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“Mentes Asesinas. La violencia en tu cerebro”


Enviado por   •  15 de Mayo de 2019  •  Ensayos  •  2.728 Palabras (11 Páginas)  •  242 Visitas

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“Mentes Asesinas.            La violencia en tu cerebro”

¿Sadismo o desviación violenta de la evolución?

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  1. Dra. Feggy Ostrosky Shejet

     Esta obra representa un avance para el estudio de la violencia, la delincuencia y agresión dentro de Latinoamérica, principalmente para el contexto mexicano, ya que este libro permite entender dos de las principales incógnitas, el ¿Cómo? y ¿Por qué? De dichos comportamientos, gracias al estudio multidisciplinario como lo es la psicología, la neurociencia, estadística, la biología, genética por mencionar algunas, aplicadas en distintos contextos sea Hungría, Indonesia, Colombia o México el punto estadístico para dicho estudio.

Escrito por primera vez en 2007 y con una segunda edición en el 2011, con gran auge en la materia de psicología criminal, criminología para la prevención del delito en México y Latinoamérica gracias a que originalmente fue escrita en español, su autora Ostrosky Shejet, docente y directora del laboratorio de Neuropsicología y Psicofisiología de la Facultad de Psicología de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), escribe seis capítulos por los cuales transmite aportes en el campo del estudio de conductas antisociales con base a la neurociencia; tomando como punto de partida sujetos con casos de conducta antisocial hasta casos polémicos como es el tan hablado caso de Juana Barraza la “Mataviejitas”.

       

En el primer capítulo de esta gran obra “Comprender la violencia”, la doctora Ostrosky nos habla de acerca de la importancia como el paso inicial del camino, para conocer la diferencia entre agresión y violencia.

Hay mucha confusión entre las palabras violencia y agresión, ya que la gente suele utilizarlas como si fueran sinónimas, sin embargo, la violencia se distingue de la agresión, ya que en esta última se cumple una importante y prehistórica función biológica en la adquisición y defensa del territorio”, o habitad, así como para asegurar la supervivencia en la recolección de alimentos, asegurar la vida propia, de las crías. Especialistas distinguen la agresión benigna y la agresión maligna, también considerada violencia; la agresión intuitiva o agresión benigna “es una reacción espontánea y breve para proteger del peligro que nos acecha, en tanto que la agresión maligna implica el deseo de dañar a los demás por un placer puramente sadista” (Ostrosky, F. 2011, pag. 22)

Por violencia se relaciona con una conducta agresiva que tiene como fin causar daño psicológico con agresiones intencionadas verbales, morales, o causar daño físico con agresiones intencionadas como golpes, maltrato, etc.

Estos términos se han ido investigando en áreas psicológicas, antropológicas y biológicas, los etólogos (científicos dedicados al estudio del comportamiento animal) y los genetistas. Sostienen que en la agresión existe una tendencia acorde a la teoría de la evolución (adaptación evolutiva) y neuroquímica. De acuerdo con Konrad Lorenz, Premio Nobel de Medicina y Fisiología en 1973, “todos somos portadores de un animal que quiere manifestarse, pero que siempre logra ser reprimido gracias a un enérgico sistema de control”, para Lorenz es esta represión lo que nos convierte y distingue como humanos, esa libertad que poseemos.

Aquello conocido coloquialmente en el ámbito de la ciencia como el cerebro emocional, o sistema límbico juega un gran papel en este estudio gracias a que está constituido por un gran número de estructuras como lo es el hipotálamo, la amígdala, el tálamo y la corteza anterior del cíngulo; este sistema es de gran importancia en el ámbito neuronal debido a que intervine en los procesos del aprendizaje y la memoria, y a su vez en la conducta agresiva y emocional, en su caso la amígdala ubicada en la parte mediática del lóbulo temporal es encargada de darle un significado emocional a los estímulos del mundo exterior, así  cundo se aparece un suceso que requiere nuestra atención la amígdala le da un sentido emocional para que de esa forma avise a otras partes del cerebro para que presten su atención, la actividad del sistema nervioso debido a la activación de impulso de la amígdala son pieza clave en la generación de la emoción humana que influye en las elecciones inconscientes.

En las subdivisiones de los lóbulos como son las áreas prefrontales, “está zona está involucrada en la capacidad de abstracción y en la inteligencia, la planeación, la inhibición de conductas inapropiadas y la regulación de las emociones “, funciones que revelan un importante conocimiento para la conducta criminal. En la corteza Prefrontal se ha comprobado que alguna alteración en el orbitofrontal produce conducta antisocial, agresiones malignas repetitivas, está el es el centro de la autoconciencia, desarrollándose y permitiendo que la humanidad sea más sociable al crear civilizaciones, comprendiendo el arte, llevando a cabo el estudio de cosas, avanzando creando ciencia e instituciones sociales; y de igual manera pero de una forma menos hipotética es el enlace de cuatro áreas principales encargadas del control motor y de nuestros movimientos. (Ostrosky, F. 2011, pag. 67)

En su tercer capítulo nos habla más acerca del origen de diversas manifestaciones de la violencia con un fin más informativo-preventivo, dando porcentajes acerca de enfermedades, estados de ánimo relacionados un posible impulso violento. En el caso de la violencia secundaria, depresión y ataques de enojo a causa de irritabilidad, Entre 38 y 44% de los deprimidos presentan ataques de enojo y reportan síntomas de actividad autónoma asociados a dichos ataques como son taquicardia, oleadas de calor y sudoración, entre otros. Más del 90% de los individuos con depresión que experimentan ataques de enojo reportan culpa o se arrepienten después del ataque. En relación con el tipo de violencia, 60% reporta atacar a otros física o verbalmente, y 30% destruir o aventar objetos. Con cada 20% de incremento en los síntomas depresivos aumenta 74% la agresión en contra del cónyuge. Al igual en el caso de sustancias toxicas, estupefacientes y demás drogas, De 40 a 80% de los casos que se atienden de emergencia en centros médicos por casos de accidentes, violencia, el consumo de este tipo de sustancias también está en estrecha relación con la violencia intrafamiliar produciendo un ciclo ya que los menos que observan una conducta violenta en su hogar son propensos a desarrollar alguna clase de trauma lo que los conllevara a que a su edad adulta sean violentos o consumidores de sustancias, estupefacientes, psicoactivas, etc. Por otra parte, el alcohol disminuye los niveles de síntesis de serotonina y esto, a su vez, aumenta la irritabilidad del individuo y su agresividad. También, en el caso del alcohol aumenta la posibilidad de golpes en la cabeza, los cuales pueden causar cambios en la personalidad. En un estudio realizado en pacientes que han sufrido contusiones en esta zona, encontramos que 30% de las personas lesionadas presentan irritabilidad, ansiedad, fatiga y sensibilidad excesiva a los estímulos, especialmente al ruido, como secuela del golpe.

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