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RESEÑA BETTELHEIM PSICOANALISIS DE LOS CUENTOS DE HADAS

Tatiana LondoñoReseña24 de Abril de 2018

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RESEÑA BETTELHEIM

Asignatura:

ELECTIVA CP

Presentado por:

Lizeth Tatiana Londoño Velasquez

Id: 387978

Presentado a:

IVAN LOPEZ ARIAS

Corporación Universitaria Minuto de Dios

Programa de Psicología

Villavicencio Meta

2018

RESEÑA

PSICOANALISIS DE LOS CUENTOS DE HADAS

De acuerdo con Bettelheim (1994) nos dice que para vivir conscientes de nuestra existencia, la necesidad más urgente es encontrar un significado a nuestras vidas, muchas personas pierden el deseo de vivir y ha dejado de esforzarse, pues dicho sentido ha huido de ellos, la comprensión del sentido de vida no se adquiere repentinamente a en un tiempo o edad determinada, tampoco en  la madurez cronológica,  se obtiene mediante la comprensión de lo que es o de lo que debe darle el sentido de vida,  es decir la madurez psicológica, dicho logro es resultado de un largo desarrollo, en cada etapa buscamos un poco de significado congruente el cual desarrolla nuestras mentes.

La sabiduría se forma progresivamente desde los orígenes más irracionales, es en la edad adulta donde se obtiene la compresión inteligente del sentido de la propia existencia en este mundo a partir de nuestra experiencia en él.  Lamentablemente ciertos padres quieren que sus hijos sean como ellos, y que sus mentes funcionen como las suyas, ignorando que la comprensión madura de nosotros y del mundo, así  como las ideas sobre el sentido de la vida no se desarrollan tal lento como lo he es cuerpo y la mente (Bettelheim, 1994)

La tarea más difícil en la educación de un niño es ayudarle a encontrar sentido en la vida, ya que se necesitan numerosas experiencias durante el crecimiento para alcanzar dicho sentido, por otra parte, mientras el niño se desarrolla, debe aprender, paso a paso a comprenderse mejor, esto le permite ser capaz de comprender a los otros y relacionarse con ellos de un modo satisfactorio y lleno de significado (Bettelheim, 1994).

Según Bettelheim  (1994) para alcanzar un sentido más profundo, hay que ser capaz de trascender los estrechos límites de la existencia centrada en uno mismo y cree que uno puede hacer una importante contribución a la vida;  ya sea ahora o en el futuro, dicha sensación debe ser necesaria si una persona quiere estar satisfecha consigo misma y con lo que está haciendo. Para no estar a merced de los caprichos de la vida, se debe desarrollar recursos internos,  con el fin de que las propias emociones, la imaginación y el intelecto se apoyen y enriquezcan mutuamente unos a otros.

Los sentimientos positivos brindan fuerzas para desarrollar nuestra racionalidad; solo la esperanza puede sostenernos ante las adversidades con las que inevitablemente  nos encontramos. Es necesario  restablecer el sentido a las vidas de los niños, si s educan a los niños de manera que la vida tenga sentido para ellos, no se necesita de ninguna ayuda especial (Bettelheim, 1994).

Es importante resaltar que los padres y las personas que están al cuidado del niño generan un impacto en él, también la herencia cultural la cual si se transmite al niño de la manera correcta impacta en darle sentido a su existencia junto con la literatura,  la cual aporta información. La literatura infantil pretende desarrollar la mente y la personalidad del niño, pero se queda corta porque no estimula ni alimenta los recursos necesarios para vencer difíciles problemas internos. En los primeros relatos en donde el niño aprende a leer en la escuela han sido diseñados para enseñar las reglas necesarias, sin tener en cuenta nada del significado (Bettelheim, 1994).

Continuando con Bettelheim  (1994) afirma que la literatura infantil  intenta entretener o informar, incluso ambas cosas a la vez, pero la mayoría de los libro infantiles son tan superficiales que se pueden obtener muy poco sentido a partir de ellos, en cuanto a la adquisición de reglas, incluyendo la habilidad en la lectura, pierde su valor cuando lo que se ha aprendido a leer no añade nada importante a la vida de uno.  

