La reinserción del ex combatiente

La reinserción del ex combatiente

El 24 de noviembre del 2016 el gobierno y las fuerzas revolucionarias de Colombia (FARC) firmaron un acuerdo de paz y se inició el proceso de reincorporación a la legalidad, este acuerdo puso punto final a 54 años de conflicto armado. En diciembre del mismo año las FARC fueron concertadas en zonas rurales para dar inicio al proceso de desarme, desde entonces 10.200 miembros del grupo entre (ex combatientes y milicianos) han sido afiliados al sistema de salud, 4500 a educación y se creó la cooperativa ECOMUN, conformada con el dinero de la reincorporación a la vida legal. La reinserción social es el medio por el cual un individuo es incluido nuevamente a la sociedad después de haber quedado por un lapso de tiempo fuera de ella, por infringir la ley, su principal objetivo después de este proceso es que la persona trasforme sus habilidades y competencias y se comprometa con la sociedad y la democracia.

Existen 4 componentes en el proceso de reinserción: atención psicológica, alfabetización, estrategias productivas y reintegración comunitaria. Los ex combatientes por lo general sufren de estrés post traumático, las cifras dicen que el 93% superan el trauma y no generan riesgos para la comunidad, en cuanto a educación el 82% logran alfabetizarse y en la actualidad 500 desmovilizados ya son profesionales, aclarando que no se les regala el estudio y acceden a la universidad por créditos y becas, reciben capacitación no solo de emprendimiento sino también para su capacidad productiva, también hay prevención al reclutamiento y procesos de reconciliación al terminar el proceso. Pero no todo es exitoso las cifras dicen que de cada 10 personas que empiezan el proceso de reinserción 8 continúan en la legalidad, las otras 2 reinciden, pero esta cifra no es alarmante porque si comparamos con las personas que van a la cárcel 7 de cada 10 vuelven a delinquir y lo hacen con delitos de mayor impacto.

Detrás de cada ex combatiente hay una historia de victimización, que, por supuesto no se puede justificar, pero que en muchos casos marcaron la vida de estas personas de una u otra manera. Salir con vida y contar con una segunda oportunidad aportan al individuo un motivo más para luchar y seguir adelante, además al recibir un trato humano y dignificante hace que la persona se comprometa, y si la sociedad abre sus puertas las historias de éxito por contar serán muchas, por lo contrario, si hay trampas y engaños el reinsertado pierde su fe y se ve obligado a realizar lo único que sabe hacer. El sistema carcelario está costando al estado 17.000.000 por persona al año, el proceso de reinserción le cuesta 5.700,000 por persona y las cifran nos demuestran que el sistema carcelario es deficiente y súper poblado, no reeduca y por el contario es un cultivo para seguir promoviendo el espíritu delincuente del preso. Debemos

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