Mitos Sexuales
21069326 de Noviembre de 2013
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1 INTRODUCCIÓN
Las parejas están inevitablemente influenciados por las expectativas culturales sobre la
conducta que deben tener hombres y mujeres respecto de la sexualidad. Crecemos dentro de un medio familiar y cultural que valida y estimula el desarrollo de la sexualidad en los hombres enseñando, por lo general, todos los aspectos del erotismo y la vida sexual en forma abierta a los hijos varones. Por otra parte, a muchas niñas se les enseña a evitar el tema de la sexualidad, a vivir lo relacionado con el sexo como algo lleno de temor y culpabilidad. Junto con esta forma de socialización surgen gran cantidad de mitos sobre las conductas propias de cada sexo, que sin duda determinarán de alguna manera, la forma de comportarse en hombres y mujeres. Estos mitos dicen relación con la masculinidad asociada a la dureza, violencia, tomar la iniciativa, la no expresión de la afectividad y priorización de la razón por sobre la emoción, etc.; por otra parte la femineidad está asociada a la pasividad, la debilidad, la sumisión, la suavidad, priorizando el uso de la emoción por sobre la razón, etc.(1)
Esto determina la forma de enfrentar la vida sexual en ambos integrantes de la pareja, generando así visiones dicotómicas sobre la vida sexual y las vivencias asociadas a ella. Así hombres tienen, por lo general, una expectativa de una relación de pareja centrada en una vida sexual satisfactoria, y las mujeres en cambio centran sus expectativas en una relación de pareja satisfactoria en el plano afectivo y romántico.
Cuando la pareja se encuentran sexualmente surgen las diferencias en cuanto a la actitud
frente a la relación sexual. La mujer tiende a tener una actitud pasiva y de sumisión, por lo
general con bastante temor (intenta evitar el encuentro sexual varias veces), y su entrega va directamente ligada a la afectividad entre ambos. En cambio en el hombre tiende por lo
general a ser sexualmente más activo, tiende a tomar iniciativa, a preocuparse por la
eficiencia y rendimiento en la relación sexual, su interés tiende a estar en la satisfacción y en los aspectos eróticos de la situación, por sobre los aspectos afectivos. Cuando esta visión de la sexualidad se lleva al extremo las parejas tienden a tener dificultades y disminuye su satisfacción sexual.
Aunque la sexualidad en sí no debería representar un problema, los condicionamientos
sociales han causado que muchas personas y comunidades tengan dudas y preguntas
respecto a esta importante área de la experiencia humana, por lo que con frecuencia se
recurre a los profesionales de la salud para solucionarlos y es así como en nuestro quehacer cotidiano nos encontramos con un alto porcentaje de consultas relacionadas con la sexualidad.
2 FORMULACIÓN DEL PROBLEMA
¿Hay diferencia en los mitos sexuales según sexo, edad y nivel de escolaridad de la población?
¿Influye en la satisfacción sexual la presencia de mitos en hombres y mujeres?
2.1 OBJETIVOS GENERALES
1- Identificar existencia de mitos en relación a la sexualidad en la población asistente.
2- Analizar mitos en relación a la sexualidad y de que manera influyen en la satisfacción
sexual de la población asistente.
2.2 OBJETIVOS ESPECÍFICOS
1- Identificar mitos sexuales más frecuentes con respecto a; la sexualidad masculina, la
sexualidad femenina, la relación sexual, la respuesta sexual humana, en la población asistente.
2- Relacionar existencia de mitos sexuales con la escolaridad de la población asistente.
3- Comparar y relacionar presencia de mitos sexuales con la satisfacción sexual de la
población adulto joven y adulto.
4- Determinar si los mitos sexuales son iguales para hombres y mujeres.
3. MARCO TEÓRICO
3.1 ANTECEDENTES
Los mitos sexuales se extienden como los rumores, y tienen tanto fundamento como éstos. Una opinión no fundada sobre algo relacionada con el sexo, y expresada con la convicción que suele acompañar a la ignorancia, se convierte fácilmente en una creencia de toda una comunidad o generación. Esta falsa creencia comienza a divulgarse como algo comprobado y real, y se convierte en un mito.
Los mitos se desarrollan a veces precisamente porque parece que tienen sentido o porque deseamos que sean verdad.
La libre información sobre la realidad, y los cambios socioculturales hacen que los mitos sexuales dejen de serlo.
Los mitos sexuales muestran la escasa, y muchas veces falsa, información de nuestra Sociedad sobre el sexo.
MITOS SEXUALES
Definición: "Relatos fabulados con apariencia de realidad, que contienen información sexual equivocada o carente de valor científico, aunque sean de gran predicamento popular."
