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Los Suenos

069228 de Septiembre de 2013

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LA INTERPRETACIÓN DE LOS SUEÑOS – Sigmund Freud

Freud comienza las lecciones introductoras al psicoanálisis, con dos dificultades que el lector

debe suprimir para poder comprender sus ideas:

Solamente se puede entender a la perfección el psicoanálisis, cuando has sido paciente de un

psicoanalista.

No toda enfermedad es física, sino que también puede encontrarse en nuestro subconsciente.

Una vez que superamos estas dudas, Freud nos expone su tesis mediante un desarrollo.

Comienza desde lo más simple hasta lo más complejo, poco a poco, muy lento.

Se sabe que los síntomas patológicos de determinados individuos nerviosos tienen un sentido.

También se conoce que los enfermos incluyen algunos de esos síntomas en sus sueños. Por lo

tanto, es fácil suponer, que los sueños deben de tener algún sentido.

Pero ¿qué son los sueños?

Los sueños son una manifestación psíquica durante el

reposo. Así mismo, el reposo es un estado en el que el

durmiente no quiere saber nada del mundo exterior,

habiendo desligado del mismo todo su interés. Por otra parte

el sueño es una reacción a un estímulo perturbador de dicho

reposo; entonces las excitaciones producidas durante el

reposo aparecerían en los sueños.

¿Y su origen?

Normalmente se trata de una excitación procedente del interior, es decir, el inconsciente. Esta

última hipótesis parece muy probable y responde a la concepción popular sobre la génesis de los

sueños.

Hay detalles muy importantes respecto a la interpretación de los sueños: el sueño no reproduce

fielmente el estímulo, sino que lo elabora, lo designa por una alusión, lo incluye en un conjunto

determinado o lo reemplaza por algo distinto. El durmiente sabe, aunque no lo crea, lo que

significa su sueño; pero no sabiendo que lo sabe, cree ignorarlo.

Hasta ahora hemos llegado a dos hipótesis:

 El sueño es un fenómeno psíquico.

 Se realizan en nosotros hechos psíquicos que conocemos sin saberlo.

Freud nos presenta un concepto nuevo, la hipnosis.

Ésta es un estado que provoca una disminución o anulación de los procesos conscientes. Puciertos mandatos del

hipnotizador. Al recobrar la conciencia, el sujeto no recuerda lo sucedido durante el trance

hipnótico. En este estado se producen, en ocasiones, fenómenos de hipermnesia.

Después de la hipnosis, la labor del psicoanalista se limitará a hacerle hallar el conocimiento del

sueño y comunicárnoslo. Debemos poder hacer accesibles los elementos ocultos e ignorados con

ayuda de asociaciones enlazadas al elemento que tomaremos como punto de partida.

Cada sueño es un mundo, y por lo tanto ninguno es igual a otro. Sobre todo, porque la

resistencia que ejerzamos no será la misma. Es decir, cuando la distancia entre el elemento real

y el ficticio es muy grande, la resistencia será enorme, le causará mucho dolor el recuerdo.

Mientras que si apenas existen deformaciones en el sueño, es que no hay resistencia alguna por

parte del sujeto. Esto se produce en los sueños infantiles.

El sueño es por otro lado,

“un medio de supresión de las excitaciones psíquicas que acuden a perturbar el reposo,

supresión que se efectúa por medio de la satisfacción alucinatoria”. Ésta supresión es la

censura; son lagunas presente en el sueño de sujeto, que por olvidar son provocadas. Junto con

la deformación, la censura utiliza estos mecanismos: la omisión, la modificación y la agrupación

de los materiales. Como en la deformación, la censura será más o menos pronunciada,

dependiendo de la gravedad del trauma que tenga el paciente respecto de la experiencia.

Figura 1: Dalì, Sueño2

La relación constante entre el elemento del sueño y su traducción le damos el nombre de

relación simbólica. Así, la esencia de esa relación simbólica es una comparación básicamente.

Por otra parte, la elaboración onírica o de los sueños,

contrae consigo tres efectos:

1.- La condensación: efecto que se nos muestra en el hecho de que el contenido manifiesto del

sueño es más breve que el latente.

2.- El desplazamiento: obra de la censura.

3.- La transformación de las ideas en imágenes visuales.

