La felicidad: el mejor amigo del hombre

La Felicidad: El mejor amigo del hombre.

Escrito por: Favio Rodrigo Carbajal Chirinos

Muchos nos preguntamos si realmente somos felices, si todo lo que hemos anhelado, si nos compramos el deportivo del año, nuestro departamento de lujo, o talvez un físico perfecto nos hace completamente felices.

Entonces comencemos con la definición de la felicidad, más allá de una opinión personal; según la RAE, (^[1]) ‘estado de ánimo de la persona, que se siente plenamente satisfecha por gozar de lo que desea’, analizando este concepto podemos derivarla con muchas otras emociones, perdiendo un tanto su significado individual: sentirse bien, dejando claro que este es mi concepto personal. Entonces lo llevaremos a un campo más general, y algo más sencillo de comprender, relacionemos 2 palabras, bien con feliz; si te sientes bien eres feliz, a pesar de estar mal, y cómo es esto, déjame explicarlo con un ejemplo: imagina que en una mañana tienes cierto malestar (estar mal) y vas a un centro de salud en el que te dan una atención amable, esto directa o indirectamente te hace sentir bien, porque te inspira una emoción de confianza, seguridad, en consecuencia felicidad, más allá de que te haya sanado o no. Entonces, “estar” se relaciona con lo físico, y “sentirse” con el interior de una persona, es decir por más malestar que tuviera, puedo sentirme bien. Y como es lógico esto depende de diversos factores, en el caso del ejemplo, por una atención amable, y esto ya nos da una introducción a un tema más específico, la felicidad en relación con la sociedad.

Todas las personas en el mundo tienen cierta repercusión en la sociedad, en todo sentido, en cada decisión, siempre involucra a alguien más. La felicidad también, si tienen un “nivel” de felicidad alta, tu influencia en la sociedad será de la misma manera, una especie de contagio, un virus que se expande a cualquier parte del mundo; mientras más feliz eres, harás más feliz a los demás.

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Investigadores de las universidades de California y San Diego (EEUU), han utilizado los datos de una de las investigaciones más famosas de la historia de la medicina, el estudio Framingham. Desde 1948, 5.209 ciudadanos de la localidad estadounidense del mismo nombre (y ahora, además, sus hijos y nietos) se someten periódicamente a estudios y análisis para conocer su estado de salud.

Sus conclusiones se han publicado en la revista 'British Medical Journal' (BMJ) y pueden tener implicaciones sanitarias: "Lo más importante es el reconocimiento de que las personas son seres sociales y el bienestar y la salud de un individuo afecta a la de quienes le rodean".

Los autores seleccionaron a 5.124 individuos (a los que se denominó 'egos') y a varios de sus conocidos ('alter'): familia, pareja, amigos, etc. En total, más de 12.000 individuos que estaban conectados entre sí de alguna manera en la localidad de Framingham entre los años 1971 y 2003, y que constituían entre ellos alrededor de 53.200 vínculos sociales.

Sus análisis demostraron que las personas felices suelen estar vinculadas entre sí. Una persona tiene un 15% más de probabilidades de sentirse bien si está conectada con un 'alter' feliz; aunque a medida que la relación se va distanciando (amigos de amigos, vecinos, compañeros de trabajo...) estos porcentajes se van reduciendo al 9,8% o incluso al 5,6% en el caso de conocidos de 'tercera línea' (amigos de amigos de amigos)

La investigación subraya que la felicidad de cada 'alter' influye directamente en las emociones del 'ego': tener amigos alegres incrementa un 9% las probabilidades de ser feliz en el futuro o convivir con una pareja dichosa equivale a un 8% de felicidad; y, al contrario, rodearse de pesimistas reduce un 7% las emociones positivas.

Señala también que las personas del mismo sexo se contagian la felicidad con más facilidad que los contrarios. >> (Valerio, 2008)

Comprobado esto en base científica, y comprendiendo ya el significado de la felicidad, lo que abarca dentro de la sociedad, tocaremos más a fondo sus consecuencias, además de esto también conoceremos los distintos factores que “mueven” la felicidad en el mundo. Y de una manera estadística, veremos como esta se muestra a nuestros ojos.

Alguna vez nos hemos imaginado, sentados, tomando un café, tranquilos de saber que todas nuestras metas se han logrado, alguna vez hemos sentido la satisfacción de ser felices, a pesar de las deudas, de los fracasos, de la pérdida de un familiar. Que por más problemas que uno tenga, por más sueños que hubiéramos logrado, la manera de afrontarlos, la manera de superarse, siempre estaremos acompañados por ese deseo de satisfacción, de felicidad, no, no de una emoción permanente, sino de un estilo de vida, nuestro mejor amigo.

“Casi todas las personas son tan felices como se deciden a serlo”

Abraham Lincoln

¿Hasta qué punto alcanza nuestra felicidad?

Muchos de nosotros tenemos la idea de que la felicidad es una meta, un objetivo, el punto en el horizonte que debemos alcanzar, si pensamos así, la felicidad se vuelve limitada, cegando el punto de vista original: la felicidad es el medio para alcanzar grandes cosas. Es la forma de vivir, de afrontar y sobrellevar los asuntos que día a día nos complican. La felicidad es ilimitada.

Entonces nuestra felicidad, ¿hasta dónde llega?, pues si comprendiste lo que quiero decir en el párrafo anterior y “felicidad ilimitada” , la respuesta correcta sería, llega a todos lados, no hay un solo lugar que no pueda alcanzar, hasta lo más profundo de uno mismo, hasta el lado que nadie conoce de otra persona. Y lo fenomenal de esto, que solo depende de uno. Pero si no entendiste bien a lo que me refiero cuando llamo a la felicidad ilimitada, aquí una definición simple, la felicidad puede estar presente en todas sus formas, en todos los momentos, mas no implica vivir sin restricciones.

Si entendemos esta como una vida sin límites, confundiremos el verdadero concepto de la felicidad, a una mentira difícil de salir, drogas, alcohol, pornografía y diferentes placeres que el mundo te vende. Es cierto, acompañar la felicidad con bienes materiales no es malo, pero si llegamos a la dependencia de estos para ser felices caeremos en un bucle, un círculo vicioso, acompañado de la ya conocida mentira existencial.

“La felicidad se alcanza cuando lo que uno piensa, lo que uno dice y lo que uno hace están en armonía”

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