ClubEnsayos.com - Ensayos de Calidad, Tareas y Monografias
Buscar

La sucursal De Los Poetas Ebrios


Enviado por   •  1 de Septiembre de 2020  •  Monografías  •  2.000 Palabras (8 Páginas)  •  79 Visitas

Página 1 de 8
  • Impávida

La sucursal De Los Poetas Ebrios

Agustino López, docente de profesión, llega todos los días después de almuerzo, al kiosko El Ejemplo Nº 2; sitio donde llegan artistas, escritores y políticos. El dueño del lugar Ignacio, le había apartado la mesa donde él se sienta a tomar varias botellas de ron, siempre se ubica cerca del orinal, a una distancia que no le moleste el olor a berrinche, comienza, tomando una taza de café cerrero, empieza a organizar su viejo maletín de cuero ya desgastado y con un color prelavado por lo descolorido y cenizoso, se da por bolear varios papeles, ya amarillento por la humedad, y alguno comidos por las polillas.

 Agustino a la edad de veintiocho años, lo habían jubilado por un accidente que había tenido en la escuela en la que él trabajaba, tiene una prótesis en la pierna derecha, una contextura lánguida, con una mirada de poca preocupación, despide un olor a husmo.

Sacó un cigarrillo del bolsillo izquierdo de su camisa y empieza a jugar con él en sus labios ya quemados y amarillentos por la nicotina, pidió una cerveza y una botella de ron blanco, mientras estaba tomando un sorbo de su botella, pedía unos boleros, de aquellos que hacen llorar y beber, no había terminado su cerveza, cuando estaba pidiendo la otra, lleva dos meses tomando sin parar.

El sitio empezó a llenarse, le pidió Ignacio que se sentará en su mesa, pide dos sillas extras como de costumbre, por qué espera a cierta hora unos viejos amigos escritores, le dijo - viejo Ignacio ¡amigo mío! Te doy las gracias, que me atiendas con respeto en tu negocio, este sitio lo veo como mi segundo hogar.

Don Ignacio le responde:

-También te considero mi amigo, te recomiendo, que cambies tu vida, espero ese día, que me digas que no vas a tomar más.

Agustino ya lleva una caja de cerveza, pidió una botella de ron blanco, se metió la mano en unos de sus bolsillos, y sacó un manojo de billetes arrugados y desordenados.

El ambiente olía a grasa, a sancocho, a brasas, en el kiosco vendían comidas, desde desayunos hasta picadas, permanecía las 24 horas abierto. En los cuatros puestos de la barra, solo se sientan los de confianza, adentro, se veía botellas polvorientas, el cielorraso entamborado, algunas telarañas y cucarachas ya fosilizadas, se dice que lo dejan así para que nadie le provoque llevarse algo. Las mesas de madera de cativo con sus banquillos amarrados con una guaya para evitar tomarlos como arma de defensa, habían acondicionado un espacio para el baile, decoradas con guirnaldas de colores y cadenetas de bombillos, tiene una ambientación como las fiestas de antaño, el piso con retazos de baldosas, que forman figuras espiraladas; al fondo cerca de la puerta, el majestuoso picops, de color rosa y de bordes azul celeste con el nombre del Gran Ignacio.

Agustino ya estaba emocionado, invito a bailar a una mujer de la mesa contigua, ella le dice: -Le comento que me encantaría bailar con usted, se ve que es hombre muy decente, quiero que comprenda que estoy esperando a mi pareja, pero le doy gracias por haberme invitado a bailar. Agustino le dice: - Gracias a usted.

Cuando da la espalda a la mujer, esta le dice: - La próxima que invite a una dama a bailar, asegúrate, de no estar ebrio, da mucho que pensar, ella le sonrió, él la miró de reojo, hizo un gesto con su boca de chuparse los dientes y sacó un cigarro de su bolsillo.

Fue al baño, al salir encuentra a los amigos que estaba esperando sentados en la mesa, se saludaron y se dieron un abrazo de esos que cualquiera pensaría que tenían años sin verse. las demás personas los miraban, Agustino hace un gesto y alza su brazo, chasquea los dedos y pide otra botella de ron blanco, Ignacio se le acerca al oído y le dice: - no te daré una botella más, haz lo que tú quieras.

- Si no me vendes otra botella de ron, me voy para otro lugar y no te pago lo que debo.

La impotencia y la resignación de don Ignacio al ver a su cliente y amigo derrumbarse y ahogarse en pena, sin saber el porqué, pero él sabe cuándo una persona está tocando fondo, ardua situación de ese pobre hombre.

¡Esto es por una mujer!

Agustino en la mesa les dice a sus amigos:

  • Les pido una disculpa, Ignacio es un gran amigo. Se preocupa por mí.

Faltaban dos horas para la media noche, la gente bailando, empezaba a tocar la segunda tanda de la orquesta, solo se veía las cabezas como boyas en la mareta, los faldones y vestidos de estampados coloridos, se quedan embelesado viendo, el juego de las caderas y el derrier que cautiva a los espectadores.

Los amigos de Agustino, sacan sus libretas de apuntes, para mostrarles algunos escritos, Paulo Samaniego, el hombre de bigote espeso, de altura promedio, de padres españoles oriundos de castilla, le mostraba y le recitaba el poema, era un poema doloroso, triste, los hizo brindar.

- Este es un poema, dedicado a mi primera esposa, murió de tuberculosis, en estado embarazo, dijo Paulo.

Agustino se sintió identificado con el escrito, se le salen las lágrimas.

El más alto, Fabello Graciani, de ojos saltones y chivera en punta, su origen era italiano, hombre de pocas palabras, se puso a escribir en una vieja libreta de apuntes.

A partir de la media noche, se presentan muchos a recitar poemas, versos y fragmentos, para ponerle más emoción y competitividad, Las reglas del concurso dicen así: los concursantes deberán presentar, uno, dos o tres escritos y cada persona lo recitará o leerá, la lectura debe tener una duración máxima de un minuto. El tercer lugar ganará una botella de ron, el segundo lugar ganará una botella de ron y una caja de cerveza. Los jurados serán don Ignacio y la señora de la fritanga. El ganador del mejor escrito, le darán una botella de whisky y una noche con una puta del sitio de la esquina llamado Cabaret Adulterium. Todo esto estaba patrocinado por los políticos y algunos escritores.

...

Descargar como (para miembros actualizados)  txt (11.5 Kb)   pdf (65.4 Kb)   docx (13.1 Kb)  
Leer 7 páginas más »
Disponible sólo en Clubensayos.com