno del desfase habitual entre el conocimiento académico que la formación universitaria promueve y el conocimiento práctico que el ejercicio de la profesión psicológica requiere. A la luz de aportaciones epistemológicas de la Psicología de la Educación, analiza el origen y la naturaleza de este problema. También se establecen las características diferenciales del conocimiento académico, profesional e integrado. Finalmente, se proponen estrategias de cambio para dar respuesta y superar este fenómeno, ya clásico, que sigue teniendo una gran actualidad.

INTRODUCCIÓN

Las personas, a lo largo de nuestra vida, vamos construyendo, progresivamente, diferentes tipos de conocimientos y saberes. El conocimiento cotidiano o no formal es ese tipo de conocimiento que nos hace movernos por la vida con cierta soltura, pudiendo anticipar de forma probabilística lo que va a acontecer en diferentes situaciones. Mucho de ese conocimiento nos es transmitido culturalmente, generación tras generación, a través de vivencias informales en la familia, el entorno y la propia experiencia, para comprender comportamientos, sucesos, características de las personas, visiones de la vida, lo que se espera de nosotros en cada situación o el momento social en el que nos encontramos. Durante los momentos históricos en que existían las sociedades menos desarrolladas (desde el punto de vista del conocimiento) este tipo de saber fue gran predictor de la adaptación y del éxito personal. Todavía, hoy, es un conocimiento de primer orden, dado que garantiza de forma directa nuestra capacidad de adaptación al medio inmediato en nuestra vida cotidiana. Este tipo de saber comenzamos a construirlo desde las primeras etapas de la vida y lo ampliamos a lo largo de toda ella. De hecho, este conocimiento tiene tal importancia en las sociedades actuales, tan complejas, que empleamos gran parte de nuestra vida en apropiarnos del mismo e, incluso, en algunos casos, no terminamos nunca de hacerlo.

No obstante lo anterior, en la evolución del ser humano no sólo ha sido importante este tipo de conocimiento como saber cultural. El conocimiento disciplinar, académico o científico ha sido uno de los principales elementos constitutivos del conocimiento humano. Gracias al mismo y a la transmisión formal efectuada mediante diferentes instituciones las personas podemos acceder, tanto durante las primeras etapas de nuestra vida como a lo largo de ella, al conocimiento formal, elaborado y sistematizado por las diferentes disciplinas y campos del saber. Sin este conocimiento estructurado y factual, no nos sería posible comprender con profundidad muchos de los fenómenos personales, sociales o naturales, con los que nos enfrentamos en la realidad actual. Históricamente, las instituciones depositarias de este saber han sido la Escuela y la Universidad.

En tercer lugar, encontramos otro tipo de saber cultural que conforma el panorama actual de la trasmisión cultural a la que nos venimos refiriendo. Dicho saber es el conocimiento profesional, como conocimiento específico y diferenciado de los dos anteriores. Es un tipo de conocimiento que el ser humano ha ido creando a lo largo de la historia más reciente de la humanidad y es propio de las sociedades desarrolladas y especializadas, en las que surge y se transmite a los sujetos la concepción de profesión, como significado propio y definitorio de estatus personal, social y cultural. Este conocimiento, aún siendo permeable a los otros conocimientos anteriores, tiene entidad propia, al ser producido y construido, en buena medida, en las situaciones profesionales, diferentes en muchos aspectos a las situaciones académicas y a las cotidianas.

Se siguen haciendo preguntas, aún no contestadas: ¿cuál es la naturaleza del conocimiento profesional?, ¿cómo se forma?, ¿existen diferencias entre el conocimiento académico y el que una persona obtiene cuando se incorpora al mundo laboral?, ¿el conocimiento profesional es una transformación del primero o surge un conocimiento nuevo e independiente del anterior?, ¿cuál es el formato del conocimiento profesional?, ¿es un conocimiento más cotidiano que académico?, ¿se puede ayudar a construir el conocimiento profesional?, ¿existe alguna teoría general que nos sirva para comprender, explicar y predecir este objeto de estudio?, ¿por qué se ha prestado tan poca importancia a dicho conocimiento desde los sectores académicos?...

Desde una perspectiva práctica, cuando analizamos, con cierto detenimiento, las luces y sombras de la formación psicológica final de los profesionales, tras su paso por la Universidad y por la formación continua promovida por la práctica profesional, es una constante concluir con la idea de una considerable desconexión entre la formación académica y la práctica profesional. Este hecho, además, ha sido reconocido implícitamente por algunas de las evaluaciones realizadas por las propias instituciones y por otros autores (Alvarez y Lázaro, 2002; Bricall, 2000; Latiesa, 1992; Molina, 2001; Unidad de Calidad de las Universidades Andaluzas, 2003; Watts y Esboreck, 1999). Consecuencia de esta realidad insoslayable, un gran número de análisis sobre dicha problemática tiende a ponderar las causas del fenómeno en los errores cometidos en los procesos de enseñanza-aprendizaje universitarios. Sin embargo, la investigación ha prestado atención insuficiente

...

Descargar como (para miembros actualizados)  txt (11 Kb)  
Leer 6 páginas más »
Disponible sólo en Clubensayos.com