La frustración y la racionalización como mecanismo de defensa.

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La frustración y la racionalización como mecanismo de defensa.

Materia: Comportamiento del Consumidor

Alumno: Venegas Rodríguez Andrea

Maestro: Quiroz Rodríguez Jorge

En este texto como se dice en el titulo hablaré sobre la frustración y los mecanismos de defensa, en especial la “racionalización” ya que a mi pensar, es la más usual en los consumidores, empezaré con dos definiciones del maestro Schiffman:

• Frustración: Es el sentimiento que resulta del fracaso en la consecución de una meta.
• Mecanismos de defensa: Son formas cognitivas y conductuales de manejar la frustración.

“La racionalización distorsiona la realidad para justificar prejuicios y fracasos” (Diccionario de psicología científica y filosófica)

Desde que nacemos tenemos la necesidad de pertenecer a un grupo, como lo es la familia, integrarte a tu salón de clases, a un núcleo de amigos etc.

A lo largo de nuestra vida es inevitable no ponernos metas, obviamente la dificultad de alcanzarlas o las cosas que se tienen que hacer para llegar a ellas va subiendo de nivel con forme crecemos, por ejemplo cuando eres niño tu meta es saber andar en bicicleta pero, ¿Qué es lo que hace que te nazcan esas ganas de aprender a andar en bici?

Schiffman nos define la motivación como: “Fuerza que impulsa a la gente a actuar”, y estoy totalmente de acuerdo con él, pues en el ejemplo anterior la respuesta es la “motivación” pero me queda claro que hay distintos factores que activan esa fuerza que nos impulsa a actuar, en el caso de querer andar en bicicleta, si lo reflexionamos, una de las principales causas por las que quieres aprender es porque tus amigos ya aprendieron y te da pena que tu bici tenga 4 llantas, entonces comienzas a esforzarte y se genera una “tensión” y una vez que lo lograste te sientes satisfecho pues haz cumplido tu meta, pero eso no quiere decir que ya vas a estar totalmente satisfecho pues el proceso de la motivación nos dice que una vez que tienes una meta satisfecha surge una nueva y por lo tanto vuelves a entrar en estado de tensión.

Cuando nos proponemos metas sabemos que habrá esfuerzo de por medio pero no sólo esfuerzo físico sino también mental, entonces comenzaremos a usar nuestras habilidades para que nos sea más fácil realizar nuestras metas.

Las oportunidades dependen de factores externos a ti por ejemplo; el tiempo, las distracciones, información, pero lo que si depende de ti es saber tomarlas pues serán circunstancias buenas que al final tendrán un beneficio para ti.  

Hasta el momento sabemos que un individuo necesita formar parte de una sociedad o un grupo, que para lograrlo se suele proponer metas pero para poderlas llevar a cabo necesita estar motivado y en el proceso de eso sufre una tensión por alcanzar su meta, una vez que la cumple se siente satisfecho pero, ¿Qué pasa cuando no logra cumplir su meta? Sucede una respuesta emocional llamada “Frustración”, cabe mencionar que el nivel de ésta va a depender de la personalidad de cada individuo.

No todas las personas sabemos tolerar la frustración, entender que el fracaso es algo normal, que solo son resultados no esperados de acciones por las que casi todo el mundo ha pasado. El no saber controlar todo esto tiene muchas consecuencias y en algunos casos pueden llegar a ser hasta mortales. Por desgracias a este tipo de situaciones no les tomamos mucha importancia pues creemos que si sabemos lidiar con la frustración pero en realidad no es así, no es que sepamos superarla sino que nuestra mente comienza a trabajar en la creación de mecanismos de defensa, como lo son; la agresión, racionalización, proyección, entre otras. Todos estos mecanismos nuestro subconsciente los genera para proteger nuestra autoestima ya que podemos llegar a sufrir depresión, coraje, angustia y hasta pensamientos autodestructivos.

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