La Sexualidad

Respuesta Sexual Humana

ENSAYO SOBRE LA RESPUESTA SEXUAL

Dra. Xochitl Marisol Cuevas Figueroa*

* Maestría en educación en sexualidad humana

Centro de Educación y Atención en la Salud y la Sexualidad

Existen muchas maneras de expresar la necesidad sexual del ser humano, como el autoerotismo, el coito heterosexual y el coito homosexual entre las más comunes, y en todas éstas se presentan estímulos psicogénicos y físicos, así como una serie de procesos fisiológicos que han sido estudiados por diversos autores.

Los pioneros del estudio de la fisiología del sexo son Masters y Johnson (1966), ellos realizaron una investigación monumental aplicando encuestas y haciendo observaciones de 382 mujeres y 312 hombres, y eso les permitió elaborar un patrón de respuesta fisiológica al estímulo sexual al que llamaron Respuesta Sexual Humana.

Masters y Johnson propusieron un modelo de respuesta sexual, este modelo consiste en cuatro fases, Excitación (E), Meseta (P), Orgasmo (O) y Resolución (R), conocidas ahora como modelo EPOR por sus siglas en inglés.

La primera fase es la de excitación, se genera a partir de un estímulo erótico, este estímulo produce un aumento de la tensión sexual y puede tener una duración variable según la efectividad del estímulo.

A la excitación le sigue la fase de meseta, que ocurre cuando el estímulo erótico se mantiene efectivo, en esta fase aumenta la tensión sexual hasta llegar al máximo, la duración depende del estímulo que se aplica y puede ser corta o más prolongada.

Al final de la meseta sobreviene el orgasmo, que es la fase más corta del ciclo de respuesta sexual ya que dura sólo algunos segundos, en este momento aumenta la vasocongestión y la tensión sexual que se había almacenado en las fases anteriores se disipa mediante una serie de contracciones pélvicas, en la mujer de clítoris, vagina y útero y en el hombre del pene, próstata y vesículas seminales.

Por último la fase de resolución consiste en la pérdida gradual de la tensión sexual, en donde se produce relajación de los músculos implicados en las fases anteriores, en esta fase de retorno existe la capacidad, en especial de la mujer de volver al sostener un periodo de meseta y completar otro ciclo de respuesta sexual.

La parte biológica de este fenómeno es muy interesante, sin embargo este aspecto no está aislado, ya que se ha comprobado que la sociedad y la cultura influyen de manera directa en la expresión de la respuesta sexual, debido a que depende de la forma en que se perciba un estímulo, el que sea efectivo o no, además los pensamientos automáticos y las emociones que se relacionan directamente con la excitación (Nobre y Pinto-Gouveia, 2008).

La investigación de Masters y Johnson ha sido de gran importancia para el conocimiento de la respuesta sexual, sin embargo, investigaciones ulteriores han aportado más información para explicarla, agregando nuevas fases y proponiendo nuevos modelos de respuesta sexual, en especial en lo que se refiere a la respuesta sexual femenina.

Helen Kaplan (1974) agregó a este modelo, la fase de deseo, antes de la fase de excitación y señala que consiste en la previa concepción del acto sexual, antes del estímulo erótico, y retoma las fases de excitación, meseta, orgasmo y resolución como parte de la respuesta sexual.

Masters y Johnson plantearon modelos diferentes, en cuanto a la duración de las fases, para el hombre y para la mujer, lo cual se podría relacionar con la fisiología cerebral, como lo muestra Chivers (2010) en un estudio de la excitación en sujetos homosexuales y heterosexuales, descubriendo que los estímulos que activan el sistema neural del hombre y la mujer son diferentes.

El modelo de respuesta sexual de Masters y Johnson ha sido objeto de una serie de modificaciones y adiciones

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