La Adolescencia
betikooo21 de Septiembre de 2014
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Todas las personas adultas denominan la adolescencia como aquella etapa en la que se termina un periodo de niñez y empieza uno de madurez. Esto nos hace ver el abandono de la familia protectora a través de un trabajo de desasimiento efecto de la caída de los padres como ideales que permita la inclusión en la cadena generacional y la construcción de la singularidad. de la familia protectora a través de un trabajo de desasimiento efecto de la caída de los padres como ideales que permita la inclusión en la cadena generacional y la construcción de la singularidad.
Una importante reorganización psíquica a partir de la cual el joven, con una conducta más independiente, pasará gradualmente a integrar la sociedad de los adultos e, idealmente, logrará la individuación e identidad social a través de la elección de un estudio, un trabajo o ambos; ya que los modos de resolución del proceso adolescente que lleva a la adultez serán vía el encuentro de un amor fuera de la familia y de la posibilidad de armar y desarrollar proyectos que impliquen una inserción social.
El incremento de la Educación Secundaria ha sido significativo, pero ahora los problemas de fracaso, deserción y baja calidad empiezan a mostrar que el modelo de los “liceos” no puede ser masificado del mismo modo en que fue universalizado el nivel primario, y que ese modelo de escuela secundaria no es capaz de dar las respuestas que se le exigen, y de hecho, parece ser el nivel más conflictivo. Las escuelas secundarias de la región no logran incluir.
Es posible reconocer dos grandes componentes: por un lado, hay factores sistémicos de la Educación Secundaria en la región que parecen no poder dar respuestas a las demandas y expectativas que existen sobre ella. Por otro lado, las dificultades que se observan en este nivel dan cuenta de las deficiencias del nivel primario. El hecho que los niños ingresen al Nivel Secundario en condiciones de notable desigualdad refleja también las limitaciones del nivel primario para reducir las brechas. El avance hacia la universalización de este nivel ha sido un logro en términos de escolarización y matrícula,
Con relación a las características sistémicas que llevan a la situación de la Escuela Media y los jóvenes en América Latina en la actualidad, ordenaremos conceptualmente las causas en torno a tres grandes transformaciones: Por un lado, aumentó la tasa de escolarización en el nivel medio, y con ella, la heterogeneidad de los jóvenes que accedieron a este nivel educativo. Por otro lado, cambiaron los propios jóvenes como grupo etario, sus modos de organizarse, relacionarse, comunicarse, las formas de participar de la vida social. Y finalmente, cambió el mercado laboral al que deben integrarse, el tipo de tareas, los modos de acceder, las competencias demandadas. Originalmente, la Escuela Media de la región, fue pensada como un nivel preparatorio para los sectores sociales medios altos y altos, que accederían a estudios superiores o integrarían las burocracias públicas. Así, los sistemas educativos para los adolescentes y jóvenes fueron configurados en estructuras más parecidas a las universitarias en la forma de organización curricular, la regulación del trabajo docente
La Educación Secundaria era propedéutico, se pensaba que ese recorrido por múltiples espacios curriculares, más allá de no permitir a los alumnos un aprendizaje profundo de cada una de esas disciplinas, los orientaría en la elección de sus estudios superiores. Pero con el aumento de las tasas de escolarización, esa escuela media ha recibido a los jóvenes de otros sectores sociales, cuya meta ya no era prioritariamente el ingreso a la universidad. Algunos harán estudios superiores, otros intentarán ingresar directamente al mercado de trabajo, harán especializaciones en oficios a través de otras modalidades de formación, etc. En ese marco, la organización actual de la escuela secundaria requiere ser revisada, ajustada a las nuevas demandas.
La homogeneidad de las familias de los alumnos que asistían a las escuelas secundarias, la baja integración de las mujeres al mercado de trabajo que garantizaba la presencia de las madres en sus casas, y la existencia de pautas de socialización familiar homogéneas, liberaba a las escuelas medias de la tarea de socialización primaria y contención social, permitiéndoles centrarse mucho más en lo académico. Por otro lado, el mercado laboral al que los jóvenes accedían era de características diferentes, mucho más vinculado a tareas mecánicas, repetitivas, rutinarias, que se mantenían en el tiempo y, de hecho, no demandaban la Escuela Secundaria como condición. Esa situación ha cambiado: hoy la demanda del mercado laboral se caracteriza por la búsqueda de la flexibilidad, la innovación, la resolución de problemas nuevos y la capacidad de trabajo en equipos, competencias que el modelo de los liceos franceses no tenía entre sus preocupaciones.
