LA ADOLESCENCIA ¿SINTOMA DE LA SOCIEDAD?

Introducción:

A medida que el ser humano evoluciona, como parte de la sociedad, es cada vez más indispensable observar en su desarrollo los múltiples elementos diversos que interactúan en su entorno. Siendo el más fundamental, el grupo social en el que se desarrolla normalmente.

Desde antes de su nacimiento, el hombre tiene predestinado un espacio colectivo. Colectivo que representa el total de la sociedad en la que habrá de integrarse. Conforme avanza el tiempo se van dando una serie de necesidades de distintos tipos; siendo relevantes de sobremanera las de carácter social.

Ante estas necesidades sociales el hombre ha permitido acelerar el crecimiento en todas sus características y aspectos, ya que las alternativas de solución nos obligan a intercambiar opiniones e interactuar con el resto del grupo al cual pertenece.

Esa interacción en donde el ser humano conoce, aprende y actúa, formando una permanente actividad llamada: DESARROLLO EN SOCIEDAD.

En el periodo de la vida, el que comprende, entre los doce años y los veinte años es un lapso en el que el ser humano experimenta cambios con gran intensidad, sufre angustias ante dilemas físicos, psicológicos, familiares y sociales, además de descubrir capacidades que antes eran inalcanzables; teniendo como característica social que, en este periodo el ser humano solo sufre, marcando exclusivamente la angustia del adolescente, sin tomar en cuenta hallazgos positivos.

En lo particular nos enfocaremos en una parte de este desarrollo social, la adolescencia, como transitorio en la vida natural del ser humano, y en la cual, al igual que en todas las demás etapas de desarrollo humano, no carece de signos y características que nos hacen originales y únicos; diferentes de los demás.

Ante todo, hay que señalar que al aislar el período de la adolescencia se separa artificialmente de la vida humana un fragmento que en definitiva es una continuidad entre lo que le precede y lo que le sigue. Esta fragmentación parece absolutamente justificada para los autores que consideran la adolescencia como algo distinto del resto de la vida humana. J.J. Rousseau, M. Montessori, Stanley Hall, consideran la adolescencia como un nuevo nacimiento, como un comienzo.

Ahora bien, comencemos con este trabajo, buscando diversificar las características de los adolescentes y su interacción con el mundo adulto; partiendo de una psicología infantil.

Desarrollo:

Todo desarrollo del ser humano es una continuidad, es decir, un adulto se encuentra formado por su etapa adolescente, y a su vez el adolescente tiene una preformación de su etapa infantil.

A finales del siglo XVII se comienza a comprender lo que ahora se llama psicología infantil, en lugar de llamar al niño, hombre del futuro en proceso de formación.

Jean Piaget, y su psicología evolutiva; es uno de los psicólogos, que por sus estudios en genética en el desarrollo intelectual en relación a las necesidades generales de adaptación ha hecho una gran aportación a la psicología infantil, contribuyendo a elucidar la vida psíquica del niño y las leyes que rigen su desarrollo, tanto en la normalidad como en la patología, desde la infancia hasta el fin de la niñez.

La niñez es una etapa que se observa entre los doce o trece años, aproximadamente, edad en la cual se inicia la maduración de las funciones de reproducción o pubertad.

Los cambios físicos en la pubertad aparecen en el sistema hipotálamo-hipótesis gónadas-suprarrenales. La elevación súbita de las gonadotropinas-hipofisiarias, de los andrógenos y estrógenos suprarrenales, y de las hormonas del crecimiento, hacen que los huesos crezcan, las masas musculares se desarrollen en tamaño y fuerza, la grasa y el vello corporal aparecen, éstos distribuyéndose de acuerdo al sexo.

Menstruación y eyaculación aparecen, los genitales adquieren forma y tamaño similares a los de un adulto, dando como resultado satisfacción física (orgasmos) que antes no podían concebir debido a su condición de infantes.

La angustia del cambio físico aparece en los jóvenes, pues surge la variación de la imagen corporal, ambos sexos se encuentran dueños de un nuevo cuerpo, padres y amigos se burlan de la incoordinación del adolecente, aumentando en el adolescente la sensación incomoda en cada movimiento físico; pero algunos, contrariamente, exhiben sus nuevas masas musculares, tamaño de genitales; presumiendo la sensación de que ahora físicamente no existen imposibles para ellos.

En la pubertad o pre-adolescencia, se producen grandes cambios morfológicos y psíquicos, ya que aquí comienza el periodo de adolescencia, que aproximadamente se prolonga hasta los veinte años, edad en la que se señala el paso a la juventud y posteriormente a la edad adulta. La psicología del adolescente ha sido menos estudiada que la psicología infantil, las investigaciones comenzaron alrededor de 1904 y su iniciador fue Granville Stanley Hall.

La palabra adolescente está tomada del latín adulescens, participio presente del verbo adolescere, crecer; el pasado de estos verbos significa el resultado de un proceso.

En el aspecto físico, es importantísimo para el adolescente el arreglo personal, vestirse, moverse y hablar en un estilo que sus compañeros jóvenes aprueben.

Si tomamos en cuenta que entre los doce y veinte años el ser humano experimenta cambios de gran intensidad, sufre dilemas físicos, psicológicos, morales, familiares, sociales, además de tremendas angustias, entonces hablamos del periodo de adolescencia, donde además de de sufrir lo antes mencionado, también es una etapa de cosas positivas, que en conjunto hacen un periodo de vivencias de todo tipo. Al hablar de factores físicos incluimos los factores psicológicos y la relación de éstos, con los factores sociales y familiares que rodean al adolescente y que son parte importante de su desarrollo emocional. Una satisfacción intrasíquica del adolescente es la nueva capacidad que adquiere para pensar de forma abstracta, el adolescente descubre que ahora puede razonar inductiva y deductivamente, lo cual le prodiga nuevas formas de adaptación y de defensa; pues considera posibilidades y planes antes de actuar.

En el adolescente se persiste la fuerte necesidad de dependencia, pero comienza a comprender que sus padres ya no son esas figuras omnipotentes y perfectas que había percibido durante su infancia, notan que tanto el padre como la madre no son totalmente felices con su manera de vivir. Ante tal situación y en la lucha contra su dependencia de los padres, el adolescente resuelve con determinación que él jamás será igual a ellos, pues lo que él ve, significa un fracaso existencial.

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