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Los mitos religiosos y la personalidad


Enviado por   •  11 de Septiembre de 2011  •  Exámen  •  834 Palabras (4 Páginas)  •  612 Visitas

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Los mitos religiosos y la personalidad

Según Jung, existen tres elementos que constituyen la personalidad: la sombra, el anima y el animus. Estos tres factores son de carácter inconsciente, vale decir, el individuo no se da cuenta que forman parte de su inconsciente personal. Las grandes religiones o mitos intentan desvelar o hacer conciente al hombre su lado oscuro. La sombra se proyecta a través de juicios o pensamientos negativos respecto del entorno; los juicios de valor, la evaluación moral de las personas generalmente son proyecciones de nuestra sombra, es decir, vemos en los demás nuestros propios defectos.

El anima corresponde al lado femenino del inconsciente masculino; es decir, el inconsciente del hombre es intuitivo, dado a la sensibilidad y compasivo. La sociedad o la cultura determinan la forma de comportamiento de los hombres: deben ser racionales, viriles como expresión de fuerza masculina. Esto corresponde a su lado conciente.

El animus corresponde al lado masculino del inconsciente de la mujer; se manifiesta como racionalidad en la percepción de la realidad. La sociedad espera de la mujer sensibilidad, capacidad de emocionarse y desarrollo de la intuición. La crítica frecuente es una proyección del animus en la mujer.

Los fundadores de religiones son capaces de dominar su sombra: no juzgan al ser humano sino que intentan hacer conciente a las personas de sus propias deficiencias psicológicas. También desarrollaron su lado intuitivo (anima) logrando un equilibrio entre el inconsciente y su conciente; y así poder ver la realidad.

El inconsciente colectivo es nuestra “herencia psíquica”. Es el reservorio de nuestra experiencia como especie; un tipo de conocimiento con el que todos nacemos y compartimos. Aún así, nunca somos plenamente concientes de ello. A partir de él, se establece una influencia sobre todas nuestras experiencias y comportamientos, especialmente los emocionales; en este sentido, los arquetipos nos permiten comprender situaciones que no pueden ser definidas racionalmente Jung plantea el concepto de sincronicidad : «Así pues, emplearé el concepto general de sincronicidad en el sentido especial de una coincidencia temporal de dos o más sucesos relacionados entre sí de una manera no causal, cuyo contenido significativo sea igual o similar».

En el inconsciente colectivo existen variados símbolos llamados arquetipos que permiten comprender la evolución sicológica del individuo, o en términos espirituales, su evolución personal. Estos arquetipos son heredados de nuestros antepasados, los cuales utilizaban símbolos para comprender la realidad, por ejemplo, el gran símbolo de la serpiente en occidente representa el engaño, la astucia y el mal, en cambio en oriente representa la sabiduría. También existen los símbolos del héroe el cual

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