Manual Terman
LUCYKUTZZ9 de Julio de 2014
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PRUEBA DE TERMAN-MERRIL
CONTENIDO
1. Introducción
2. Confiabilidad y validez
3. Características de la prueba
4. Aplicación
5. Calificación
6. Interpretación
1. INTRODUCCIÓN
Esta prueba al igual que muchas otras llamadas tradicionalmente “test de inteligencia”, es descendiente directo de las escalas de Binet.
Los tests contruidos por Binet, ejercieron un gran influjo tanto en el tipo de tests de inteligencia que se desarrollaron posteriormente como en el modo de concebir la inteligencia humana.
Las escalas construidas por Binet permitían evaluar el desarrollo intelectual de una forma empírica, se clasificaba a cada sujeto comparando el número de elementos que había resuelto correctamente con el número promedio superado por los sujetos normales de distintas edades cronológicas que habían sido utilizados para estandarizar la prueba. A partir de esta comparación, se asignaba al sujeto una puntuación, expresada en unidades de edad, correspondiente a la edad en que por término medio los sujetos normales resolvían, esta puntuación reflejaba la edad mental del sujeto.
El procedimiento de medición del desarrollo intelectual propuesto por Binet presentaba dos problemas fundamentales: en primer lugar, el concepto de “edad mental” en que se basa sólo es aplicable mientras la inteligencia se halla en período de desarrollo, pero no posteriormente; en segundo lugar, el significado psicológico de las puntuaciones de edad mental obtenidas por sujetos de edades cronológicas diferentes como su significado estadístico, no es el mismo. Este hecho dio lugar a que en las revisiones y aplicaciones posteriores del test de Binet, realizadas por Terman en 1916 y por Terman y Merril en 1937, se introdujese una medida racional, el cociente intelectual.
Dichas pruebas fueron creadas para aplicarse a una gran variedad de situaciones y tienen como característica una única puntuación, a manera de CI, que indica el nivel intelectual general del individuo. Es decir, se presenta al sujeto una gran variedad de tareas en espera de que esta forma se obtenga un muestreo adecuado de todas las funciones intelectuales importantes.
Las primeras escalas de Binet
En 1895 Binet y Victor Henri hicieron una crítica a la mayoría de los test que se utilizaban hasta entonces por considerarlos demasiado sensoriales ya que se centraban básicamente en el estudio de funciones simples.
En 1896 Binet se interesó más en el estudio de los individuos que presentaban desviaciones conductuales, principalmente los niños, y después de minuciosos estudios en colaboración con Henri, crearon una serie de instrumentos destinados a la medición de “procesos mentales muy complejos.
Posteriormente, en 1904, el gobierno francés comisionó a Binet y Simon para estudiar la educación de los niños retrasados desarrollando la primera investigación formal para llevar a cabo la medición de habilidades complejas. Así, en 1905, Binet y Simon publicaron la primera escala de inteligencia para niños escolares probando gran variedad de funciones mentales “superiores” considerados por Binet como la esencia de la inteligencia.
Esta escala se componía de los 30 ítems o subtest cortos dispuestos en orden de dificultad creciente para los que la probabilidad de ejecución exitosa incrementaba con la edad cronológica. Estos subtests eran administrados y calificados fácilmente y consistían en tareas tales como obedecer instrucciones simples, definir palabras, construir oraciones y formular juicio acerca del comportamiento correcto en situaciones de la vida real.
Binet y Simon reconocieron que la habilidad para ejecutar correctamente incrementaba con la edad y que la ejecución del retardo mental se asemejaba a la del niño “normal” de una edad menor.
La escala de 1908 fue la primera escala de edad ya que los ítemes se arreglaron por niveles de edad. Al nivel más alto en el que un niño podría contestar correctamente se le llamó “edad mental”.
En 1911 se introdujeron algunas mejoras y adiciones. La amplitud de edad se extendió desde los 3 años hasta el nivel adulto. Tenía cinco subtests en cada edad. Se cambiaron tanto el nivel de dificultad de un número de ítemes como las reglas para determinar la edad mental.
Aunque los tests de Binet de 1908 y 1911 proporcionaron procedimientos explícitos para la determinación de la edad mental, ellos no incluyeron un procedimiento para la determinación de un cociente intelectual (CI) el cual permite comparaciones de habilidad intelectual de individuos en diferentes niveles de edad.
