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Isabel De R


Enviado por   •  19 de Marzo de 2014  •  3.719 Palabras (15 Páginas)  •  318 Visitas

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Isabel de R.

Al interrogar a esta joven sobre el modo en que habían comenzado sus síntomas de abasia en zonas dolorosas,Freud se entera de que ante una circunstancia penosa, cuando traían al padre al hogar, víctima de un ataque cardíaco, la paciente se había quedado en la puerta, como clavada en el lugar, igual que en una ocasión anterior, frente al lecho de su hermana muerta. Así se confirma una vez más, de manera irrefutable, la relación de la carga emocional de las palabras con una enfermedad somática, en este caso la astasia-abasia.

Freud investiga entonces el trauma (o incidente original) como hecho significante y lo localiza en una serie de motivaciones presentes ypasadas. Destaca que la memoria, unas veces por defecto y otras por exceso, induce en el nivel de las representaciones una especie de repetición punitiva para el sujeto. Basándose en el discurso mismo de los pacientes, demuestra que si bien éstos sufren un desorden físico, ese «algo psíquico» que provocó la enfermedad somática sólo puede ser dilucidado una vez que es expresado en palabras. Así, la novedad que aportaFreud, en contraste con sus maestros (Charcot, Breuer), es que renuncia a descubrir el secreto de las palabras y en cambio permite que el síntoma hable. Reconoce por lo tanto un saber que habla por sí solo, el saber del histérico.

Desde 1892 a 1897, y a partir del momento en que toma en cuenta el discurso de los pacientes, Freud no sólo investiga los mecanismos de defensa que operan en lo que denomina psiconeurosis de defensa, sino que además trata de encontrar (entre la histeriay la psicosis) una etiología común situada en la infancia. En un trabajo titulado «Conte de Noél», enviado a Fliess el 1 de enero de 1896, se pregunta sobre la elección de la neurosis. Postula cuatro posibles desviaciones de los estados afectivos normales (conflictos en la histeria, autorreproches en la neurosis obsesiva, rencor en la paranoia y duelo en el delirio alucinatorio).

Finalmente, al proponer estas construcciones a Fliess, agrega: «Queda por ver si esta explicación tiene valor terapéutico». Así, por momentos Freud elabora su teoría, en oposición o en diálogo con los hombres que marcaron su generación, o bien intenta forjar una herramienta útil para el tratamiento. Fliess, como bien se sabe, es el destinatario de sus principales descubrimientos y modificaciones teóricas (sobre todo desde 1892 a 1897)En ese mismo período Freud otorga cada vez más importancia a la sexualidad y a la transferencia, conceptos ya presentes en tiempos de Charcot pero que sólo con Freud ocupan su verdadero lugar en la dinámica del tratamiento.

La represión, uno de los conceptos fundamentales del psicoanálisis, es también uno de los primeros en hacer su aparición en la teoría freudiana. A diferencia de otros que fueron desechados por el propio Freud (como, por ejemplo, el de la “teoría traumática”), o que sufrieron grandes modificaciones durante el transcurso de la obra del maestro vienés (por ejemplo, los dualismos pulsionales o las tópicas del aparato psíquico), el concepto de represión se mantuvo casi sin alteraciones a lo largo del tiempo. Subrayamos el “casi” porque lo que sí podemos observar es que Freud lo va enriqueciendo con nuevos descubrimientos y aportes que, sin embargo, dejan incólume sus aspectos fundamentales. Podría acá justificarse una pregunta: ¿porqué? Sin duda, por su estrecha y estructural relación con la clínica de las neurosis, a partir de la cual Freud edificó su obra al dedicarse a ella de manera preponderante.

El título de esta introducción obedece a que abordaremos para su estudio un historial clínico del año 1895, conocido –según las traducciones– como el caso “Isabel de R”, o “Elizabeth von R.” y publicado en el libro “Estudios sobre la histeria”, escrito por Freud en colaboración con Joseph Breuer. Desde el presente año en curso –2005– podemos apreciar que la distancia que nos separa del texto original –más los desarrollos realizados posteriormente por el propio Freud y los analistas que continuaron su obra– sólo ampliaron y precisaron los conocimientos sobre el mecanismo de la represión, sin llegar a modificar, como decíamos líneas atrás, sus aspectos fundamentales.

Intentaremos en esta oportunidad mostrar el porqué de la relevancia que posee la represión, mecanismo universal en la neurosis y estructural tanto como estructurante del sujeto; y buscaremos hacerlo a partir de un ejemplo clínico, a fin de que los contenidos teóricos puedan reflejarse de una manera más “tangible” y clara. Nuestro esquema de trabajo será, de este modo, una presentación teórica como primera parte; y una segunda consistente en aplicar los conceptos al caso clínico.

II– Qué es la represión

La represión es un mecanismo estructural en el sujeto y constituyente del mismo, que consta de tres tiempos lógicos denominados como represión primaria, represión secundaria y retorno de lo reprimido.

La idea de un tiempo lógico nos sitúa al margen de la cronología, y nos indica que lo central, lo que adquiere mayor importancia es que haya funciones que se cumplan, sin que la edad constituya un dato relevante. La intervención de una función produce efectos, y crea las condiciones de posibilidad para que intervenga una función siguiente, sin que la segunda anule a la primera; diríamos más bien que se enlaza, se articula con esta en estructurar al aparato psíquico en un nivel de complejidad creciente. Por ejemplo, no habría principio de realidad si antes no hubiera estado formado el principio del placer; mas el principio de realidad no anula al primero, sino que se enlaza con él. En la misma línea, podríamos agregar que no habría principio del placer sin una previa erogenización del cuerpo, y que esta no sería posible sin la función materna, etc.

De acuerdo a lo planteado, represión primaria, secundaria y retorno de lo reprimido serán abordados en función de tiempos lógicos, que es lo que veremos a continuación.

III– Los tres tiempos de la represión

Para Freud, la represión primaria constituye una primera fase de la estructuración psíquica, y consiste en la fijación de la pulsión a un representante representativo. A ello debemos agregar que divide al aparato psíquico en consciente e inconsciente. Esto parece una formulación muy enigmática, y trataremos de desglosarla un poco a fin de comprender mejor su alcance.

¿Qué es la pulsión? Es una fuerza de empuje en busca de la satisfacción, que da cuenta de la erogenización del cuerpo. La sexualidad para el psicoanálisis trasciende

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