¿Qué hace la elaboración? Hace que volvamos a la infancia de dos maneras: en primer lugar, a la

infancia, y en segundo lugar aunque menos, a la prehistoria filogénica. En la elaboración cabe

destacar la formación de los famosos complejos. Por ejemplo, el complejo de Edipo que consiste

en el niño desea matar al padre y casarse con la madre. Todo ésto se genera durante la etapa

infantil, y perdura en la madurez ya que lo inconsciente de la vida psíquica no es otra cosa que lo

infantil. La etapa infantil donde reconocemos el complejo de Edipo es la:

Etapa fálica:

Esta etapa dura entre los 4 y 6 años; la niña y el niño descubren

sus órganos sexuales, a causa de la excitación de la micción y por

los tocamientos repetidos que tienen lugar durante el aseo.

Los bebes tienen juegos eróticos manuales y generalmente esta

actividad que ellos realizan cesa por si misma y vuelve a aparecer

a los 3 años. Descubren la diferencia de los sexos.

Los padres le imponen una renuncia al interés que tienen por

tocarse en nombre de la estética y la moral; y el niño se adapta a

dicha imposición a fin de retener el amor paternal. Cuando lo

logra, se vuelve a centrar en su interés por los genitales.

Los niños de esta edad empiezan con los “porque”. Cuando los

adultos responden las preguntas sexuales, el niño percibe lo

prohibido. El papel de las relaciones sexuales entre los

padres todavía les resulta oscuro.

Entre los 4 y 5 años aparecen otros tipos de preguntas

como el de: ¿Cuál es la diferencia entre un niño y una niña?

Los padres intentan explicar que la niña no tiene pene. El

niño trata de negarlo pensando que tienen uno más pequeño o que le va a crecer. Sin embargo,

piensa de que la madre también tiene pene, pues al niño le resulta imposible creer que la madre

carezca de el.

A medida que el niño crece, la madre ya va dejando de ocuparse de él en forma exclusiva.

El niño necesita menos compañía, juega más con sus juguetes y su voz. La observación de la

actividad de la madre y la reflexión sobre sus palabras lo conducen a adquirir dos nociones

importantes. Aparece el “obedecer” o el portarse bien con la promesa de que si se porta bien

recibirá tal cosa. Lo niños no temen perder el amor de sus padres, porque lo tuvieron o porque

no lo tuvieron incondicionalmente, tienen problemas de conducta.

El niño descubre la muerte en esta etapa; al observar a los animales, pregunta acerca de las

causas de su muerte que el atribuye a la vejez. “Matar es inmovilizar” ese es el sentido que al

principio cobra la muerte para el niño.

El niño o la niña descubren que no son el único amor de la madre, que pueden ser abandonados

por otros intereses de ella: su padre y sus hermanos se transforman en sus rivales.

En el estadio anal, la niña se interesa por cambiar y bañar a las muñecas y por lavar trapos. El

niño juega más con piedras, con autos, con trenes.

Ella empieza a preocupar por su arreglo personal, le saca los cosméticos a la madre, se pone sus

vestidos, le gusta usar carteras, es decir le gusta identificarse con la madre imitando sus

acciones, sus gestos y sus palabras.

El niño se entrega a juegos más agresivos, juega con bastones, con palos, los transforma en

fusiles o en revólveres y se complace en dar miedo y ordenar. Cuando puede, se pone la ropa del

padre.

Figura 2: Salvador Dalí,

"Sueño provocado por el vuelo de una

abeja alrrededor de una granada un

segundo antes de despertar"3

Hacia los 4 años y medio, el varón juega a golpear y matar a su padre en la lucha emocional con

el y trata de acaparar toda la ternura de la madre; le promete casarse con ella y tener hijos:

entra en el periodo de complejo de Edipo.

La niña vive un periodo similar, hacia los 3 años y medio: se comporta de manera seductora con

el padre, se muestra coqueta y afectuosa, centra su interés en el. Se muestra celosa de el y trata

de acaparar toda su atención y su afecto.

Pero para el niño y la niña la pareja de los padres en esta etapa resulta una frustración, y

muchas veces los progenitores los mandan a jugar para poder quedar solos en su intimidad y el

niño se siente impotente

...

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