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La Llegada Al Mundo

Sanshine29 de Septiembre de 2014

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Introducción

En toda especie, los adultos cuidan de su prole para obtener más posibilidad de supervivencia, las especies animales poseen conductas innatas para ello, casi automáticas, sin embargo en el ser humano este cuidado de su descendencia es mucho más complejo, ya que no solamente influyen los factores que biológicamente poseemos, sino que además también nos influye la cultura, nuestra sociedad.

El hombre es un animal social, y gracias a esta unión con sus iguales el ser humano ha podido progresar a pasos agigantados logrando avances impensables para un único individuo.

La historia de la infancia

Antiguamente, sin la existencia de métodos anticonceptivos, el hombre no decidía cuando tener hijos, así que la descendencia era mucho mayor, pero también su mortalidad, por lo que no era muy buena idea encariñarse demasiado, pero la imagen que se tiene sobre el niño ha cambiado mucho en los últimos siglos, ya que las creencias religiosas consideraban que el niño nacía con el pecado original y que solo mediante sus actos en la adultez podría redimirse, por lo cual era una etapa que había que dejar atrás cuanto antes.

En la época medieval, el niño no se diferenciaba demasiado de un animal, pocos llegaban a la etapa adulta, y cuando alguno moría, cosa que ocurría con bastante frecuencia, la familia lo sentía, pero no lo concebían como un drama; pronto llegaría otro.

El niño pasaba de forma anónima hasta que ya no necesitase los cuidados de un adulto, momento en el cual pasaba a considerarse como un adulto más, con la diferencia de no poseer la misma fuerza o hacer ciertas cosas.

Además en las clases altas los niños eran criados por el servicio o amas, mientras que la clase baja los criaban los propios padres o los hermanos mayores. Las escuelas eran reservadas para muy pocos, y no se separaba a los niños por edades, si no por nivel de conocimiento.

El autor del libro “El niño y la vida familiar en el Antiguo Régimen”, Philippe Aries no solo afirma lo anteriormente mencionado, también apoya su tesis en gravados de la época en los que el infante es representado con las proporciones de un adulto pero de menor estatura, cuando las relaciones entre la proporción en la adultez y en la infancia son muy diferentes.

En el siglo XVII esta visión de la infancia empieza a cambiar, gracias a los avances en medicina, la escolarización obligatoria, etc, empieza a existir el sentimiento de infancia de forma paulatina, aunque todavía se les atribuía poco valor, una muestra de ello es que en la Inglaterra de 1815, no era delito robar a un niño, a no ser que estuviese vestido, en cuyo caso se penaba el hurto de la ropa que llevase puesta y eran ahorcados públicamente por delitos menores, condenándolos como si fuesen adultos.

Sin embargo a lo largo del siglo XIX comenzaría a aparecer la regulación del trabajo infantil.

Hoy en día, en países subdesarrollados todavía se priva de la infancia a muchos niños, y en los países desarrollados aparece otro problema muy diferente: el maltrato y abuso de los niños.

El estudio de los niños

Debido a esta concepción de la infancia, no se han realizado estudios sobre como son los niños y su desarrollo hasta años muy recientes, debido quizás a que siempre se ha visto como algo natural y presente en nuestras vidas, sin prestarle la atención que merece y solo se han estudiado casos considerados como extraordinarios, como niños prodigio como Mozart, deficiencias, o niños criados en estado salvaje llamados por el naturalista Linneo como homo ferus, como es el caso de Víctor.

Así, los primeros estudios sobre niños trataban sobre casos excepcionales, pero a lo largo del siglo XIX comenzarían a estudiarse niños dentro de la normalidad, mediante diarios realizados por parientes del niño.

A finales del siglo XIX y principios del XX surgirán los estudios estadísticos, los cuales son predominantes hoy en día.

Estos trabajos estadísticos surgen por varias inquietudes, ya fueran por fines pedagógicos, medicos o filosóficos, pero a pesar de que la psicología utiliza métodos introspectivos, con el niño esto no era posible, ya que estos no podían proporcionar datos de sus propios procesos psicológicos y esto desembocó en un estudio más objetivo.

Primeras observaciones

En los autores griegos y latinos aparecen observaciones dispersas centradas sobre todo en el ámbito pedagógico, por ejemplo, Aristóteles se centra en su formación de “hombres libres” y señala una etapa del niño que va hasta los dos años en la que se le ha de enseñar a fortalecerse, por ejemplo enfrentando al frio.

