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MEDIOS DE COMUNICACIÓN EN COLOMBIA: DE LA ACCIÓN INFORMATIVA A LA ACCIÓN POLITICA

diegofsh123Informe10 de Diciembre de 2012

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MEDIOS DE COMUNICACIÓN EN COLOMBIA: DE LA ACCIÓN INFORMATIVA A LA ACCIÓN POLITICA, por Germán Ayala Osorio

El ejercicio de las empresas periodísticas colombianas[1] les permite hoy, trasladarse del ámbito de la Sociedad civil, hacia el ámbito de los Mediadores Naturales o Partidos Políticos en donde alcanzan un estatus que les otorga, en doble vía, la capacidad para imponer líderes carismáticos convenientes para el statu quo, así como para legitimar acciones estatales vía desarrollo de políticas públicas.

En relación con la imposición de líderes carismáticos, hay que decir que esta función le corresponde cumplirla, en las democracias, a los Partidos Políticos. Pero dada la notable crisis, desarticulación y desmoronamiento de los partidos Liberal y Conservador, dicha tarea la vienen cumpliendo los medios masivos, especialmente en los rituales electorales.

Ejemplo de ello constituye la elección del presidente Uribe Vélez en la que confluyeron no sólo el cansancio y la desesperanza después del fallido proceso de paz (gobierno de Pastrana Arango), sino la intención manifiesta de los medios masivos de presentarlo como el mesías que salvaría a Colombia.

En segunda instancia, los medios masivos colombianos juegan hoy un rol clave en el proceso de validación y legitimación de políticas públicas que, como el Plan Colombia y la Política de Seguridad Democrática, asegura la construcción de un modelo de Estado, de ciudadano y una concepción de la política y de lo público, de acuerdo con las condiciones que impone el actual entorno internacional.

Es decir, los medios masivos de Colombia cada vez más se alejan de la idea de servir al ciudadano y salvaguardar sus intereses frente a las actuaciones de un Estado que, como el colombiano, ha sido incapaz de garantizar el ejercicio legítimo de la fuerza, el control interno de sus fronteras y la distribución de bienes básicos, así como un orden institucional reconocido e internalizado por la sociedad civil.

DE LA ACCIÓN INFORMATIVA A LA ACCIÓN POLÍTICA

Al hacer el tránsito de la Sociedad civil y presentarse hoy como Mediadores en los procesos políticos, los medios masivos entran a cumplir varias funciones que tradicionalmente han cumplido los Partidos Políticos. Entre ellas, la imposición de líderes carismáticos y valores democráticos, así como la construcción de escenarios políticos en aras de despejar las incertidumbres electorales del electorado, guiándolos en la toma de decisiones ante la proximidad de un evento electoral. Las elecciones presidenciales de 2002 son un hecho contundente que evidencia no sólo el tránsito de los medios colombianos del estadio Sociedad Civil al de Mediadores (Véase gráfico 1), sino la confirmación como actores políticos.

Está claro que, en ausencia de mediadores naturales[1] , es en la televisión, en la prensa escrita, en las encuestas y en la publicidad (marketing político), donde descansa en gran parte el poder de convocatoria y de persuasión de quienes aspiran a ocupar la primera magistratura de la Nación. Para las elecciones de 2002 fue evidente y determinante el aporte de las piezas publicitarias creadas por el equipo responsable de la imagen política del entonces candidato Álvaro Uribe Vélez.

La pasada campaña electoral marcó un hito en la forma como transcurre la democracia en nuestro país, dado que los medios de comunicación remplazaron el papel de los partidos políticos. En efecto, es tal la influencia que en las sociedades contemporáneas ejerce lo mediático, que en últimas son los medios masivos quienes determinan la inclinación del ciudadano al momento de decidir su voto por determinada opción política.

La elección de Uribe Vélez fue todo un fenómeno mediático originado, de un lado, en el desdibujamiento progresivo de los partidos políticos, su fragmentación en microempresas electorales y la pérdida progresiva de presencia efectiva en el campo de la discusión pública y, de otro, la emergencia de los medios masivos como orientadores de la opinión pública, que aprovechando el espacio dejado por los partidos políticos y la escasa cohesión y capacidad crítica de la sociedad civil, se convirtieron en los únicos mediadores en los procesos de formación de opinión pública dado que fundamentalmente los medios masivos trabajan sobre imágenes y no sobre programas, desvirtuando, así, la esencia y razón de la democracia[2] .

