Los Cuentos de hadas y psicoanalisis.

SOBRE LA FEMINIDAD

JULIA ANDREA SUAREZ VASCO.

Cód. 29706055

Desde la mirada freudiana,  resulta imposible mirar la feminidad o la masculinidad, solo desde lo científico o anatómico,  siendo inadecuado de igual forma determinar la diferenciación como activo (Masculino) y pasivo (Femenino). Ya que ambos desarrollan tanto conductas pasivas como activas. Podría pensarse que se marca con más relevancia la pasividad en la mujer, debido a las normas que la sociedad  impone.

La identificación sexual en el ser humano, es algo que va más allá de lo biológico, tiene un proceso que se enmarca en la elección sexual, que se realiza según Freud en un proceso o una travesía de una relación fundamentalmente simbolizada, que se da a partir del Edipo.

Tanto en el niño como en la niña existe una etapa previa al Edipo (pre- edípico), donde la madre juega un papel muy importante, debido a que es el primer objeto de amor para ambos, es decir que es la madre quien ejerce un efecto de seducción en la niña en este primer momento.

Centrándonos más a fondo en el tema femenino y todo lo que tiene que ver con su identificación sexual, desde el psicoanálisis se plantea que el desarrollo de la niña a una mujer normal, atraviesa un proceso más largo, difícil y complicado en relación con el proceso que realiza el niño en cuanto al Edipo.  Ambos (niña y niño) llegan a la etapa sexual “fálica”, la niña se comporta como un hombrecito sin hacer una diferenciación sexual, es decir que se identifican como masculino y es a partir del momento de la diferenciación donde la niña empieza su recorrido en busca de su feminidad.   En el momento que la niña reconoce la diferencia que existe frente al niño (falta de pene), inicia un resentimiento, hostilidad y reproches hacia la madre quien hasta ese momento es su primer objeto de amor, el reproche es “por qué me pariste mujer”, a partir de este momento se instaura una envidia por el pene e inicia el recorrido que diferencian el Edipo de hombre a mujer:

1. cambio de objeto de amor: después de ser su madre el primer objeto de amor y al sentir resentimiento por la madre al momento de descubrir que falta su pene, hace un cambio de objeto de madre a padre.
2. Cambio de la zona erógena: la niña se ha identificado siempre como un niño creyendo que posee un pene (clítoris), es esa su zona erógena, pero en el momento que se marca la diferenciación, el clítoris sede el paso para que la vagina tome un valor,

Freud plante que en este proceso se inicia los primeros traumas de la neurosis en la mujer, se evidencia un sentimiento más fuerte de envidia del pene, esto siempre la va llevar a buscar eso que le hace falta,  después de este proceso de identificación ella siente que pasa a pertenecer a un sexo de pocas ventajas como lo es el femenino, lo cual tiene un efecto en ella y es que se realiza una débil interiorización del superyó , ¿para qué instaurar un súper yo tan consistente si ya no tengo nada que perder? Es decir que ese falo que creyó tener y que ahora no tiene era algo de mucho valor y ahora ha perdido su tesoro, es por esto que ya no tiene nada que perder.

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