MINDFULNESS El sufrimiento es inherente a la condición humana

MINDFULNESS

El sufrimiento es inherente a la condición humana. Está a la base de la mayoría de los diagnósticos clínicos. Es una experiencia compartida por todos los miembros de nuestra especie, a través de las diferentes culturas, a lo largo de toda la historia de la humanidad. El principal objetivo de la psicología, y más específicamente de la Psicología Clínica, es contribuir al alivio del sufrimiento humano. Este es el objetivo primigenio del mindfulness.

Mindfulness no es algo nuevo, tratamos con algo realmente antiquísimo. No obstante, hace muy poco tiempo (apenas treinta años en los Estados Unidos y actualmente en España) que mindfulness ha acaparado la atención de la Psicología Clínica y ha sido incluido dentro de una gran variedad de intervenciones y terapias psicológicas; de forma explícita o implícita; de un modo exclusivo; o bien, integrándolo como un componente más dentro de un programa de tratamiento compuesto por múltiples elementos o técnicas clínicas.

De forma resumida podría decirse, y siguiendo a Bishop et al. (2004), que la psicología contemporánea, ha adoptado al mindfulness como una técnica para incrementar la consciencia y para responder más habilidosamente a los procesos mentales que contribuyen al desarrollo de trastornos psicopatológicos y a otro tipo de problemas del comportamiento. ¿De dónde viene? ¿Cuáles son sus orígenes? Mindfulness representa el corazón de las enseñanzas originales de Siddhartha Gautama Sakyamuni, popularmente más conocido como Buda (563 a. C.). El origen del mindfulness es el Budismo, concretamente el Budismo Theravada[10], por lo que mindfulness tiene más de 25 siglos de antigüedad.

Al escuchar el término anglosajón Mindfulness se puede entender que de lo que se trata es de tener la “mente llena”, como su traducción literal señala. Y esto es precisamente: sentir la mente llena de la experiencia del momento que estamos viviendo (en vez de mantenerla atestada con la dispersión y el “ruido mental” que solemos tener). Este concepto hace referencia a un estado de conciencia que se puede desarrollar a través de distintas técnicas meditativas. Sobre su origen, algunos autores lo sitúan en la tradición budista 50 aunque, para otros, la raíz de la práctica de la meditación es anterior al propio Buda (Ramos, Recondo & Enriquez, 2012). Mindfulness no es un descubrimiento moderno (aunque vivamos ahora su redescubrimiento), existe desde el momento mismo en que los primeros cerebros modernos comenzaron a transformar el planeta, se sabe que hace unos 2500 años, se alcanzó una cima en esta práctica, concretamente en la figura de Siddharta Gautama (el Buda Shakyamuni), que fue el iniciador de una tradición religiosa y filosófica ampliamente extendida por todo el mundo (el budismo) y cuya piedra angular es la práctica de mindfulness. Al hablar de mindfulness nos referimos a una práctica milenaria que consiste en: la atención mantenida y no valorativa sobre la experiencia tal y como es en el momento presente, sin juzgarla, sin evaluarla y sin reaccionar a ella. La atención plena es experimentar el momento presente con todos los sentidos y habilidades, sin perseguir ningún otro objetivo; también implica observar los procesos y estados mentales perceptibles, las emociones, los pensamientos e imágenes que son el contenido de la mente en ese momento; darse cuenta que ha pasado la jornada y apenas ha estado “presente” en lo que ha hecho es lo que se denomina estar en “piloto automático”, automatizar procesos tiene inconvenientes como desconexión con la realidad, errores o accidentes por estar despistados, exceso de rendimiento del sistema nervioso, estrés, etc.) (Ramos, Recondo & Enriquez, 2012).

La traducción de mindfulness al español no es fácil y se han empleado varias expresiones, siendo las más frecuentes las de atención plena y conciencia plena. Germer et al. (2005) dice que mindfulness puede utilizarse para describir tres cosas; a) un constructo teórico, b) una práctica para desarrollar mindfulness, como es la meditación y c) un proceso psicológico (estar consciente mindful). La meditación de atención plena (Miró, 2006b), también referida como “meditación de conciencia plena” (Pérez y Botella, 2007), o directamente en su término inglés mindfulness (Nhat 51 Hanh, 2007), es un modo específico de prestar atención a la experiencia presente que proviene de las tradiciones meditativas budistas de Asia. Esta forma de dirigir la atención se caracteriza por ser intencional, por focalizarse en la experiencia presente y por ser realizada con una actitud de aceptación hacia tal experiencia evitando establecer juicios de valor (Kabat-Zinn, 1990). Desde un punto de vista científico, podemos definir mindfulness como un estado en el que el practicante es capaz de mantener la atención centrada en un objeto por un periodo de tiempo teóricamente ilimitado (Lutz, Dunne & Davidson, 2008). O, siguiendo a Thich Naht Hanh, mindfulness es mantener viva la conciencia en la realidad del presente. La existencia de muy diversas formas de meditación hace extraordinariamente difícil sistematizar o clasificar todas las posibles maneras de practicar mindfulness y, en cualquier caso, se saldría del reducido marco de este artículo. Sin embargo, podemos decir que hay un cierto consenso en la distinción de dos componentes en mindfulness Bishop y cols. (2004 en Ramos, Recondo & Enriquez, 2012).

En los últimos años, los estudios médicos han encontrado evidencias de los muchos beneficios de la meditación, incluyendo la protección contra los problemas de salud de la presión arterial alta y la artritis a la infertilidad , reducir el estrés , mejorar la atención y el procesamiento sensorial; 

Mindfulness le ayuda a despejar trivias e innecesarias preocupaciones por cosas sin importancia, alimentar la pasión por su trabajo y la compasión por los demás, y desarrollar la capacidad de empoderar a las personas de su organización.

A pesar de que la práctica de la meditación está asociada con una sensación de tranquilidad y relajación física, los médicos han afirmado durante mucho tiempo que la meditación también proporciona beneficios cognitivos y psicológicos que persiste durante todo el día

Un programa de meditación de atención plena de ocho semanas parece hacer cambios medibles en las regiones del cerebro asociadas con la memoria, sentido de sí mismo, la empatía y el estrés.

Para el estudio actual, las imágenes de resonancia magnética (MR) se tomaron de la estructura cerebral de 16 participantes en el estudio dos semanas antes y después de haber participado en las ocho semanas de reducción del estrés 

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