Así como lo sucedido en las elecciones de 2002 describe el nuevo escenario que ocupan los medios masivos hoy en Colombia, el seguimiento y análisis de la información publicada por los principales periódicos colombianos en torno a la ejecución de políticas públicas como el Plan Colombia y la Política de Seguridad Democrática, aportan elementos para develar que dichos medios colombianos han pasado de la acción de informar[3] y orientar a la opinión pública, a la acción política directa. Es decir, ejercen control político e informativo frente a las acciones del gobierno, sumando los intereses que tienen como empresas que hacen parte de los mismos conglomerados económicos que financian y financiaron la campaña del presidente Uribe Vélez[4] .

Así las cosas, hay que escudriñar muy bien la dimensión política y el carácter político de los medios colombianos para entender desde allí, el porqué han desinformado al país a través de la publicación desafortunada de noticias, editoriales, columnas de opinión y titulares que no han dado cuenta de los alcances, propósitos y efectos, negativos y positivos, de políticas públicas como el Plan Colombia y la política de Seguridad Democrática.

El carácter de actores políticos, es decir, la acción política de los medios, implica el abandono de la acción informativa y la de generar y orientar la opinión pública desde la imperiosa necesidad de buscar la verdad.[5] En este nuevo escenario y dadas las circunstancias de concentración de los medios en grandes conglomerados económicos, la tarea de construcción de lo público que cumplen necesariamente los medios masivos queda empañada por las maneras como los colombianos nos representamos lo político y la política.

Señalar que existe una dimensión política en la que los medios de comunicación actúan o se construyen como actores, conlleva a pensar en las características de las empresas periodísticas y las maneras como proponen la discusión de los asuntos públicos dentro de las condiciones que para tal efecto proporciona un régimen político.

Así las cosas, el desplazamiento de las empresas periodísticas del estadio Sociedad Civil, al de Mediadores, advierte peligros serios para el fortalecimiento de la sociedad civil y la construcción de opinión pública. Al ser los medios de comunicación grupos de interés dentro de la concepción aquí planteada de sociedad civil algunos autores advierten sobre el peligro que conlleva la sustitución de algunas de las funciones que deberían cumplir los Partidos Políticos. Larry Diamond sostiene que “ los grupos de interés no pueden sustituir a los partidos políticos coherentes con bases de apoyo popular amplias y relativamente duraderas, puesto que los grupos de interés no pueden agrupar intereses tan ampliamente a través de los grupos sociales y los partidos políticos si pueden. Tampoco pueden proporcionar la disciplina necesaria para formar y mantener gobiernos y aprobar la legislación.

En este aspecto ( y no solamente en éste) uno podría cuestionar la tesis de que una sociedad civil fuerte es estrictamente complementaria a las estructuras políticas y estatales de la democracia.

Hasta el punto en que los grupos de interés dominen, depriman o sofoquen los partidos políticos como transmisores y agrupadores de intereses, pueden presentar un problema para la consolidación de la democrática... Y en una edad en que los medios electrónicos, la creciente movilidad y la abundancia y fragmentación de los intereses están socavando las bases organizacionales para partidos fuertes y sistemas de partido, esto es algo por lo que los demócratas en todas partes deben preocuparse[6] .”

En dicho desplazamiento, lo político emerge como una nueva circunstancia y especial característica de unos medios masivos que, articulados a la sociedad como empresas e imbuidos por lo tanto en la lógica del mercado, presionan y compiten política y económicamente en procesos de internacionalización de la economía en esta etapa decisiva de la globalización.

La importancia política de los medios de comunicación radica o se sostiene en varias circunstancias o hechos evidentes que conforman un complejo contexto social. Señalo las más representativas sin que ello pretenda desechar otras: la política ya no es el eje articulador de la vida social colombiana.

O en palabras de Victoria Camps, “nuestra época es antipolítica o, por lo menos, apolítica. La ciudadanía se muestra pasiva y apática a las iniciativas políticas[7] ”; el mercado y en especial el modelo neoliberal exacerban el individualismo, hecho que conlleva a que las fronteras entre las esferas pública y privada se hagan aún más borrosas y como consecuencia de ello, dificultan concebir proyectos colectivos; el actual replanteamiento de las funciones del Estado y la concepción minimalista frente al poder del mercado; y el asistir a complejos escenarios culturales alimentados en nuevas incertidumbres, producto de cambios acelerados y del malestar generado por expectativas incumplidas en el mismo proyecto de modernidad.

Más complejo aún se antoja

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