Las políticas de universalización de este nivel aparecen entonces como un logro (el hecho de haber completado la escolarización primaria y plantearse un nuevo objetivo), pero a la vez como un problema conceptual para los equipos ministeriales, por la necesidad de construir un nuevo modelo de escuela, muy diferente al actual. Es decir, parece muy difícil crecer o sostener los objetivos de universalización, con la misma propuesta escolar.
La nueva propuesta educativa debe considerar este hecho, debe ser pensada en otro registro cultural, debe “dialogar” con los nuevos jóvenes, en los lenguajes, las visiones y las representaciones de éstos.
Asimismo, la nueva escuela debe ser pensada en relación con las nuevas demandas laborales con las que los alumnos tendrán que enfrentarse al egresar; y en tal sentido, el planteo curricular, de actividades y el tipo de abordaje de los saberes no puede estar aislado de estas definiciones. Más allá de que la formación para la inserción en el mercado de trabajo no puede ser el único objetivo, debe formar parte del conjunto de las preocupaciones que organicen las tareas de planificación de las reformas de la Educación Secundaria.
Una reforma de la Escuela Secundaria debería formar hombres y mujeres capaces de cumplir en principio con tres objetivos centrales: integrarse socialmente como ciudadanos activos, incorporarse al mercado de trabajo en funciones acordes con su calificación y sus necesidades y, finalmente, continuar aprendiendo a lo largo de su vida para adaptarse a los nuevos y cambiantes contextos.
Las preguntas acerca de los modos de incluir y escolarizar masivamente a los jóvenes de la región, aún no han encontrado respuestas acabadas. Las políticas a seguir para alcanzar exitosamente los objetivos propuestos, son objeto de reflexión al interior de los ministerios y en los espacios regionales. Se trata de una situación novedosa para la política educativa: nos planteamos nuevas metas, tratamos con nuevos sujetos, pero contamos con sistemas educativos pensados, formulados y organizados para objetivos pasados.
autores definen a la adolescencia como ese período en el cual, culminado ya las tareas de la infancia, se abre un intervalo hacia la adultez, caracterizado por una estructura abierta en proceso de resignificación; por un cuerpo con metamorfosis; por una reformulación de su constitución psíquica; y una
Reorganización de sus referentes identificatorios, que supone tristezas por lo perdido y angustia frente a la incertidumbre de lo nuevo. “Lo que caracteriza al adolescente es que dirige su mirada a un proyecto lejano, que el imaginaria en un tiempo y en un espacio diferente de aquellos en los que ha vivido hasta entonces”.
El proceso adolescente implica el abandono progresivo de la familia protectora y nutricia a través de un trabajo de despegue, de desasimiento, efecto de la caída de los padres como ideales; esto permitirá su inclusión en la cadena generacional y la construcción de su singularidad. Se produce así una importante reorganización psíquica, que Peter Bloss denominó “Segundo proceso de Individuación”, a partir del cual el joven, con una conducta más independiente, pasará gradualmente a integrar la sociedad de los adultos e, idealmente, logrará la individuación e identidad social a través del encuentro de un amor fuera de la familia y de la posibilidad de armar y desarrollar proyectos que impliquen una inserción social. Los cambios biológicos y psíquicos empujan al cambio, al mismo tiempo que la cultura le exige al joven el pasaje al mundo adulto y su adaptación al contexto social imperante.
El adolescente tendrá que hacer el pasaje mencionado a partir de las herramientas adquiridas durante la infancia, enfrentando un mundo complejo, rechazante, competitivo, con precarias mallas de protección social y una inestabilidad que no garantiza un lugar previsible donde poder insertarse.
Una sociedad que sostiene ciertos rasgos perversos donde una parte acceda a ciertos “privilegios”, al tiempo que tolera que otra parte quede marginada en la pobreza – pobreza por estar por fuera de los beneficios de la cultura, de las riquezas naturales y de libertades de acción o de decisión - perverso aún más cuando pretende que el sector excluido acepte pasivamente su situación.
En 1929 Freud sostenía que el ser humano busca la felicidad en el amor, en el trabajo, en la creación y en la invención. Y consideraba que el trabajo cotidiano, por estar potencialmente al alcance de todos, es el recurso más eficaz para enfrentar el malestar en la cultura. Sabemos que esto será posible solo para quienes logren la inserción laboral que les permita su realización en el medio.
Pero desde hace
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