Por cuestiones de tiempo y espacio hemos elegido aquellos mitos que creemos son los más extendidos entre nuestra población y que traen más conflictos a quiénes los viven.
Muchos mitos sobre el sexo persisten todavía en nuestros días. Estas falsas y propagadas creencias son el origen de un sinnúmero de culpas, conflictos y frustraciones de muy negativas consecuencias para el individuo y su pareja.
Debido a que el sexo es, aun en estos días de "apertura" y "desprejuicio", una cuestión que sigue suscitando sentimientos muy ambiguos y negativos como la vergüenza, la culpa y el remordimiento, las personas hallan gran dificultad para acercarse e informarse adecuadamente sobre su sexualidad, lo cual ha ocasionado mucha ignorancia, escaso conocimiento y falsas creencias.
¿Qué son?
Los mitos sexuales son el resultado de esta mala información y falta de conocimiento en torno a la sexualidad. Llamamos mito a una creencia errónea compartida por un gran número de personas.
Los mitos sexuales han existido en todas las épocas, culturas y sociedades como formas
fantásticas de la imaginación en un intento por explicar la realidad. Muchos de ellos se
convirtieron en tradiciones que durante muchos años, siglos incluso, constituyeron normas sociales de conducta que no se podían transgredir. Algunas prácticas sexuales consideradas hoy como normales, hace siglos conducían a la hoguera a los que las practicaban. Los mitos se han transmitido a través de las historias, las leyendas, los cuentos, las anécdotas y hasta los chistes del folklore popular.
Muchas de estas equívocas creencias han ido evolucionando hasta caer en desuso o ser
reveladas como mentiras, pero algunas otras poseen todavía una fuerza sorprendente entre la gente, debido principalmente a la ignorancia y a una inadecuada educación sexual.
¿Cómo nos afectan?
Creer en los mitos sexuales puede tener consecuencias perjudiciales para la salud física y mental del individuo y de la pareja. Son responsables de numerosas desdichas sexuales, conflictos y frustraciones de pareja. La ignorancia y la creencia en los mitos influyen desfavorablemente sobre las actitudes y comportamiento sexual, y finalmente sobre el placer.
EL TAMAÑO DEL PENE
Este complejo es, junto con el del boy scout (siempre listo), el que más afecta al hombre. Hay un dato de la anatomía de la mujer que destierra de inmediato este mito: la zona más sensible de la vagina se encuentra en los dos primeros centímetros de la entrada de la misma. Teniendo en cuenta que los labios vulvares tienen como promedio 3 cm. (labios mayores y menores conjuntamente) y la zona más sensible de la vagina está en los dos primeros centímetros, tenemos que un pene de 6 cm. puede pasar los tres centímetros de los labios y llegar a los dos primeros de la vagina con toda comodidad.
Es más importante el ancho, para estimular por rozamiento estos primeros centímetros mas sensibles, que el largo, la influencia del largo está dada mas bien por las fantasías que lo rodean. No debemos olvidar, por otraparte, que el clítoris es siempre accesible. Por otra parte, los penes mas pequeños en estado de flacidez, crecen promedialmente más en erección que aquellos de mayor tamaño, y la vagina, por ser una cavidad virtual, tiene la capacidad de adaptarse a cualquier tamaño de pene. La diferencia en el estímulo que reciba una mujer será más de orden psicológico que de base física, que sin dejar de ser importante, no impide un goce profundo, más cuando la relación está acompañada de amor. De más está decir que el tamaño no influye en el sexo oral y tampoco en el sexo anal, tanto hetero como homosexual, ya que la zona sensible en ambos es el esfínter anal, agregándose en el varón la estimulación indirecta de la próstata, zona que un pene de las dimensiones antes especificadas es capaz de alcanzar.
EL DOBLE ORGASMO FEMENINO
Persiste aún la creencia que en la mujer se dan dos orgasmos, uno vaginal, considerado
maduro y otro clitoridiano, el inmaduro. Cuántas mujeres arrastraron por tiempo el trauma de sentirse incapaces de llegar a ese orgasmo maduro y ni intentaron la estimulación clitoridiana, privándose del placer sexual por mucho tiempo. Lo que han demostrado los estudios de los mejores sexólogos a nivel mundial, destacándose entre ellos los de Master & Johnson y Kinsey, es que no hay tales orgasmos, sino que existe un único orgasmo femenino.
Los últimos estudios incluso afirman que el orgasmo femenino es clitoridiano, es el clítoris
correctamente estimulado, el que desencadenará la descarga muscular y psicológica que
constituye el orgasmo.
LA VEJEZ ASEXUADA
Un
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