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La Psicología Del Mexicano


Enviado por   •  30 de Septiembre de 2013  •  12.773 Palabras (52 Páginas)  •  429 Visitas

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PSICOLOGÍA DEL MEXICANO EN EL TRABAJO.

Mauro Rodríguez.

Capacitación, productividad y psicología nacional.

A) La psicología del mexicano, clave para interpretar nuestro subdesarrollo.

Atendiendo a su posición geográfica y a sus recursos naturales, México es un país que podría ser rico y poderoso. De hecho es un país subdesarrollado, tercermundista. Ni produce lo suficiente, ni administra bien lo que tiene, y muchísimos de sus habitantes gimen en la miseria.

Los hombres más dinámicos y de más visión (funcionarios del gobierno, capitanes de las empresas, educadores, directores de personal, gerentes de capacitación…) se preocupan al ver que al paso del tiempo nuestro país se rezaga y que nuestro subdesarrollo se acentúa. Los más conscientes analizan la situación y se ponen a estudiar:

• ¿Cómo hacer que nuestra gente se desarrolle?

• ¿Cómo administrar mejor?

• ¿Cómo producir más?

• ¿Cómo motivar al personal a ser solidario con la empresa?

• ¿Cómo lograr la calidad y la excelencia?

En algunos medios empresariales y gubernamentales se maneja con abundancia la literatura sobre finanzas, sobre administración y sobre productividad. Para todos estos temas pululan entre nosotros obras escritas en Japón, Estados Unidos, Canadá, Inglaterra…

Por otra parte, los profesionales que salen de las universidades comprueban a poco andar que no les bastan los conocimientos y habilidades técnicas; muchos problemas en el desempeño laboral surgen en torno al manejo del elemento humano. Y cualquier ejecutivo, gerente, director o jefe de departamento va aprendiendo, a veces con tropiezos y fracasos, que la productividad, la eficiencia, la calidad son resultado de más de la gente que de los sistemas y de los recursos técnicos y materiales. Si representemos con un triángulo los tres elementos clave de la empresa productiva, la base –ancha, sólida y confiable- no puede ser otra que el factor humano.

Toda persona que ocupa un puesto directivo, y todo profesionista, están abocados a buscar y a encontrar una orientación dentro de la esfera humanan en la que se desenvuelven.

La gente no es igual en los diferentes países. Aunque todos participamos de la naturaleza humana y de la misma especie homo sapiens, los mexicanos, los alemanes, los japoneses y los canadienses no somos iguales en cuanto a seres humanos y no somos iguales en cuanto a trabajadores. Y las razones están a la vista. Una observación elemental enseña que cada uno somos producto: 1) de la herencia biológica que nos dieron nuestros padres, 2) del medio ambiente y 3) de nuestras reacciones y decisiones.

PERSONALIDAD

Ya la Herencia Biológica, es decir, los 46 cromosomas con sus miles de genes, determina grupos humanos característicos y deferentes unos de otros. Los genes que reciben los esquimales no son iguales a los de los cubanos, ni los de éstos a los de los rusos.

Pero el impacto del Medio es tal vez más evidente aún. El clima, los paisajes, la alimentación, el folklore local, la región, la estructura familiar; y luego las experiencias de cada uno (contactos humanos durante la infancia, aprendizajes, enfermedades, accidentes, sustos…) van conformando personalidades muy peculiares; de modo que si ya de por si un bebé mexicano es diferente de un bebé japonés, un mexicano de 40 años que ha vivido en México es aún más diferente, mucho más, de un japonés de la misma edad que ha vivido siempre en Japón.

Las raíces últimas de las conductas laborales hay que buscarlas en las psicologías e idiosincrasias nacionales. La cultura es una enorme fuerza determinante de los comportamientos. Es muy estrecha la relación que existe entre la cultura mexicana y la personalidad de los mexicanos. Y si muy a menudo el mexicano aparece poco trabajador, poco colaborador y poco efectivo, quien pretende comprometerlo con la productividad y con la calidad a base de discursos políticos, de reglamentos, de reestructuraciones organizacionales, de cursos administrativos, y de talleres de control de calidad, se queda a nivel de los síntomas, sin llegar al fondo del problema. Es como quien pretende curar un herpes con pomadas, o como quien pinta y repinta una pared que se estropea por una humedad que se filtra desde afuera.

Los dirigentes con más visión y los capacitadotes más sólidos se vuelven ahora hacia los pliegues y las entretelas de las idiosincrasias e identidades nacionales.

Si nuestro reto es comprender al mexicano y orientarlo, necesitamos con urgencia conocer la psicología del mexicano; a su vez, esta psicología, este modo de ser peculiar, se explica a través de las vicisitudes históricas. No se puede construir una psicología del mexicano si se ignora la historia de México. Ni tampoco es posible comprender al trabajador mexicano (o al mexicano en el trabajo) sin comprender la cultura mexicana en sus aspectos más fundamentales, no olvidemos que el trabajo es una función de la personalidad, y que el hombre se proyecta en su oficio o profesión.

Es preciso y urgente organizar conferencias, seminarios y cursos de psicología del mexicano; hacerlo en el contexto empresarial y no sólo en el ámbito académico, en eventos diseñados para los profesionistas y los dirigentes de todos los niveles; y también para los obreros. A todos nos incumbe la tarea de conocernos mejor. Y deben acudir a ellos sobre todo quienes ocupan los más elevados niveles jerárquicos y las más complejas responsabilidades directivas.

B) La mexicanidad, objeto de estudio Filosófico y Psicológico

Existe México porque existe lo mexicano. Ahora podemos decir que la mexicanidad es una vocación y un estilo de vida. Pero no siempre fue así: durante la dominación española hubo muy poco interés en definir lo mexicano como tal (en aquel entonces sería en rigor lo novohispano). La conciencia nacional se desarrolló a partir de 1821; pero en las primeras décadas de la vida independiente otras urgencias y otras prioridades acapararon la atención de los estudiosos y de los pensadores.

Hubo que esperar hasta principios del siglo XX para ver florecer investigaciones y reflexiones sobre la esencia de la mexicanidad. Uno de los logros más apreciables y duraderos de la Revolución de 1910 fue activar el proceso del autoconocimiento nacional: en ella los mexicanos empezamos a encontrarnos con nosotros mismos, y a realizar,

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