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Medición Felicidad


Enviado por   •  30 de Abril de 2014  •  1.351 Palabras (6 Páginas)  •  242 Visitas

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Actualmente existen diversos términos que podemos relacionar con la felicidad, tales como “calidad de vida”, “bienestar subjetivo”, “satisfacción vital”, “bienestar social”. Todos ellos tratan de clarificar el concepto mismo de felicidad y otorgarle la capacidad para ser medida. La falta de acuerdo en su delimitación conceptual se debe, entre otras razones, a la complejidad de su estudio, determinada en mucho por su carácter temporal y por su naturaleza plurideterminada, donde intervienen factores objetivos y subjetivos.

Dejando de lado las diferencias culturales, comúnmente podemos definir “felicidad” al bienestar experimentado cuando sentimos más emociones agradables y pocas desagradables, cuando estamos comprometidos en actividades interesantes y cuando estamos satisfechos con nuestras vidas.

La evolución de los estudios sobre el bienestar en psicología ha dado lugar a dos tradiciones. En primer lugar nos encontramos con la denominada hedónica que habla del bienestar en términos subjetivos, e incluye tanto juicios cognitivos como reacciones afectivas, inscribiéndose pues en un marco fundamentalmente emocional y tomando diversas denominaciones (felicidad, satisfacción con la vida, afectos positivos y negativos). Se ocupa fundamentalmente del estudio del bienestar subjetivo.

Por otro lado, vemos la tradición eudaemónica que estudia el bienestar en términos psicológicos (bienestar psicológico). Centra el interés en el desarrollo personal, en el estilo de vida y el afán por conseguir metas.

El constructo de Bienestar Subjetivo -subjective well being, SWB, aparece como representante de la línea hedónica, mientras que el de Bienestar Psicológico –psychological well being, PWB, como representante de la tradición eudaemónica.

Las perspectivas psicológica y subjetiva del bienestar estudian el mismo proceso psicológico sirviéndose de diferentes indicadores. El bienestar subjetivo tiene bases más emocionales y se lo ha abordado a través de temas como la felicidad, la afectividad o la satisfacción vital. No obstante, tanto el bienestar subjetivo como el psicológico están vinculados con el contacto social y las relaciones interpersonales, por lo que existe la necesidad de considerar tanto lo individual como lo social, introduciéndose así el concepto de bienestar social que es la valoración que hacemos de las circunstancias y el funcionamiento dentro de la sociedad

El bienestar psicosocial se ha desarrollado a través de las investigaciones de Ryff(1989) sobre el bienestar psicológico y de Keyes (1998) sobre el bienestar social.

El Bienestar psicológico se ha centrado en el desarrollo personal, en las formas de afrontar los retos vitales y en el esfuerzo de las personas por conseguir sus metas, así como también en las valoraciones que hacen de sus circunstancias y de su funcionamiento dentro de la sociedad. Ryff propone seis dimensiones para medir dicho bienestar que incluyen: autonomía, objetivos vitales, auto aceptación, relaciones positivas con otros, dominio ambiental y crecimiento personal. De esta manera, el bienestar implica necesariamente la valoración que los individuos hacen de las circunstancias y el funcionamiento dentro de la sociedad.

El concepto de Bienestar Social desarrollado por Keyes (1998) recoge los aspectos interpersonales de la salud mental,y se compone de cinco dimensiones: Integración social (calidad de las relaciones con la sociedad y comunidad), Aceptación social (estar y sentirse perteneciente a un grupo. Confianza y aceptación de aspectos positivos y negativos de nuestra vida), contribución social (utilidad en la sociedad), actualización social (sociedad y entes son dinámicos; objetivos y metas), coherencia social (capacidad que tenemos para entender los acontecimientos que nos rodean. Para medir estas dimensiones teóricas Keyes desarrolló un instrumento conocido como “escalas de Bienestar Social (Social Well-Being Scales)

Tras ver las propuestas de medición de Ryff y Keyes, debemos realizarnos distintas reflexiones sobre cómo medir la felicidad. Si reconocemos que se trata de un fenómeno interior a cada persona (individual), entonces parece más adecuado medirla con auto-informes que con evaluaciones de expertos o pares. Y si la felicidad tiene grados, entonces las mediciones deberían reconocer distintos niveles y no clasificar a las personas simplemente como felices o infelices. La medición de la felicidad también debería anclarse en el presente, remitir a la vida en general e incorporar tanto pensamientos como sentimientos. Las medidas de felicidad tienen validez de constructo, en tanto capturan el significado actual de la palabra felicidad. También tienen validez de convergencia, en tanto los indicadores

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