Jugar, Experimentar Aprendes

Arcá, María (1994) “Jugar, experimentar, aprender”, en cuadernos de pedagogía, núm. 221, enero, Jaume Gavaldá Barcelona, Fontalba, pp. 14-16

-Para corresponder a sus expectativas, los maestros deberán estar en condiciones de modelar la personalidad de sus discípulos en aspectos cognitivos, efectivos y de relación, así como de desarrollar sus interés, transformando las situaciones normales en situaciones de aprendizaje.

-Los interés del niño se encuentran en un mundo natural en la vida cotidiana, en lo que el mismo hacer y en lo ocurre en su entorno.

*Agua y disoluciones

-Se puede jugar con el agua y las disoluciones. No es difícil para el maestro activar una situación de juego- trabajo en la que los niños se divierten viendo que ocurre, mientras diversos polvos se dejan caer en el agua.

-Coherente con un estilo de trabajo que ha de irse construyendo con paciencia, el educador pregunta de vez en cuando a los niños para que recuerden lo que han hecho y, sobre todo qué ha ocurrido.

-Además de las palabras hay que encontrar otros modelos de representación de los fenómenos, ya sea haciendo dibujos o inventando sistemas personales de simbolización al final, los niños discuten entre si lo que cada uno ha hecho se muestran los respectivos productos, intentan construir la historia de diversas mescolanzas. Conjuntamente con el maestro se habla del como y del porque pueden haber ocurrido aquellas cosas.

*Palabras y representaciones

-Uno de los primeros pasos en la apropiación del conocimiento es aprender a hablar de las cosas: hablar contando historias, historias temporales, espaciales e incluso causales de todo aquello que se observa a lo largo del tiempo.

-Los niños advierten pronto que cuando quieren hacer comprender a los demás lo que tan bien han visto con lo ojos, las palabras a veces son una ayuda, pero otras un obstáculo. Por eso, otros lenguajes (dibujos, gestos, mímica, y hasta los escritos que el maestro traza junto a los dibujos) pueden complementar las palabras.

*El adulto mediador

-Para desarrollar adecuadamente experiencia, discursos y representaciones, el adulto ha de saber colocarse como intermediario entre los conocimientos del niño, los hechos que se ven en la realidad y las interpretaciones de la cultura, pero, sobre todo, ha de saber gestionar las interacciones.

*En el interior del cuerpo

-Las actividades con agua y materiales inducen a pensar en las cosas que de manera visible o invisible ocurren en el interior en las partículas pequeñísimas que componen las materias y en su modo de interaccionar. De esto, se pasa fácilmente al problema del agua en los seres vivos y el funcionamiento de estos seres.

-De experiencias concretas se pasa a los modelos imaginados, el funcionamiento del cuerpo, tan fácil de describir en sus aspectos exteriores, pero tan complejo en los interiores, interesa profundamente a los niños ya que tienen la posibilidad de pensar en si mismos, y en sus experiencias personales.

- No hay manifestaciones concretas en este tipo de imaginaciones infantiles pero también los adultos el conocimiento del cuerpo se construye mediante una variedad de modelos que intentan explicar lo que se sienta a través de procesos mas o menos misteriosos que tiene lugar en el interior de cada uno.

-Poco a poco, al explorar las diversas condiciones bajo las cuales se esta bien o se esta mal, el maestro ayuda a los niños a imaginar, con la máxima coherencia que permita sus experiencias.

-Un niño de tres años, aunque es capaz de establecer comparaciones y analogías, de identificarse con situaciones nunca vividas, todavía no puede relacionar todas las cosas que sabe de manera que comprenda sus significados y encuentre en aquello que ve indicios suficiente para imaginar la explicación.

-La misión del educador es coordinar

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