Aprender a leer puede facilitar el enriquecimiento de la propia vida, se experimenta como una promesa vacía si las historias que el niño escucha, o lee en este preciso momento, son superficiales, lo peor de los libros infantiles es que estafan al niño lo que este debería obtener de la experiencia de la literatura, es decir, el acceso a un sentido más profundo, y a lo que está lleno de significado para él, en su estadio de desarrollo (Bettelheim, 1994)

Cabe resaltar que para que una historia mantenga de verdad la atención del niño ha de divertirle y excitar su curiosidad,  pero para enriquecer su vida, ha de estimular su imaginación, ayudarle a desarrollar su intelecto y  a clarificar sus emociones; ha de estar de acuerdo con sus ansiedades y aspiraciones; hacerle reconocer plenamente sus dificultades, al mismo tiempo que le sugiere soluciones a los problemas que le inquietan (Bettelheim, 1994)

En suma,  debe estar relacionado con todos los aspectos de su personalidad al mismo  tiempo; y esto dando pleno crédito a la seriedad de los conflictos del niño, son disminuirlos en absoluto y estimulando, simultáneamente, su confianza en sí mismo y en su futuro (Bettelheim, 1994).

De acuerdo con Bettelheim  (1994) en la literatura infantil, con ciertas excepciones, no se encuentra nada que enriquezca y satisfaga tanto al niño y al adulto, como los cuentos populares de hadas, en realidad a nivel manifiesto, los cuento de hadas enseñan bien poco sobre las condiciones específicas de la vida en la moderno sociedad de masas; estos relatos fueron creados mucho antes de que esta empezara  a existir.

Ahora bien, de los cuentos de hadas se puede aprender mucho más sobre los problemas internos de los seres humanos, y sobre las soluciones correctas a sus dificultades en cualquier sociedad, que a partir de otro tipo de historias al alcance de la comprensión del niño, al estar expuesto en cada momento de su vida, a la sociedad en que vive, el niño aprenderá, sin duda, a competir con las condiciones de aquella, suponiendo que  sus recursos internos se lo permitan (Bettelheim, 1994)

Es importante recalcar que el niño necesita que se le dé la oportunidad de comprenderse a sí mismo en este mundo complejo con el que tiene que aprender a enfrentarse, precisamente porque si vida,  a menudo, le desconcierta, para poder hacer eso, se debe ayudar al niño a que extraiga un sentido coherente del tumulto de sus sentimientos. El niño necesita ideas de cómo  pone en orden su casa anterior,  y sobre esta base, podrá establecer un orden en su vida en general. Además necesita, una educación  moral que le transmita, sutilmente, las ventajas de una conducta moral, no a través de conceptos éticos abstractos, sino mediante lo que parece tangiblemente correcto y, por ello,  lleno de significado para el niño (Bettelheim, 1994).

Estos significados los encuentra el niño a través de cuentos de hadas, al igual que en muchos otros conocimientos psicológicos modernos, a través de los años los cuentos se han indo refinando y han llegado a transmitir, al mismo tiempo, sentidos evidentes y ocultos, han llegado a dirigirse simultáneamente a todos los niveles de la personalidad humana ya  expresarse de un modo que alcanza la mente no educada del niño, así  como la del adulto sofisticado (Bettelheim, 1994)

De acuerdo al modelo psicoanalítico de la personalidad humana según Bettelheim, (1994) los cuentos aportan importantes mensajes al consciente, preconsciente e inconsciente, sea cual sea el nivel de funcionamiento de cada uno en aquel instante.  Al hacer referencia a los problemas humanos universales, especialmente aquellos que preocupan la mente del niño, estas historias hablan a su pequeño yo en formación y estimulan su desarrollo, mientas que, al mismo tiempo, liberan al preconsciente y a inconsciente de sus pulsiones.

Para  Bettelheim (1994) los cuentos de hadas permiten interpretar y además, nos dice que:  

Para poder dominar los problemas psicológicos del crecimiento —superar las frustraciones narcisistas, los conflictos edípicos, las rivalidades fraternas; renunciar a las dependencias de la infancia; obtener un sentimiento de identidad y de autovaloración, y un sentido de obligación moral—, el niño necesita comprender lo que está ocurriendo en su yo consciente y enfrentarse, también, con lo que sucede en su inconsciente. Puede adquirir esta comprensión, y con ella la capacidad de luchar, no a través de la comprensión racional de la naturaleza y contenido de su inconsciente, sino ordenando de nuevo y fantaseando sobre los elementos significativos de la historia, en respuesta a las pulsiones inconscientes. Al hacer esto, el niño adapta el contenido inconsciente a las fantasías conscientes, que le permiten, entonces, tratar con este contenido (p. 10)

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