Primera revisión (1916)
La revisión de la escala de Binet por Terman-Merril la realizó en la Universidad de Stanford de Estados Unidos y fue publicada por primera vez en 1916. Se desarrolló un esfuerzo considerable para traducirla y adaptarla a la población norteamericana, representaba el desarrollo más completo y extenso de la escala. Terman le agregó nuevas pruebas, revisó y adaptó otras; las cambió de lugar, modificó los métodos de aplicación y calificación, introdujo pruebas alternativas, intentó un muestreo representativo. En cada nivel de año aparecían seis pruebas, de modo que se dispuso de un método más conveniente para calcular la edad mental. A los examinados mayores de 16 años se les asignaba una edad cronológica de 16 años, ésta era la que se usaba al calcular el CI; la escala variaba desde el nivel del año III hasta el nivel adulto superior (de 18 años en adelante). Terman se percató de que algunas veces se necesitaba una evaluación o estimación rápida de la inteligencia del niño y para tales ocasiones recomendaba o indicaba cuatro pruebas de cada nivel de año (con excepción del nivel de año XII para el que señalaba seis pruebas que se emplean como una forma abreviada de la escala).
Terman indicaba la posición relativa de una persona en su propio grupo de edad calculando la razón entre la valoración de su edad mental y su edad cronológica, obteniendo así la razón convencional CI o cociente de inteligencia. Este CI se empleó por primera vez en la escala de 1916.
Una de las innovaciones importantes de la revisión de la escala en 1916 fue la adopción del cociente intelectual para expresar el ritmo de desarrollo intelectual. Terman adoptó del psicólogo infantil alemán W. Stern la convención de dividir la puntuación del niño en el test (expresada en normas agrupadas por edades) por su edad cronológica (es decir, la razón de la "edad mental" respecto a la "edad cronológica"), resultando un índice que se llamó "cociente intelectual" o CI. La ventaja de este CI estriba en que permitía comparaciones directas entre las edades; la desventaja consistió en que hizo decrecer la atención por los cambios edad/desarrollo y promovió la cosificación del constructo CI como un concepto esencialmente no evolutivo
En realidad, ya en el año de 1905 Newman había sugerido la necesidad de contar con un índice de desarrollo mental, pues observaba que los niños deficientes mentales mayores, presentaban un retardo mental más pronunciado que los menores.
Deficiencia mental es un término general que se refiere a los estados anormales de la mente, caracterizados sobre todo por defecto permanente de los procesos cognitivos. La deficiencia mental es debida a causas que actúan antes del nacimiento o durante el nacimiento, o en los primeros meses de vida diferenciándose así del deterioro mental. De acuerdo con la escala de Terman – Merril se es deficiente mental cuando el CI está por debajo de 70.
Stern propone cambiar la relación de diferencia entre la edad cronológica y la edad mental y establecer una relación directa entre ambas. Esta relación es el cociente mental, el cual expresa que fracciones de la inteligencia normal correspondiente a su edad (cronológica) ha alcanzado un deficiente mental.
A pesar de los perfeccionamientos hechos a la escala, muchos problemas continuaron: la estandarización seguía siendo un problema; existía una sola forma, la capacidad mental del adulto se media inadecuadamente; a los materiales verbales se les daba demasiada importancia, y los procedimientos de aplicación y calificación de algunas de las pruebas eran inadecuadas.
Una de las causas del éxito de Binet fue el haber adoptado un método más dinámico para medir la inteligencia en plena actuación; es decir, probar la actividad funcional combinada que concibe la inteligencia como la suma de los procesos del pensamiento que se hallan implicados en la adaptación mental. Su más conocida descripción enfatiza que los procesos que caracterizan a la inteligencia en acción son la dirección, la adaptación y la autocrítica.
Las desventajas de esta escala fueron:
1) Era inadecuada para probar las capacidades que estaban por debajo de la edad mental de 4 años o en niveles adultos.
2) Se encontró que ciertos ítem tenían validez baja.
3) Las instrucciones para la aplicación y calificación no tenían la precisión necesaria para asegurar objetividad y comparabilidad de resultados; y
4) No habían formas suplementarias.
Para tratar de salvar estas deficiencias se llevó a cabo una segunda revisión.
Segunda revisión
Después
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