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Lo Social Es Un Lugar Que No Existe


Enviado por   •  19 de Abril de 2015  •  2.383 Palabras (10 Páginas)  •  175 Visitas

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El Acompañamiento Terapéutico es una técnica de intervención analítico-asistencial, es decir: que parte de una concepción psicoanalítica del enfermar psíquico y propone formas asistenciales de intervención (Winnicott, 1979;1991). Una de sus especificidades consiste en que el Acompañante Terapéutico realiza su labor fuera de los contextos institucionalizados de tratamiento (casa del paciente, calle, medios de transporte público, etc.) (AAVV, 1991a). Su surgimiento tuvo lugar sobre todo en Argentina y Brasil, a finales de los años setenta, y derivó de la necesidad de brindar una asistencia sociocomunitaria a pacientes que estaban pasando por un proceso de desinstitucionalización (AAVV, 1991b). En definitiva, se trata de un rol profesional gestado en el seno del movimiento antipsiquiátrico.

En términos generales diríase que: 1) el Acompañamiento Terapéutico es una técnica de intervención que busca contribuir a la reinserción social del paciente, y 2) el Acompañante Terapéutico realiza su labor en lo social. Sin embargo, creo que en Salud Mental muchas veces se opera desde una concepción equivocada del término "social". De ahí la propuesta de empezar con un postulado que invita a la reflexión, cual sea: lo social es un lugar que no existe.

Por lo general, cuando en Salud Mental se habla de inserción social, lo primero que se nos ocurre es que lo social son aquellos lugares que están fuera del hospital psiquiátrico. La inversa sería: al estar dentro del psiquiátrico, el paciente estaría fuera de lo social. otra cosa que se nos ocurre pensar, es en aquellos pacientes que se encierran y no salen de su casa. Entonces se dice: "hay que hacer un trabajo de reinserción social", como si, al estar dentro de la casa, ello significara que el paciente está fuera de lo social. Creo que esta forma de pensar lo social es equivocada, puesto que se sabe que tanto el hospital psiquiátrico, como la familia, son instituciones sociales. Desde esta perspectiva, el término "reinserción social" no tiene sentido, porque la palabra "reinserción" significa que en algún momento el paciente dejó de estar inserto; y lo que intento decir es que, esté donde esté, el paciente nunca deja de estar inserto en lo social. En otros términos: mientras las personas en general pueden articular diferentes formas de inserción (padre, madre, hijo, profesional, vecino, miembro de grupos y asociaciones), estos pacientes sólo pueden insertarse en cuanto el enfermo de la familia, el loco del barrio o el paciente de determinada institución. En ningún momento el paciente deja de estar inserto, y el problema estriba en que está inserto en lo "social psiquiatrizante", por decirlo de alguna forma. Por lo tanto, nuestra labor debe apuntar hacia "nuevas inserciones", en el sentido de contribuir a la inserción del paciente en lo "social socializante".

En cierta ocasión, los padres de un paciente solicitaron un Acompañamiento Terapéutico para su hijo. Fundamentalmente, se quejaban de que Carlos estaba todo el día en la cama y no hacía nada. Empezamos el Acompañamiento Terapéutico, y ya en los primeros encuentros me di cuenta de que sobre todo la madre estaba constantemente estimulando a su hijo para que hiciera algo; y eso que ya le había obligado a recibir clases de tenis y piano. El Acompañamiento también había sido algo impuesto, y la madre constantemente pedía (y hasta intentaba ordenar) que yo estimulara al paciente para que hiciera algo.

Aquí ya tenemos un ejemplo de qué quiero decir cuando hablo de lo social psiquiatrizante. Hay ciertas madres que, debido a su alto grado de ansiedad, tienen la necesidad de estar constantemente estimulando a su hijo, pues sienten que sin esa estimulación el niño se va a morir, o no se va a desarrollar y ser independiente. Sin embargo, es justamente esta dinámica de sobrestimulación la que le impide al niño descubrir sus intereses y existir por sí mismo. Algo muy parecido pasaba en la relación entre esta madre y Carlos, de modo que, cuando éste último estaba en el club, recibiendo sus clases de tenis, en realidad estaba inserto en lo social psiquiatrizante, porque no era él (Carlos) quién estaba ahí, sino su madre. Mejor dicho: Carlos sólo podía existir y hacer cosas bajo la condición de objeto de la demanda materna. Sin embargo, en pocas semanas el paciente dejó las clases de tenis y piano y volvió a meterse en la cama, lo cual me pareció que estaba bien. Es decir: su única forma de defenderse de la demanda materna, y afirmar su existencia en cuanto persona, era metiéndose en la cama; porque eso era lo único a lo que no le estimulaba su madre. El problema es que ahí se cerraba un círculo vicioso: para existir, tenía que no hacer nada; pero al no hacer nada, su existencia no tenía sentido.

De lo planteado se desprende que, al decir que lo social es un lugar que no existe, se quiere significar que lo social no tiene tanto que ver con lugares y espacios físicos; o con estar dentro o fuera del psiquiátrico o de cualquier otra institución. Si lo social no está delimitado por espacios físicos, ¿qué es lo que posibilita decir que el paciente esté, o no, inserto en lo social? Esta cuestión no puede discutirse si no se tiene en cuenta la contrapartida que la complementa, y remite a la cuestión de la inserción social de los profesionales.

Se suele decir, o dar por sentado, que el psicótico no tiene recursos (afectivos, conductuales, etc.) para insertarse en lo social. Por otra parte, es interesante observar que sobre todo a partir del movimiento antipsiquiátrico, poco a poco las puertas de los psiquiátricos fueron siendo abiertas y, con mas o menos dificultades, los pacientes empezaron a salir. Sin embargo, los profesionales siguen dentro ... ; con lo cual, los pacientes oscilan entre dos alternativas: el ingreso psiquiátrico o el abandono en la comunidad. Ahí se cierra el círculo vicioso, puesto que el abandono suele conducir a nuevos ingresos psiquiátricos. En definitiva, cabe tener presente que todo intento de Reforma Psiquiátrica debe enfrentarse a una doble problemática, a saber: que tanto los pacientes, como los profesionales, encuentran dificultades y falta de recursos para insertarse en la comunidad y en lo social. Obsérvese que aquí he establecido una diferenciación entre lo que es la comunidad y lo social. Es decir: el hecho de que el Acompañante realice su labor en la comunidad, no garantiza que esté realizando una labor de inserción social. En este sentido, se ha observado que, a pesar de estar en la comunidad, muchas veces el Acompañante acaba reproduciendo, en el vínculo con el paciente, las ideologías psiquiatrizantes que en gran medida rigen el hospital psiquiátrico.

Podríamos

...

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