Pero estas observaciones no tienen como fin conocer al niño, sino formarlo para conseguir mejores adultos.

En el siglo XVII, Comenius defendió que la enseñanza no podía basarse simplemente en la verbalización, y contribuyó a que los libros escolares estuvieran acompañados de de ilustraciones, ya que la educación del niño es sensorial.

Locke afirmó que al nacer el niño es una tabula rasa, que ha de irse llenando de conocimientos mediante los sentidos, pero fue Rosseau quien tuvo mayor influencia sobre las ideas de los niños y su educación, las cuales contribuyeron a crear un interés por la infancia.

Pero estos estudios eran meras observaciones realizadas para poder modificar conductas y no para estudiarlas, no sería hasta el siglo XVIII cuando se empezarán a realizar trabajos de observación mediante diarios llevados por los padres o por personas muy cercanas al sujeto.

Las primeras observaciones sistemáticas

Héroard, médico del delfín de Francia, anotó cuidadosamente tanto las costumbres de la corte francesa, como el carácter de su pupilo o su aprendizaje, pero cuando fue publicado los aspectos psicológicos de este diario fueron obviados. Pestalozzi y Richter también realizaron diarios de este tipo con sus hijos, pero o no fueron publicados, o lo fueron parcialmente.

Un gran avance para la psicología evolutiva fue el trabajo realizado por el filosófo Tiedemann el cual estudió el desarrollo de su propio hijo hasta los dos años y que publicó su trabajo para que sirviera de estímulo a otros para que completasen los datos que el había obtenido.

La influencia del Darwinismo

Con la teoría evolucionista de Darwin, Haeckel, defensor del darwinismo, formuló la llamada ley biogenética, según la cual el individuo reproduce el desarrollo de la especie, es decir que la ontogénesis reproduce la filogénesis.

Pero no es hasta la década de 1870- 1880 cuando empezarían a surgir trabajos directamente orientados sobre estas cuestiones pero ayudó a ver el estudio de la infancia ya no solo con fines pedagógicos, sino también científicos.

El filosófico y político francés Taine, recogió un conjunto de valiosas observaciones referentes a su hija y afirmó que, en general, el niño presenta en estado pasajero caracteres mentales que se encuentran en estado fijo en civilizaciones más primitivas, que los sonidos producidos en los primeros meses no son aprendidos, sino innatos, y que el ambiente selecciona algunos sonidos que son especiales provocando su repetición.

Pero este trabajo de Taine no solo fue importante por sus aportaciones directas, sino por la indirecta, que fue la aparición de una gran cantidad de estudios.

El propio Charles Darwin unas observaciones biográficas de uno de sus hijos (La expresión de las emociones en los animales y en el hombre, 1872). Constituyó un gran estímulo para la publicación de otros trabajos que jamás hubieran salido a la luz si una persona tan prestigiosa como Darwin no se hubiese interesado por el tema del del desarrollo del niño. Gracias a esto Pollock en 1878 publicó un trabajo sobre la adquisición del lenguaje y otros como Bernard Pérez o Egger le siguieron.

En 1882, Preyer publicó El alma del niño, considerado como el primer estudio científico sobre el desarrollo infantil y como el inicio real de la psicología del desarrollo y hoy en día es citada como una de las grandes contribuciones al conocimiento del niño.

Estudios sobre sujetos especiales

Hay una fuente de conocimiento sobre el desarrollo del niño diferente a los estudios en biografías de sujetos normales, son los estudios realizados sobre sujetos considerados como excepcionales, pues lo excepcional atrae más la atención que lo cotidiano.

Casos como el descrito por el cirujano inglés Cheselden, que describía la experiencia de un joven al que había operado de cataratas y había recuperado la visión.

Un noble inglés llamado Daines Barrington realizó unas observaciones sobre un niño excepcional desde el punto de vista musical. En estas observaciones el autor describe las cosas que el niño hacía a la edad de ocho años. Este niño era Mozart.

Uno de los casos más famosos sobre sujetos especiales fue el del niño salvaje llamado Víctor del Aveyron, un niño que fue encontrado en 1799 en un bosque en Francia.

Investigaciones de tipo estadístico

Las investigaciones presentadas anteriormente son de carácter subjetivo, y aunque posea la ventaja de poder estudiarse al sujeto con mayor profundidad, presenta el inconveniente de que el niño estudiado puede considerarse normal pero no podemos garantizar que la conducta observada se produzca en los demás niños.

La Sociedad Pedagógica de Berlín publicó en 1870 un trabajo que pretendía estudiar los contenidos de

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